Читать книгу La práctica integral de vida - Кен Уилбер, Ken Wilber - Страница 10
Un enfoque radicalmente inclusivo
ОглавлениеEl marco de referencia de la Práctica Integral de Vida se caracteriza por su gran flexibilidad. No es un programa al que debamos atenernos estrictamente para tener más éxito, un mejor aspecto, alcanzar la iluminación o ser, de un modo u otro, más perfectos. La Práctica Integral de Vida nos proporciona herramientas que contribuyen a diseñar la práctica personalizada que más nos sirva, con la certeza de que, con el paso del tiempo, irá modificándose.
La faceta “integral” de la PIV reside en su inclusividad basándose, para ello, en un mapa conceptual, al que denominamos OCON (acrónimo de “omnicuadrante y omninivel”) y al que no tardaremos en volver. OCON es una teoría de todo, una forma de entender la vida y la realidad en un sentido no, por amplio, menos preciso. OCON es un mapa de la conciencia, del Kosmos y de todos y cada uno de los niveles y dimensiones del desarrollo humano.
En términos técnicos se trata de un mapa de mapas, de una metateoría que incluye las verdades esenciales procedentes de centenares de otras teorías en un marco de referencia que tiene en cuenta, al tiempo que integra, en la misma totalidad coherente, intuiciones profundas procedentes, entre otras muchas disciplinas, de las tradiciones espirituales, de la filosofía, de la ciencia moderna y de la psicología evolutiva. En este sentido, el marco de referencia OCON tiene en cuenta las perspectivas que han aportado, a nuestra comprensión del mundo y del yo, grandes pensadores, maestros e investigadores.
Pero la cosa no acaba ahí, porque OCON también es un marco de referencia intuitivo que describe el territorio de nuestra propia conciencia. Y, para disfrutar de sus beneficios, no es necesario estar titulado ni contar con un equipamiento de última tecnología. Lo único que necesitamos, para ello, es la predisposición a aportar un nuevo tipo de conciencia a nuestra experiencia, lo que se asemeja a aprender un nuevo idioma. Quizás, al comienzo, nos sintamos un tanto torpes memorizando nuevos términos y farfullando un nuevo lenguaje pero, con el paso del tiempo, acabaremos descubriendo que, cuanto más apliquemos la nueva gramática a las situaciones de la vida real, más fácil nos resulta, aunque instintivamente sigamos pensando en nuestro idioma vernáculo y nos veamos obligados a traducirlo, recordarlo y emplearlo.
Pero, cuanto más ejercitamos ese nuevo idioma, más sencillo nos resulta pensar en él hasta que, un buen día, nos despertamos recordando que esa noche, mientras soñábamos, estábamos hablando en él. Y ello no significa, en modo alguno, que hayamos olvidado nuestro viejo idioma, sino sencillamente que nos hemos vuelto bilingües. Y, cuanto más nos expresamos en este nuevo idioma, más impregna nuestro ser, hasta que acaba convirtiéndose en parte de nosotros. Al cabo de un tiempo, las palabras fluyen sin esfuerzo de nuestros labios y somos capaces de comunicarnos, de un modo completamente nuevo, con diferentes tipos de personas. Entonces es cuando nuestro mundo se expande y advertimos horizontes que hasta entonces se nos antojaban inalcanzables.