Читать книгу La sostenibilidad y el nuevo marco institucional y regulatorio de las finanzas sostenibles - José María López Jiménez - Страница 87

2.3. PERSPECTIVA MACROECONÓMICA 2.3.1. Panorama y contexto actual

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Desde el origen de las ciencias económicas, el principio de la escasez se ha establecido como uno de sus pilares fundamentales, vaticinando que mientras que las necesidades humanas suelen ser ilimitadas, muy a nuestro pesar, los recursos (ya sean materiales o naturales) tienden a agotarse. En atención a dicho principio, los bienes cuya oferta no es suficiente para atender a su demanda son escasos, corrigiéndose habitualmente mediante un incremento del precio. En los años recientes, hemos experimentado un fuerte incremento de la población mundial, mientras que la demanda de todo tipo de bienes y servicios de la mano de la globalización y del incremento del comercio internacional, reforzaba el incremento del consumo global. No obstante, para la producción de todo este arsenal de productos, se han empleado técnicas cada vez más intrusivas en extracción de recursos naturales o con una mayor generación de residuo. Consecuentemente, la situación de escasez global se ha incrementado de manera considerable mientras que la desigualdad económica ha seguido en aumento.

Con especial contundencia se ha mostrado en 2020 la pandemia provocada súbitamente por el virus (SARS-CoV-2). Según los datos reflejados por el Informe de Perspectivas Económicas del Banco Mundial, de 2020, la economía mundial se reduciría en un 5,2% en dicho ejercicio (datos de referencia a junio). La evolución del número de contagiados junto con las medidas de suspensión y cierre de actividades ocasionaron fuertes trastornos en la cadena de suministro, provocando una fuerte contracción tanto de la producción como de la demanda de bienes y servicios y, finalmente, impactando tanto a empresas como en los mercados financieros. A raíz de las graves distorsiones sobre la oferta y demanda interna, tanto en el comercio como en las finanzas, se prevé que la actividad económica de las economías avanzadas se contraiga un 7% en 2020. Dichos resultados nos colocan la peor recesión experimentada desde la Segunda Guerra Mundial, y la primera vez desde 1870 en que tantas economías experimentarán una disminución del producto per cápita. Según ruega el informe, dicha disminución de los ingresos per cápita, estimada en torno al 3,6%, empujaría a millones de personas a una situación de pobreza extrema.

Ante semejante punto de partida, nos enfrentamos a la tremenda incertidumbre que supone estimar la evolución de los riesgos físicos y de transición asociados al cambio climático y a las distintas políticas que deben tomarse para hacerle frente, que parecen requerir cambios estructurales a todos los niveles. Los datos recogidos hasta la fecha reflejan que las reformas deberán ser de gran calado y con involucración de todos los agentes si se pretenden alcanzar los objetivos establecidos de la Unión Europea por mantener una economía con cero emisiones netas para 2050. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) si no se toman medidas más contundentes, los aumentos de la temperatura mundial de 1,5 a 4°C pueden reducir el PIB real mundial en un 1,0 a 3,3% para 2060 y de un 2 a 10% para 2100. Si hasta la fecha se ha podido apreciar un incremento generalizado en los costes debido a las catástrofes meteorológicas, parece que la tendencia seguirá en ascenso en la medida en que las temperaturas medias globales sigan aumentando. Ha de reconocerse, no obstante, la dificultad en la obtención de estimaciones fiables a la vista del nivel de incertidumbre. Con el fin de evaluar la perspectiva inflacionaria en materia de política económica, el BCE publicó en junio de 2020 Climate Change and the macro economy, aventurándose a ofrecer su perspectiva al respecto. En el mismo se revisan los potenciales canales de transmisión y los impactos en la economía originados por el cambio climático, así como las políticas de mitigación con potencial relevancia para los reguladores.

La sostenibilidad y el nuevo marco institucional y regulatorio de las finanzas sostenibles

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