Читать книгу Introduccin a la teologa cristiana AETH - Justo L. Gonzalez - Страница 10
e) La teología como contemplación
ОглавлениеUn modo de entender la función de la teología, que fue muy común en la antigüedad pero que la modernidad parece haber olvidado, es la teología como contemplación. Cuando se decía que alguien era «teólogo», frecuentemente lo que se quería decir era lo que hoy entendemos por «místico». Por eso, desde fecha bien temprana, se dio en llamar al autor del Apocalipsis «Juan el teólogo». Por eso el título de «teólogo» se reservó en la antigüedad para aquellos autores que se destacaban por su espíritu contemplativo.
El valor de este énfasis en la «contemplación», como parte esencial de la teología, está en que contrarresta la tendencia moderna a pensar que la teología es una disciplina como otra cualquiera, y que para dedicarse a ella basta con estudiarla. Al hablar de teología como «contemplación», se subraya el carácter devocional de la teología, de una disciplina que, por así decir, no se ha de hacer solamente sentado ante un escritorio, sino también de rodillas ante un altar. Es por esto que en el siglo 4 Gregorio Nacianceno, uno de los primeros autores en discutir qué es la teología, dice que uno de los primeros pasos del teólogo ha de ser «pulir su propio ser teológico hasta que brille como una estatua».
Por otra parte, el peligro de este modo de entender la teología, sobre todo en nuestros tiempos tan individualistas, es que caigamos presa de las visiones privadas. En tal caso, basta con que alguien diga que tuvo una visión para que se le dé autoridad teológica. Aunque no cabe duda del valor y la veracidad de ciertas visiones, también es cierto que a través de toda su historia la iglesia se ha visto en la necesidad de cuidarse de las supuestas «visiones» de individuos que pretenden tener revelaciones privadas, y que a la postre contradicen buena parte del evangelio. Posiblemente aquí, como en otros casos, sea bueno recordar lo que decimos más adelante acerca de la relación entre la teología y la comunidad de fe.
En resumen, la teología y su función pueden entenderse de varios modos. La mayoría de éstos no se contradicen entre sí, sino que se complementan. Posiblemente, dada la situación en nuestras iglesias, deberíamos darle prioridad a la teología como crítica de la vida y de la proclamación de la iglesia, aunque dándole también lugar a la teología como sistematización de la doctrina, como puente hacia los no creyentes, y como contemplación. Lo que todo esto implica irá viéndose en el curso de las páginas que siguen.