Читать книгу La relación abogado-cliente - José Ricardo Pardo Gato - Страница 14

La relación de la abogacía con la Constitución no se queda únicamente en el reconocimiento expreso que de la misma se hace en su propio articulado, sino que va mucho más allá teniendo en cuenta la función social y pública de defensa de los postulados constitucionales que la profesión desempeña31).

A este respecto, la persona licenciada en Derecho que vaya a ejercer por vez primera la abogacía en España, antes de colegiarse deberá prestar juramento o promesa, además del fiel cumplimiento de las obligaciones y normas deontológicas de la profesión, del acatamiento a la Carta Magna y al resto de normas del ordenamiento jurídico ( artículos 544.1 LOPJ y 16 EGAE/2001). En el texto del Estatuto General de 2013 se avanza que dicho juramento o promesa del cumplimiento de las normas deontológicas de la profesión incluye la libertad e independencia, la buena fe, la lealtad al cliente, el respeto a la parte contraria y que, además, se deberá guardar el debido secreto profesional (artículo 11.1 EGAE/2013).

En cuanto a su formalización, dicho acatamiento se llevará a cabo en un acto público ante la junta de gobierno del respectivo colegio de abogados al que se incorpore32). En la previsión del nuevo Estatuto General se dispone, con un carácter más concreto, que el mismo «será prestado solemnemente ante el Decano del Colegio al que el Abogado se incorpore como ejerciente por primera vez, o ante el miembro de la Junta de Gobierno en quien delegue», y que deberá realizarse «con las formas y el protocolo que la propia Junta establezca» (artículo 11.2 EGAE/2013). No obstante, cabe también la posibilidad de formalizar el juramento inicialmente por escrito y, con posterioridad, proceder a su ratificación en acto público.

En cualquier caso, con independencia de su plasmación formal definitiva, se deberá dejar constancia de dicho juramento o promesa en el expediente personal del colegiado, en el que se constate su prestación debidamente realizada.