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LA EUROPA VITíCOLA MEDIEVAL GRANDES VIÑEDOS EN EUROPA OCCIDENTAL Y EN EL EGEO

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Aunque la arqueología romana y la historiografía medieval han avanzado mucho en los últimos años, todavía resulta difícil reconstruir la historia del viñedo en Europa, especialmente en el crucial período comprendido entre los siglos IV y VII, durante el cual tuvieron lugar dos hechos de grandes repercusiones para la civilización occidental: el triunfo del cristianismo y la descomposición del Imperio Romano. La proclamación del cristianismo como religión oficial por parte de Constantino a comienzos del siglo IV supondría el arrinconamiento de los dioses paganos y la adaptación de toda una serie de ritos a la religión triunfante, pero casi nada se sabe de cómo se desarrolló el proceso histórico de reconversión. Hay que esperar cuando menos a finales del siglo VI y comienzos del VII para comprobar en los escritos de Gregorio de Tours e Isidoro de Sevilla hasta qué punto el vino había sido asumido por el clero como elemento fundamental de su liturgia, de la dieta alimenticia y de la misma actividad económica eclesiástica.

La descomposición del Imperio Romano y, sobre todo, las invasiones sucesivas de los pueblos bárbaros retrasaron el proceso de cristianización y causaron daños en la misma cultura vitícola romana. Las guerras y los grandes movimientos de población no podían traer sino efectos negativos sobre la agricultura en general y sobre el viñedo en particular, debido a su carácter de cultivo permanente que necesita del cuidado constante del viticultor. Pero en modo alguno se puede afirmar que los bárbaros arrasaron con todo. De hecho, en la mayoría de países que invadieron acabaron siendo asimilados por la civilización “romana”, aprendieron las lenguas derivadas del latín (Francia, España, Italia), adoptaron la religión cristiana y apreciaron el viñedo como cultivo principal junto con los cereales. Aquella influencia romana se puede rastrear en todos los cuerpos legislativos que regían los nuevos estados. En ninguno de ellos (francos, bávaros, lombardos, visigodos, etc.) faltan las referencias a la plantación y cuidado de las viñas. Incluso allí donde la lengua vulgar fue la germana (Alemania, Austria, Inglaterra) los términos vitivinícolas siguieron conservando sus raíces latinas.

La mayoría de autores está de acuerdo en que a partir del siglo VII tuvo lugar una primera expansión del cultivo del viñedo como consecuencia de la cristianización de los bárbaros y de la colonización de nuevas tierras. En dicha tarea tendrían un especial protagonismo los obispos y las órdenes religiosas, sobre todo los monjes benedictinos, auténticos misioneros de la época.

La vid y el vino en España

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