Читать книгу La tragedia de la sociedad sin criterio - Lucas Abrek - Страница 12

Comience siempre por la primera comprensión del objeto de estudio, antes de que termine con la cabeza llena de basura, muerto o lesionando a alguien más (o a todo un grupo social si es un líder o dirigente de envergadura), o sea causando la tragedia de la sociedad sin criterio. Busque siempre la episteme y persiga el bien (agathos) y la verdad (aleteia).

¿Cómo debe realizarse la primera comprensión? Identificando qué hay de veras en el objeto de estudio y analizando el contexto así sea de forma sumaria, sin dejar que sesgos cognitivos como los producidos por las emociones nos hagan falsear lo que vemos, escuchamos, recordamos, sentimos o degustamos. Puede que le emocione mucho pensar en un fornido gladiador en el coliseo romano levantando su arma y gritando al César «Ave, Caesar, morituri te salutant», pero eso no hace verdadera la afirmación de que se usaba antes de cada combate. Lamentablemente, es lo emocionante lo que en mentes débiles define qué creer.

Va otro ejemplo práctico (funcional) para ilustrar la necesidad de no quedarnos con una mera impresión. Suponga que usted se acerca a una catedral del siglo xvi (el objeto de estudio) y ve en la fachada (lo que llamaré, en general, superficie) algo extraordinario, absolutamente anormal, un demonio comiendo helado y un astronauta, y que son indiscutiblemente eso: un demonio comiendo helado y un astronauta. Primero usted debe tratar racionalmente lo que ve, sin producir conclusiones alarmistas, es decir, no puede afirmar que en el siglo xvi al demonio le gustaba el helado en conos o sabían de astronautas, si no, ¿por qué hay un demonio comiendo helado y un astronauta en una fachada catedralicia del siglo xvi? Por ahí se llega a la respuesta si, además, se hacen las verificaciones del caso. El resultado de la pesquisa, si hace bien la tarea: son imágenes introducidas por restauradores modernos de la fachada, son su firma. El ejemplo no es fantasía, es lo que sucede en la catedral nueva de Salamanca, España, pasa lo mismo en otras catedrales. Note que no hubiera podido obtener una conclusión correcta (o sea con buen criterio) sin:

1. Un ejercicio de primera comprensión (honestamente, qué hay ahí).

2. Omisión de pasiones y emociones a la hora de avanzar en la hermenéutica sobre la fachada, y en todo el camino.

Necesitamos ser razonables de una manera equilibrada, es una de las bases de la disposición crítica. La razón fría no basta, porque la razón puede convertirse en una excusa para matar en las formas más terribles, como sucedió durante la salvaje Revolución francesa. Ni siquiera la inteligencia sola basta. Razón equilibrada, en rigor, es adoptar la disposición crítica como requisito de toda hermenéutica, lo que supone usar incluso la inteligencia con cautela.