Читать книгу Epítome de las Historias filipícas de Pompeyo Trogo. Prólogos. Fragmentos. - Justino - Страница 21
LIBRO I SINOPSIS
ОглавлениеEl imperio asirio desde Nino a Semíramis (1). Engrandecimiento de los asirios bajo la reina Semíramis, que es matada por su hijo Ninias. Reinado de Ninias (2). Reinado de Sardanápalo y comienzos del reinado de Arbacto [Árbaces], prefecto de los medos, con lo que el imperio pasó de los asirios a los medos (3). Reinado de Astíages, que casa a su hija con el persa Cambises. Astíages pretende deshacerse de su nieto por medio de Hárpago, pero éste lo entrega a un pastor del rey (4). Ciro llega a conocer los intentos asesinos de su abuelo (5), y se levanta contra él, con lo que el imperio pasa de los medos a los persas (6). Las ciudades tributarias de Persia se rebelan, pero Ciro somete a los babilonios y derrota a Creso, rey de los lidios (7). Ciro lleva la guerra contra los escitas, pero es vencido por ellos y muerto (8). Reinado de Cambises, que se anexiona Egipto. A su muerte, su hermano Mergis [Bardiya], que debía sucederle, es matado por el mago Cometes, que coloca en el trono a su hermano Oropasta. Los nobles conspiran contra los magos y matan a Oropasta (9). Darío recibe el reino de Persia y casa con la hija de Ciro. Los asirios se sublevan contra Persia, pero son sometidos. Darío dirige la guerra contra los escitas (10) .
[1 ] En los comienzos de la historia, el poder sobre los pueblos y las naciones estaba en manos de los reyes, a quienes elevaba a la cima de este honor no su solicitación del favor popular, [2] sino su moderación, conocida entre los hombres de bien. El pueblo no era gobernado por ninguna ley y el lugar de ésta lo [3] ocupaba la voluntad de los nobles. Era costumbre defender las fronteras de la soberanía más que ampliarlas. El poder de cada [4] rey tenía sus límites dentro de su propia patria. Fue Nino 4 , rey de los asirios, el primero que cambió esa antigua y casi ancestral costumbre de los pueblos por una desconocida ambición [5] de poder. Fue el primero que hizo la guerra a sus vecinos y que sometió a los pueblos, todavía inexpertos en la resistencia, [6] hasta las fronteras de Libia 5 . Hubo sin duda otros anteriores en el tiempo, el egipcio Vezosis 6 y Tánao 7 , rey de Escitia 8 , de los que uno llegó hasta el Ponto 9 y el otro hasta Egipto. Pero [7] hacían guerras no en territorios fronterizos, sino en países lejanos, y no buscaban poder para sí, sino gloria para sus pueblos y, satisfechos con la victoria, renunciaban a su dominio. Nino consolidó con una posesión duradera la grandeza del poder conquistado. Así pues, dominadas las naciones vecinas, pasaba [8] a otras fortalecido por el aumento de sus fuerzas, y la última victoria era siempre el medio para la siguiente, sometiendo a todos los pueblos del Oriente. La última guerra la sostuvo [9] con el rey de los bactrianos, Zoroastres 10 , que fue el primero, se dice, en descubrir las artes mágicas y examinar con la mayor atención el origen del mundo y el movimiento de las estrellas. Tras haber dado muerte a éste, murió el propio Nino, [10] dejando un hijo todavía impúber, Ninias, y a su esposa Samíramis 11 .
Ésta, no atreviéndose a entregar el poder al muchacho, demasiado [2 ] joven, ni a ejercerlo ella abiertamente, pues tantos y tan grandes pueblos, los cuales apenas habían obedecido con resignación a su esposo Nino, menos aún obedecerían a una mujer, finge que es el hijo de Nino en vez de su esposa, un muchacho en vez de una mujer. Pues la estatura de ambos era mediana, [2] su voz igualmente delicada y parecida la naturaleza de [3] las facciones en madre e hijo. Entonces cubre sus brazos y sus piernas con prendas ceñidas y su cabeza con una tiara 12 . Y para que no pareciera que con su nueva indumentaria ocultaba algo, manda que el pueblo se vista de esta misma forma, costumbre [4] que desde entonces todo el mundo tiene. Así se creyó desde el principio, al ocultar su sexo, que era un muchacho. [5] Después llevó a cabo grandes empresas y, cuando considera que la fama de éstas ha vencido a la envidia, confiesa quién es [6] y por quién se había hecho pasar. Y esto no la privó de su dignidad real, sino que aumentó la admiración hacia ella, puesto que, siendo mujer, no sólo había superado en valor a las mujeres, [7] sino también a los hombres. Fundó Babilonia 13 y rodeó la ciudad con una muralla de ladrillos, unidos, en vez de arena, con betún, material que se encuentra en aquellos lugares por [8] todas partes procedente de la tierra recalentada. Otras muchas fueron las empresas famosas de esta reina, puesto que, no contenta con defender las fronteras del reino conseguido por su [9] marido, añadió también Etiopía a su dominio. Pero además llevó la guerra a los indios, en cuyos territorios nadie entró, [10] salvo ella y Alejandro Magno. Finalmente, cuando pretendía compartir lecho con su hijo, fue matada por éste, tras haber reinado [11] durante treinta y dos años después de Nino 14 . Su hijo Ninias 15 , contentándose con el imperio conseguido por sus padres, abandonó esta pasión por la guerra y, como si hubiese cambiado el sexo con su madre, rara vez se dejó ver por hombres, muriendo de viejo en medio de un grupo de mujeres. También sus descendientes, siguiendo este ejemplo, daban sus [12] órdenes a los pueblos a través de intermediarios. Los asirios, [13] que después fueron llamados sirios, conservaron el imperio mil trescientos años.
Finalmente entre ellos reinó Sardanápalo 16 , hombre más [3 ] corrupto que una mujer. Arbacto 17 , prefecto suyo puesto al [2] frente de los medos, después de haber conseguido a duras penas con gran empeño ser admitido a su presencia (cosa que a nadie antes había sido permitida), lo encontró en medio de un rebaño de rameras, mientras hilaba púrpura con la rueca y mientras vestido de mujer, aventajando a todas las mujeres por la molicie de su cuerpo y por la lascivia de sus ojos, repartía entre las doncellas la lana para hilar. Cuando vio esto, indignándose [3] de que tantos hombres estuvieran sujetos a semejante mujerzuela y de que quienes tenían espadas y armas obedecieran a quien tejía la lana, se dirige a sus compañeros y les refiere lo que ha visto; dice que no puede obedecer a uno que prefiere [4] ser mujer a ser hombre. Por tanto se produce una conjura y se declara la guerra a Sardanápalo. Éste, al enterarse, no se dispuso a defender su reino como un hombre, sino que primero, como suelen hacer las mujeres por miedo a la muerte, busca a su alrededor un escondite y después marcha a la guerra [5] con un puñado de hombres en desorden. Vencido, se refugió en palacio, en donde levantó una pira y, después de prenderle fuego, con sus riquezas se arroja a las llamas, imitando a un [6] hombre en esto sólo. Tras él fue designado rey el autor de su muerte, Arbacto, que había sido prefecto de los medos. Éste transfiere el poder de los asirios a los medos.
[4 ] Tras muchos reyes después de él, por orden de sucesión el [2] reino llega a manos de Astíages 18 . Éste vio en sueños que de los órganos genitales de su hija, la única que tenía, había nacido una vid, bajo cuyos pámpanos se cubría de sombra toda [3] Asia. Consultados los adivinos, respondieron que de esta hija tendría un nieto, cuya grandeza se vaticinaba, y que para él se [4] presagiaba la pérdida del reino. Aterrado por esta respuesta, no casó a su hija ni con un hombre ilustre ni con un conciudadano, no fuera que la nobleza de su padre y de su madre despertara la ambición de su nieto, sino con un hombre modesto, [5] Cambises 19 , de los persas, pueblo entonces desconocido. Y no viéndose libre, ni siquiera así, del temor que le había inspirado el sueño, llamó a su lado a su hija cuando estaba embarazada, para que ante todo el fruto de su parto fuera asesinado a [6] la vista del abuelo. El recién nacido es entregado a Hárpago 20 , que compartía los secretos del rey, para que lo mate. Éste, temiendo que la hija, si el poder pasaba a ella a la muerte [7] del rey, dado que Astíages no había engendrado ningún descendiente varón, tomara venganza de su ministro por la muerte de su hijo, ya que no podía tomarla de su padre, entrega el niño a un pastor del rebaño del rey para que lo expusiera. Por casualidad, justo al mismo tiempo también le había nacido [8] un hijo al pastor. Por tanto su esposa, tras conocer el [9] abandono de la regia criatura, suplica insistentemente que le lleve al niño y se lo muestre. El pastor, cansado de sus ruegos, [10] vuelve al bosque y encuentra junto al recién nacido una perra que ofrecía sus ubres al pequeño y lo defendía de las fieras y de las aves de rapiña 21 . Movido también él por la compasión [11] por la que había visto que se había movido incluso la perra, se lleva al niño a los establos, mientras la misma perra le sigue de cerca agitándose. Tan pronto como la mujer lo acogió en [12] sus brazos, el niño jugueteó como si la conociera y en él apareció tan gran vivacidad y una tan dulce sonrisa de criatura zalamera, que la esposa del pastor pidió incluso que expusiera a su propio hijo en lugar de aquél y le permitiera criar al niño para su propia fortuna o bien para esperanza de ellos dos. Y [13] cambiada así la suerte de los niños, el uno es criado como hijo del pastor y el otro es abandonado como nieto del rey. A la [14] nodriza se le dio después el nombre de Espargo, porque los persas llaman así al perro 22 .
[5 ] Luego, el muchacho recibió el nombre de Ciro 23 , pues se [2] comportaba con autoridad entre los pastores. Al poco tiempo, elegido a suerte rey entre los niños cuando jugaban, como hubiera azotado a los renuentes por su travesura, los padres de éstos presentaron su queja ante el rey, indignándose de que un siervo del rey hubiera azotado como siervos a hombres libres. [3] Éste, después de llamar a su presencia al muchacho e interrogarlo, al contestarle sin alterar su rostro que había obrado como rey, admirando su firmeza, recuerda el sueño y la respuesta [4] de los adivinos. Siendo así que además coincidían la semejanza de su rostro, el tiempo de su abandono y la confesión [5] del pastor, reconoció a su nieto. Y puesto que el sueño le parecía cumplido al ejercitar éste el poder real entre los pastores, se [6] limitó a ablandar en él su espíritu hostil. Mas, resentido con su amigo Hárpago, en venganza por haber salvado a su nieto, mató a su hijo y lo ofreció al padre para que se lo comiera 24 . [7] Pero Hárpago, disimulando su dolor por el momento, aplazó su [8] odio al rey para la ocasión de la venganza. Después de algún tiempo, cuando Ciro había crecido, Hárpago, aconsejado por el dolor de la pérdida, le escribió diciendo cómo fue apartado por su abuelo a los persas, cómo el abuelo ordenó matar al pequeño, cómo se salvó gracias a él, cómo ofendió con ello al rey y [9] cómo perdió a su hijo. Le exhorta a preparar un ejército y emprender el camino, que sería fácil, hacia el trono, prometiéndole [10] que los medos se pasarían a él. Puesto que la carta no podía ser llevada abiertamente ya que los guardianes del rey bloqueaban todas las entradas, la mete en una liebre, después de destriparla, y se la confía a un siervo leal para que la llevara a Persia, a Ciro; se le dieron además redes, para que, bajo la apariencia de cazador, el engaño quedara oculto.
Ciro, después de leer la carta, recibió en un sueño el mandato [6 ] de intentar esto mismo, mas se le advirtió que tomara como compañero de su empresa a quien primero se encontrara al día siguiente. Así que al alba, cuando tomaba el camino del [2] campo, se encontró con un siervo llamado Sibares, que procedía del ergástulo 25 de un medo. Después de preguntarle por su [3] origen, tan pronto como oyó que había nacido en Persia, quitándole las cadenas y tomándolo como compañero, regresa a Persépolis 26 . Allí, convocando al pueblo, ordena que todos se [4] presenten con hachas y corten los árboles que bordeaban el camino. Habiendo cumplido la orden con diligencia, al día siguiente [5] los invita a un festín que había preparado; después, [6] cuando vio que se habían puesto bastante alegres por el convite, les pregunta qué tipo de vida elegirían, si se les diera la oportunidad, la del trabajo de la víspera o la del presente banquete. Cuando todos gritaron ‘la del presente banquete’, les dijo que pasarían toda su vida trabajando como la víspera mientras siguieran sometidos a los medos, en banquetes diarios si lo seguían a él. Contentos todos, lleva la guerra a los medos. [7] Astíages, olvidándose del delito que había cometido con Hárpago, [8] le confía la dirección de la guerra. Éste, rindiéndose inmediatamente, [9] entregó a Ciro el ejército que había recibido y venga la crueldad del rey con la deslealtad de su traición. Cuando Astíages se enteró de esto, reclutando tropas auxiliares [10] de todas partes, marcha en persona contra los persas y, reanudando la lucha con más fuerza, pone detrás de los suyos, mientras [11] combatían, una parte del ejército, ordenándole lanzar con las armas contra el enemigo a quienes se dieran la vuelta y advierte a los suyos que si no vencían, encontrarían detrás unos hombres no menos fuertes que por delante; que por tanto vean [12] si deben romper esta línea huyendo o aquélla luchando. Ante [13] la necesidad de luchar, un gran coraje animó a su ejército. Y cuando las líneas persas, al ser rechazadas, empezaban a ceder, las madres y las esposas corren a su encuentro y les piden que [14] vuelvan a la lucha; cuando vacilaban, ellas se levantan el vestido y les muestran las partes obscenas de su cuerpo, preguntándoles si querían refugiarse en el seno de sus madres y de sus [15] esposas. Frenados por este reproche, vuelven a la lucha y, atacando, [16] obligan a huir a aquellos de quienes ellos huían. En aquella batalla 27 es hecho prisionero Astíages, a quien Ciro nada quitó, salvo su reino, y se portó con él más como un nieto que como un vencedor y le confió el gobierno del mayor pueblo de los hircanos 28 . De hecho, el mismo Astíages no quiso [17] volver a Media. Y este fue el final del imperio de los medos. Reinaron trescientos cincuenta años 29 .
[7 ] Al principio de su reinado, Ciro colocó al frente de los persas a Sibares, compañero de sus comienzos, a quien, conforme a la visión tenida durante la noche, había librado del ergástulo y había tenido como camarada en todas sus acciones, y le dio [2] en matrimonio a su hermana. Pero los pueblos que habían sido tributarios de los medos, pensando que al cambiar el dominio también había cambiado su condición, se rebelaron contra Ciro, lo que fue para él origen y causa de numerosas guerras. Sometidos después la mayor parte de ellos, cuando hacía la [3] guerra contra los babilonios, Creso 30 , rey de los lidios 31 , cuya riqueza y poder eran entonces famosos, fue en ayuda de los babilonios; y, vencido e inquieto por su persona, se refugió pronto en su reino. Ciro, además de poner orden en el gobierno de [4] Babilonia, tras su victoria traslada la guerra a Lidia. Allí derrotó [5] sin ningún esfuerzo al ejército de Creso, abatido ya por la suerte de la anterior batalla; el propio Creso es hecho prisionero. Pero cuanto menor es el peligro en la guerra, tanto más benévola [6] es la victoria: a Creso se le concedió la vida, parte de su [7] patrimonio y la ciudad de Béroe, en la que llevara si no una vida de rey, sí lo más parecida a la majestad real 32 . Esta clemencia [8] fue provechosa no menos al vencedor que al vencido, puesto que de toda Grecia, al conocerse la guerra que se había [9] hecho contra Creso, llegaban refuerzos como para sofocar un incendio común: ¡Tan grande era el amor a Creso en todas las [10] ciudades! Y si Ciro hubiera adoptado contra Creso una resolución más cruel, habría debido soportar una dura guerra de parte [11] de Grecia. Después de algún tiempo, mientras Ciro estaba [12] ocupado en otras guerras 33 , se sublevaron los lidios; después de haber sido vencidos por segunda vez, se les quitaron armas y caballos y se les ordenó dedicarse a taberneros y a los espectáculos [13] y al lenocinio. Y así un pueblo en otro tiempo poderoso por su laboriosidad y esforzado en la lucha, afeminándose a causa de la molicie y del desenfreno, perdió su antiguo valor y, a quienes antes de Ciro las guerras revelaron como invencibles, habiéndose entregado a los excesos, los vencieron el ocio [14] y la desidia. Antes de Creso los lidios tuvieron muchos reyes memorables por diversas vicisitudes, mas ninguno con una [15] suerte comparable a la de Candaules. Éste, locamente enamorado de su esposa por su belleza, solía elogiarla delante de todos, no contento con el secreto conocimiento de sus placeres si además no publicaba las cosas que deben callarse del matrimonio, [16-17] justamente como si el silencio ultrajara su belleza. Finalmente, para dar testimonio de su afirmación, la mostró desnuda [18] a su camarada Giges. Con esto, por una parte convirtió a un amigo en enemigo, al haberlo atraído al adulterio con su esposa, y por otra parte se enajenó a ésta, por haber, por así decir, [19] entregado su amor a otro. En efecto, pronto el asesinato de Candaules fue el regalo de su boda y la esposa, llevando como dote la sangre de su marido, se entregó a sí misma al adúltero a la vez que el reino de su esposo.
[8 ] Ciro, sometida Asia 34 y reducido a su poder todo el Oriente, [2] dirige la guerra contra los escitas. En aquel tiempo Támiris 35 era reina de los escitas; ésta, no temiendo la llegada de los enemigos como una mujer, aun cuando podía impedirles el paso del río Araxes 36 , les permitió pasarlo, convencida de que, por una parte, para ella la lucha sería más fácil dentro de sus fronteras, y por otra, para los enemigos la huida sería más difícil por el obstáculo del río. Y así Ciro, habiendo ordenado pasar [3] las tropas al otro lado, tras avanzar un poco dentro de Escitia, instaló su campamento. Después, al día siguiente, fingió [4] miedo y, como si hubiese huido abandonando el campamento, dejó gran cantidad de vino y otras cosas necesarias para los banquetes. Cuando esto se anunció a la reina, envía a su [5] hijo 37 , muy joven, a perseguirlo con un tercio de sus tropas. Después de llegar al campamento de Ciro, el joven, desconocedor [6] de las tácticas militares, como si hubiese llegado a un festín y no a una batalla, olvidándose de sus enemigos, permite que los bárbaros, no acostumbrados al vino, se emborrachen y [7] los escitas son vencidos por su embriaguez antes que por la guerra. Pues Ciro, conocida la noticia, volviendo por la noche, [8] aplasta a los escitas borrachos, y los mata a todos, incluido el hijo de la reina. Aun habiendo perdido tan gran ejército y, lo [9] que fue más doloroso, a su único hijo, Támiris no descargó en sus lágrimas el dolor de la pérdida, sino que lo dirigió al consuelo de la venganza y con una emboscada parecida sorprendió a los enemigos, exultantes por la reciente victoria; puesto que, [10] fingiendo inseguridad por la derrota sufrida, se retiró y atrajo a Ciro hasta un desfiladero; allí, después de preparar una emboscada [11] en las montañas, mató a doscientos mil persas junto con [12] su rey. En esta victoria fue también memorable que no sobrevivió [13] ni siquiera un mensajero de tan gran desastre. Después de cortarle la cabeza a Ciro, la reina manda meterla en un odre lleno de sangre humana con este reproche a su crueldad: ‘sáciate. decía, de la sangre que ansiaste y de la que siempre fuiste [14] insaciable’. Ciro reinó treinta años, extraordinariamente distinguido no sólo por el comienzo de su reino, sino también por el continuo éxito de toda su vida.
[9 ] Le sucedió su hijo Cambises 38 , que añadió Egipto al imperio [2] de su padre, pero irritado con las supersticiones de los egipcios, manda destruir los templos de Apis 39 y de las demás divinidades. [3] También envía a tomar el famosísimo templo de Hamón 40 a un ejército que pereció abatido por el mal tiempo y [4] las dunas de arena. Después de esto vio en sueños que su hermano [5] Mergis reinaría 41 . Aterrado por este sueño, no dudó en [6] cometer incluso un parricidio además de los sacrilegios. Pues era difícil que perdonara a los suyos quien con menosprecio de [7] la religión había ido contra los dioses. Para este cometido tan cruel escogió de entre sus amigos a un mago, llamado Cometes 42 . [8] Entretanto él mismo, herido gravemente en el muslo al salirse la espada ella sola de su vaina, murió y pagó sus penas, ya por el parricidio que había ordenado, ya por el sacrilegio que había cometido 43 . Recibida la noticia, el mago apresura su [9] crimen adelantándose al rumor de la muerte del rey, y, matando a Mergis, a quien correspondía el reino, puso en su lugar a su propio hermano Oropasta 44 . Eran, en electo, muy parecidos [10] en las facciones de su rostro y en su cuerpo y, no sospechando nadie que había engaño, Oropasta es proclamado rey como si fuera Mergis. Este hecho permaneció más fácilmente en secreto, [11] porque entre los persas la persona del rey se oculta por respeto a su majestad. Así pues los magos, para ganarse el favor [12] del pueblo, conceden exención de tributos y dispensa del servicio militar por tres años, tratando de consolidar con la concesión [13] de esta gracia el reino que habían conseguido con el fraude. El primero que tuvo sospechas de esto fue Hostanes 45 , [14] hombre ilustre y muy sagaz en sus conjeturas. Por esto, sirviéndose [15] de unos intermediarios, pregunta a su hija, que era una de las concubinas del rey, si éste era hijo de Ciro. Ella responde [16] que no lo sabe y que no puede averiguarlo por ninguna otra, ya que estaban recluidas una a una por separado. Entonces [17] le manda que le toque la cabeza mientras duerme, pues Cambises había mandado cortar las orejas al mago. Después, [18] enterado por su hija de que el rey no tenía orejas, descubre la verdad a los nobles persas y, tras haberlos empujado a matar al falso rey, los obliga con el compromiso sagrado del juramento [19] Sólo fueron siete los cómplices de esta conjura y enseguida, para que ninguno contara el plan al tener tiempo de arrepentirse, se encaminan a palacio con la espada escondida bajo el [20] vestido. Allí, después de matar a quienes les habían salido al encuentro, llegan ante los magos, a los que tampoco faltó coraje [21] para defenderse, puesto que, desenvainando la espada, matan [22] a dos conjurados. Sin embargo son reducidos por éstos, que eran más; Gobrias 46 , que tenía abrazado por la cintura a uno de los dos, ante el temor de sus compañeros a matarlo a él en lugar del mago, dado que los hechos sucedían en un lugar oscuro, mandó que dirigieran la espada contra el mago, incluso [23] a través de su cuerpo. Sin embargo, por los designios de la fortuna, el mago es matado quedando él sano y salvo.
[10 ] Después de la muerte de los magos la gloria de los nobles por haber recuperado el reino fue sin duda grande, pero fue mucho mayor porque pudieron llegar a un acuerdo cuando discutían [2] por la realeza. Eran, en efecto, tan iguales en valor y nobleza, que la igualdad hacía difícil al pueblo la elección entre [3] ellos. Por consiguiente, encontraron ellos mismos una vía para [4] confiar el juicio sobre su persona a la religión y a la fortuna, y pactaron entre sí que un día determinado, al amanecer, todos llevarían sus caballos ante palacio y que sería rey aquél cuyo caballo durante la salida del sol hubiese dado el primer relincho. [5] Pues creen los persas que el sol es el único dios y precisamente [6] a este dios consideran consagrados los caballos 47 . También estaba entre los conjurados Darío, hijo de Histaspes, a quien el guarda de su caballo, al verlo inquieto por la realeza, dijo que si era aquello lo que detenía su victoria, no quedaba ningún obstáculo. Después, la víspera del día fijado, por la noche, [7] lleva el caballo al mismo lugar y allí lo aparea con una yegua, persuadido de que, por el placer del instinto, sucedería lo que realmente pasó. Y así al día siguiente, habiéndose reunido [8] todos a la hora establecida, el caballo de Darío, reconociendo el lugar, al instante dejó escapar un relincho por el deseo de la hembra y, mientras los otros permanecían quietos, fue el primero en dar el auspicio afortunado para su dueño. Tan grande [9] fue la moderación de los demás que, al oír el auspicio, enseguida desmontaron de los caballos y saludaron a Darío como rey 48 . También el pueblo todo, siguiendo el parecer de los nobles, [10] lo designó igualmente rey. De este modo, el reino de los [11] persas, reconquistado por el valor de siete hombres nobilísimos, se confió a uno solo por una circunstancia tan frívola. Es [12] de todo punto increíble que ellos hubieran obrado con tan gran resignación en aquello por lo que no rechazaron morir para quitárselo a los magos. Con todo, Darío, además de su belleza [13] y valor, digno de este poder, tenía también un lazo de parentesco con antiguos reyes. Al principio de su reinado, pues, tomó [14] en matrimonio a la hija de Ciro, para consolidar su reino con un matrimonio real, de manera que pareciese que este poder no tanto había pasado a un extraño como que había vuelto a la familia de Ciro. Después de algún tiempo, como los asirios se [15] hubieran sublevado y apoderado de Babilonia y fuera difícil tomar la ciudad, mientras el rey estaba en un duro aprieto, Zópiro 49 , uno de los que habían matado a los magos, se hace azotar todo el cuerpo en su propia casa, ordena que se le hagan cortes en la nariz, orejas y labios, y de este modo se presenta [16] inesperadamente al rey. Ante el asombro y las preguntas de Darío sobre las causas y el autor de tan horribles heridas, en secreto le manifiesta con qué propósito lo ha hecho y, habiendo elaborado un plan para el futuro, se dirige a Babilonia declarándose [17] desertor. Allí muestra al pueblo su cuerpo torturado, se queja de la crueldad del rey, que lo había vencido en su pretensión al reino no por su valor sino por los auspicios, no por el juicio de los hombres, sino por el relincho de un caballo; [18] les recomienda que tomen de los amigos ejemplo sobre qué [19] deben evitar los enemigos; les exhorta a que confíen no más en las murallas que en las armas, y a que permitan que él, siendo [20] su ira más reciente, dirija una guerra común. Era conocida de todos la nobleza del varón al igual que su valor y no desconfiaban de su palabra, de la que tenían como garantía las heridas [21] de su cuerpo, señales del injusto castigo. Por tanto con la aprobación de todos es designado jefe y, después de recibir un pequeño ejército, hace la guerra con éxito dos veces, puesto que [22] los persas, según lo acordado, se retiraban. Y finalmente entrega a Darío todo el ejército, que se le había confiado, y somete [23] igualmente la ciudad a su poder. Después de esto Darío lleva la guerra contra los escitas, lo que se relata en el libro siguiente.
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4 Según otra tradición, que a través de Varrón llega a SAN AGUSTÍN (La ciudad de Dios XVIII 2), antes de Nino reinó su padre Belo, asimilado después a Cronos. OROSIO (VII 2, 13), sitúa a Nino poco antes del nacimiento de Abraham. La figura de Nino, que no existe en las fuentes orientales, probablemente fue inventada como epónimo de la ciudad de Nínive, capital de Asiria, en la orilla izquierda del Tigris, en Iraq. Los asirios, que habitaban al nordeste del Tigris (hoy norte de Iraq) y cuya historia se extiende del 2500 al 612 a. C., comenzaron su expansión en el siglo XIII a. C.
5 Región del África septentrional, entre el Mediterráneo, al norte, el Gébel tripolitano, al noroeste, el Gébel cirenaico, al nordeste, y el macizo de Tibesti al sur.
6 Vezosis es deformación de Sesosis (griego Sésōstris), forma latina por Sesostris. Este nombre fue llevado por tres faraones de la dinastía XII (entre 1971 y 1839 a. C.). Los nombres propios relativos a la historia oriental adoptan a menudo una forma insólita, debido a la doble transcripción de los mismos, primero al griego de las fuentes de Trogo, y luego al latín.
7 Del rey Tánao, conocido sólo por esta cita y por fuentes tardías, derivaría el nombre del río Tanais (actual Don, cf. n. 411).
8 Según HERÓDOTO (IV 19), la Escitia ocupaba la zona entre el Danubio y el Don. En la tradición clásica, la Escitia se extiende al norte del mar Negro.
9 Propiamente el mar Negro (Ponto Euxino de los griegos) y, por metonimia, el territorio en torno al mismo, ya sea sobre la costa del Asia Menor, entre Bitinia y Armenia, ya sea sobre la costa ucrania que da al mar Negro y al mar de Azov, territorio éste ocupado por los escitas.
10 Se trata, según otras fuentes, de Oxiartes o Exaortes. La referencia a los estudios mágicos y astronómicos podría llevarnos a identificarlo con el legendario legislador religioso iranio Zoroastro o Zaratustra (700-630 o 600 a. C.). Los bactrianos (cf. II 1, 3 y 3, 6) habitaban una región del antiguo Irán, Bactriana o Bactria (hoy Turquestán afgano), comprendida entre Paropamiso (hoy Hindukush) y el río Oxos (hoy Amu-Daria).
11 Samíramis o Semíramis, según una tradición, fue reina de Asiria y de Babilonia. Era hija de un mortal y de la diosa semítica Derceto, también llamada Atargatis, semejante a la fenicia Astarté-Afrodita.
12 Llamada kídaris por los persas, era un sombrero en forma de cono de tejido y piel, que entre los pueblos orientales simbolizaba la soberanía.
13 Babilonia, llamada también Babel («Puerta o Torre de Dios»), estaba situada a orillas del Eufrates. Llegó a ser capital de un gran imperio con Hammurabi (1953-1913? a. C.). En torno al 689 a. C. fue destruida por el asirio Sennaquerib y reconstruida por su hijo Asaradón (680-669 a. C.).
14 Según la versión de DIODORO (II 20, 1-2), Semíramis desapareció de forma misteriosa, después de haber dejado el reino a su hijo Ninias, que había intentado conspirar contra ella. Según el mito, transformada en paloma, fue venerada como diosa. Su reino habría durado 42 años y no 32.
15 La figura legendaria de Ninias debe corresponder a la histórica de Adad-nirari III (805-782 a. C.).
16 Justino omite la serie de reyes que median entre Ninias y Sardanápalo. Este último es el nombre griego del histórico Asurbanipal (668-629? a. C.), hijo y sucesor de Asaradón. Con su muerte empieza el declive del imperio asirio, coincidiendo con el desarrollo del poder de los medos y la amenaza de los escitas al norte.
17 Se trata de Árbaces (cf. Prólogo), gobernador de Media, región al noroeste de Irán, entre Armenia, Mesopotamia, el mar Caspio, Persia y la Susiana. Estuvo sometida a los asirios hasta finales del s. IX a. C., en que Deyoces constituyó su propio estado con capital en Ecbatana. A Árbaces le sucedió su hijo Fraortes (674/646-653/625 a. C.); éste se rebeló contra los asirios, bajo cuyo dominio se encontraba Media desde antes de Árbaces, y fue muerto por ellos. Después reinó Ciáxares (625-585 a. C.) y después Astíages (584-550 a.
18 Astíages, hijo de Ciáxares, fue el último rey de los medos.
19 Según las inscripciones, Cambises, hijo de Ciro I, fue rey de Anzán, antigua ciudad del Elam, al este del Tigris (600-559 a. C.). Fue vasallo de los medos Ciáxares y Astíages y casó con la hija de este último, Mandana, y de esta unión nació Ciro el Grande.
20 Hárpago era pariente de Astíages. Después de su alianza con Ciro, recibiría el gobierno de Lidia.
21 La exposición de niños con destino destacado (Moisés, Edipo, Rómulo) es una constante en muchas leyendas, en las que aparece, a veces, como rasgo común el amamantamiento de los mismos por parte de animales; recordemos a Rómulo y Remo (cf. XLIII 2, 5) y a Habis (cf. XLIV 4, 3).
22 Según HERÓDOTO (I 110), la mujer se llamaba Kynṓ (en griego) y Spakṓ (en la lengua de los medos). Éstos llamaban a la perra Spaka. También dice que el hijo de Espargo y del pastor, llamado Mitridates, nació muerto.
23 Juego de palabras que relaciona el nombre de Ciro (Kŷros en griego) y el término griego kýrios, «señor, dueño».
24 Rasgo mítico recurrente (cf. Tiestes y Atreo, Tántalo y Pélope, etc., y XXXVIII 8, 13).
25 Lugar donde se encerraba a los esclavos. La palabra está relacionada con el griego ergázomai, «trabajar».
26 Persépolis, al nordeste de la actual Shiraz (Irán), más tarde capital del imperio persa aqueménida, fue construida por Darío I a finales del s. VI a. C. y ampliada por su hijo Jerjes y por Artajerjes I. En el 331 a. C. Alejandro Magno ordenó incendiarla.
27 Se trata de la batalla de Pasárgadas, al norte de Persépolis (cf. n. anterior). Era ésta la capital del imperio persa antes de Persépolis. Fue engrandecida por Ciro el Grande en 556 a. C.
28 Son los habitantes de Hircania, al sudeste del mar Caspio, entre Margiana y Media. Perteneció a los persas, a los macedonios y a los partos sucesivamente.
29 El reino de los medos fue destruido por Ciro II el Grande hacia el 559 a. C.
30 Creso, último rey de Lidia (560-546 a. C.), sometió las ciudades griegas del Asia Menor. Apoyó la colaboración con los griegos, cuya cultura admiraba. Ante la amenaza persa que surgía al este de Lidia y animado por el oráculo de Delfos y por sus aliados, Egipto, Babilonia y Esparta, Creso invadió Capadocia (546? a. C.), enfrentándose con Ciro, que lo venció en Pteria (actual Boğazköy).
31 Lidia, región de Asia Menor entre Misia y Caria, está limitada al oeste por el mar Egeo y al sur por el río Meandro. A los legendarios reyes Atis y Lido, sucedieron los Heraclidas, (s. XIII-VIII a. C.), cuyo último rey fue Candaules, y los Mérmnadas: Giges. Sadiates, Aliates y Creso (687-546 a. C.), con el que, tras la derrota de Pteria (cf. n. 30), desapareció el reino de Lidia.
32 Creso murió en el 526? a. C. en Barene, junto a Ecbatana, capital de Media.
33 Se refiere a las guerras que sostuvo contra bactrianos y babilonios.
34 Ciro II el Grande era hijo de Cambises I y de Mandana, hija de Astíages. Rey de Anzán. se rebeló contra su abuelo Astíages (555 a. C.) y tomó el título de rey de los medos y de los persas. Tomó Babilonia (539 a. C.) y llevó la guerra a las colonias griegas del Asia Menor y a numerosos pueblos situados entre el Caspio y la India. En 528 a. C. fue vencido por Támiris, reina de los maságetas. En la antigüedad se entendía Asia como Asia Menor.
35 Támiris era propiamente reina de los maságetas (530-528 a. C.). antiguo pueblo de Escitia, situado al norte del mar Caspio, a quienes Justino llama escitas. Contra ellos dirigieron campañas tanto Ciro como Darío, siendo dominados más larde por Alejandro Magno.
36 Río del Asia occidental, hoy Araks. En nota al texto SANTI AMANTINI dice que se trata de otro nombre dado al antiguo río Oxos (hoy Amu-Daria).
37 Llamado Espargapises (cf. HERÓDOTO I 211, 2).
38 Cambises II (528-522 a. C.) derrotó a Psamético III, rey de Egipto, en la batalla de Pelusio (525 a. C.) y fundó la XXVII dinastía.
39 Apis era un dios solar egipcio que se adoraba en Menfis bajo la forma de buey. Era representado por un buey blanco y negro, que trás su muerte se convertía en un Osiris-Apis. Según HERÓDOTO (III 29), Cambises lo mató con sus propias manos.
40 Hamón, o Amón, identificado con Zeus por los griegos, es una antigua divinidad egipcia originaria de Tebas. Más tarde se fundió con Ra, dios solar de Heliópolis, en Hamón-Ra. Su encarnación visible era el sol, si bien en Nubia se le adoró en forma de carnero.
41 Mergis se corresponde con el griego Smérdis o Mérdis, transcripción del original Bardiya, hermano menor de Cambises II.
42 Corresponde este nombre griego al original Gaumata.
43 Cambises II murió en el 522 a. C., en Siria, cuando, al enterarse de que le había sido usurpado el trono, regresaba de su expedición a Egipto, no se sabe si por accidente o quitándose la vida.
44 HERÓDOTO (III 30; 61-66). identifica al falso Esmerdis con Gaumata, mientras que Trogo-Justino lo identifican con Oropasta. Los magos, miembros de la casta sacerdotal, poseían el saber teológico y científico y se distinguían por sus conocimientos de astrología y magia.
45 Llamado Otanes en HERÓDOTO (III 68-84).
46 Gobrias había sido gobernador de Gucio (entre el Tigris y su afluente el Diala), bajo Ciro, y en 539 a. C. había conquistado Babilonia por encargo del rey. Casó con una hermana de Darío, quien a su vez, se casó con una hija de aquél. El atentado contra los magos, en el que, según HERÓDOTO (III 78), murieron los conspiradores Aspatines e Intafrenes, tuvo lugar en 522-521 a. C.
47 La relación del caballo con el culto solar es un elemento presente entre pueblos indoeuropeos, como griegos, celtas y maságetas.
48 Darío I el Grande (522-486 a. C.), como hijo de Histaspes, pertenecía a la dinastía aqueménida. De su unión con Atosa nació Jerjes. En torno al 518 a. C. dio forma casi definitiva al estado persa, cuyo territorio se dividió, con fines fiscales, en veinte satrapías, mandadas por sátrapas, especie de virreyes que gozaban de una independencia casi total.
49 Zópiro era hijo de Megabazo, otro de los conjurados contra el falso Esmerdis. Justino confunde al hijo con el padre. La sublevación, al frente de la cual se encontraba Nebukadnezar, fue sofocada probablemente en 522 o 521 a. C.