Читать книгу La sostenibilidad y el nuevo marco institucional y regulatorio de las finanzas sostenibles - José María López Jiménez - Страница 97

Un aspecto clave en las medidas a implementar tiene como principal objetivo la incorporación de los riesgos climáticos como parte del marco de control global del riesgo, tanto a la hora de monitorizar la estabilidad financiera como a la hora de establecer las normas prudenciales, para que acabe permeando en la toma de decisiones del sector privado.

No obstante, el principal problema a la hora de integrar dichos riesgos en la gestión ordinaria de riesgos y en los procesos claves estratégicos y de toma de decisiones, es la limitación metodológica de los modelos estadísticos tradicionales. La misma, se presenta como insuficiente a la hora de establecer predicciones y el planteamiento de escenarios sólidos y fiables, en base a una determinada probabilidad de ocurrencia. La raíz de dicho problema reside en la citada necesidad de una ruptura epistemológica a través de métodos menos convencionales. Por ejemplo, a través del planteamiento de escenarios teóricos en atención a metodología más contra fáctica, como los denominados “modelos de evaluación integrada” y otros modelos analíticos alternativos que, si bien distan de ser la panacea ante el problema de la incertidumbre, se prestan más efectivos a la hora de diseñar tanto escenarios como pruebas de estrés. Los Modelos de Evaluación Integrada (MEI) poseen un fundamento matemático que logra representar interacciones complejas entre diferentes escalas espaciales y temporales, procesos y actividades. Su construcción permite incluir factores habitualmente despreciados por otros modelos más estrictamente financieros tales como factores socioeconómicos, demográficos, tecnológicos, de producción y consumo, representaciones bioquímicas del ciclo de carbono, etc. Mediante esquemas relativamente simples se permite evaluar ciertos aspectos del coste social generado por los riesgos climáticos que puedan aportar una perspectiva más holística a la hora de informar el proceso de toma de decisiones16.

Otras potenciales medidas a ser implementadas por el sector privado incluirían por una mayor exigencia en materia de transparencia y divulgación, tanto para entidades financieras como no financieras. Para el caso del sector financiero, se estableció la Task Force on Climate-related Financial Disclosures, que ha venido definir una serie de recomendaciones para que las distintas empresas puedan orientar la divulgación tanto los riesgos como las oportunidades de los eventos relacionados con los riesgos climáticos a través del marco de divulgación voluntaria de reconocimiento mundial, conocidos como TCFD. Así, se pretenden establecer unos estándares que puedan canalizar la financiación hacia una economía sostenible permitiendo la toma de decisiones financieras más informadas para los inversionistas y el resto de stakeholders. La Comisión Europea, lanzó un plan de acción encaminado a incorporar dichas consideraciones para el sector financiero que se acabó traduciendo en el Reglamento 2019/2088, del Parlamento Europeo y del Consejo de 27 de noviembre de 2019 sobre la divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros. Si bien ya está en vigor, tiene prevista su aplicación obligatoria a partir del 10 de marzo de 2021.