Читать книгу Discursos II - Lisias - Страница 12
TESTIGOS
Оглавление[15] Después de esto, consejeros, cuando se produjo la expedición a Corinto11 y todos sabíamos de antemano que había que arriesgarse, mientras que otros se escabullían yo conseguí que se me situara en primera fila para combatir al enemigo. Y aunque nuestra tribu fue la más desafortunada y muchos habían muerto, yo me retiré después del arrogante [16] Estiriano12, el que a todo el mundo acusa de cobardía. No muchos días después, como se hubieran tomado en Corinto algunos lugares fortificados para que no pudiera pasar el enemigo y decretaran los comandantes destacar unos escuadrones para acudir en ayuda porque Agesilao había forzado su entrada en Beocia13, como todos tenían miedo (y con razón, consejeros, pues era terrible volver a un nuevo peligro luego de quedar a salvo a duras penas poco antes), yo me acerqué al taxiarco y le pedí que enviara sin sorteo a nuestro pelotón.
De manera que si algunos de vosotros se indignan con [17] quienes pretenden gestionar los asuntos públicos, pero huyen del peligro, no sería justo que tuvieran sobre mí esta opinión, pues no solamente he cumplido con diligencia las órdenes, sino que incluso me he arriesgado al peligro. Y esto lo hice no porque creyera que combatir a los lacedemonios no era temible, sino con el fin de obtener todos mis derechos, al tener mejor consideración de vuestra parte por ello, en caso de que algún día cayera injustamente en el peligro.
Subid a la tribuna mis testigos de esto.