Читать книгу La práctica integral de vida - Кен Уилбер, Ken Wilber - Страница 12
La Práctica Integral de Vida es…
ОглавлениеLo último en entrenamiento alterno y, en consecuencia, nos permite trabajar sinérgicamente con el cuerpo, la mente y el Espíritu en los ámbitos del yo, de la cultura y de la naturaleza
Modular, lo que significa que podemos combinar la práctica de áreas o “módulos” concretos
Escalable, es decir, adaptable al tiempo (poco o mucho) de que dispongamos, llegando incluso a los Módulos de un minuto
Adaptable a cualquier estilo de vida, lo que nos permite diseñar programas adaptados a nuestras necesidades básicas
Condensado, en el sentido de que, despojando a las prácticas tradicionales de su bagaje cultural y religioso, resume su esencia y nos proporciona una forma concentrada y eficaz de práctica muy aplicable al mundo postmoderno
Integral es decir, basada en una tecnología OCON, un marco de referencia “OmniCuadrante y OmniNivel” que nos permite car-tografiar las muchas capacidades intrínsecas del ser humano
La aventura universal (y particular) del despertar
La aventura del despertar es uno de los dramas más universales en los que se halla inmerso el ser humano. Asume todas las formas posibles y es, en este sentido, un proceso fundamentalmente creativo, impredecible e improgramable. En ciertos parajes, este proceso parece estancarse mientras que, en otros, se acelera y también hay “noches oscuras del alma” y puertas que sólo pueden atravesarse de rodillas y que se experimentan como una ordalía de transformación, un proceso de “fl orecimiento” o un romance con Dios.
Los principios de la PIV son muy claros y sencillos, y ponen a la práctica al alcance de casi cualquier persona. En este sentido, nos proporcionan un marco de referencia organizador para una vida de aprendizaje y transformación. Iluminando la imagen mayor de la conciencia, la vida, el crecimiento y el despertar, y destilando el extracto de la práctica, nos ayuda a despojarnos del lastre innecesario y proporcionarnos el espacio necesario para centrarnos en la esencia de la cuestión.
Cada camino tradicional nos ofrece una imagen única del aspecto que asume el despertar. Aun la moderna conciencia científica empezó con su propia “ilustración”. La PIV no tiene nada que ver con el rechazo de una determinada forma de despertar en favor de una nueva moda. La PIV tiene que ver con la adecuada comprensión y combinación de los caminos existentes, permitiéndoles funcionar mejor y ayudándonos a vivir más adecuadamente en pleno siglo XXI.
La PIV nos proporciona un marco de referencia nuevo y claro que no sólo permite al practicante (independientemente de que se trate o no de una persona religiosa) entender y actualizar su práctica, sino establecer un diálogo profundo y significativo con personas que siguen caminos diferentes sobre cuestiones universales relativas a la práctica.
Y ello significa que los cristianos, los judíos, los musulmanes, los budistas, los hinduistas y cualquier otro practicante religioso, indígena o transtradicional puede utilizar el enfoque integral para hablar con personas que siguen otros caminos e incluso con quienes no sustentan una visión religiosa del mundo, y referirse a su práctica con un lenguaje común (que, dicho sea de paso, puede proporcionar nuevas conexiones e ilustrar, de este modo, lo mucho que tienen en común). Aun los ateos y los agnósticos pueden trabajar con la PIV, puesto que el marco de referencia OCON es neutral y no impone ni proscribe ningún sistema concreto de creencias.
Esto nos permite satisfacer una necesidad muy seria. Tengamos en cuenta que el budista puede hablar fácilmente con alguien de su misma tradición sobre el modo de aplicar su práctica espiritual a los retos que la vida le depare. ¿Pero podría hacer lo mismo con un cristiano? ¿O con un musulmán? Y algo parecido podríamos decir con respecto a los aspirantes espirituales ajenos a esas tradiciones. Necesitamos alentar el diálogo entre los integrantes de cualquier tradición religiosa y hasta con personas que no pertenezcan a ninguna tradición. Si queremos servir a un bien mayor, la creciente comunidad internacional de práctica espiritual debería contar con un vocabulario común.
Este libro contribuye al establecimiento de un diálogo sobre una nueva dirección evolutiva de la práctica personal a la que deberían atenerse los futuros exploradores de la vanguardia del potencial humano. En este sentido, la Práctica Integral de Vida contribuye muy positivamente a definir un nuevo y emergente campo de estudio, de investigación y de aplicación.