Читать книгу La tragedia de la sociedad sin criterio - Lucas Abrek - Страница 22

La hermenéutica de la disposición crítica aplica a cualquier objeto de estudio, el cual es abordado e interpretado mediante aquella.

Un objeto de estudio puede ser complejo, en cuanto puede requerir la aproximación coordinada a varios objetos de estudio. Es posible, por ejemplo, que usted no aprecie correctamente una catedral gótica sin considerar una románica y una cisterciense, sus predecesoras arquitectónicamente hablando.

Un objeto de estudio puede ser complicado o difícil. Piense en la predicción del clima a largo plazo: es demasiado incierta. No solamente es complejo: es complicado. En 1998 se afirmaba que no era posible predecir cuál sería el impacto del cambio climático o sus características (Hansen et al., 1998[5]). Por otro lado, la teoría del caos nos permite saber por qué es imposible predecir el clima más allá de unos cuantos días, es decir, la complejidad impone barreras a ciertos objetos de estudio.

Interpretar tiene varios grados de dificultad, aquí nos interesa ser funcionales. No hablo de que, en el caso de la arquitectura medieval, se vuelva medievalista[6], eso no es razonable, sino de que hay que adquirir la capacidad de reconocer los elementos mínimos para apreciar una iglesia del siglo XIII europeo, si es que tal es su objeto de estudio. Visitar Notre Dame en París, antes del incendio de 2019, demandaba conocer los elementos generales del gótico (y de los otros estilos que se agregaron después).

Decimos, por tanto, que interpretar se compone de:

1. La identificación del objeto de estudio,

2. un primer reconocimiento del objeto de estudio (el reconocimiento de los elementos en la superficie del objeto de estudio) sin dejarnos ganar por sesgos (como los de los fanáticos religiosos teístas o laicos),

3. una preparación (que demanda desarrollar y ejercitar la disposición crítica, que luego aplicaremos en las demás fases, lo que incluye, por supuesto, prepararse con antelación en los mínimos requerimientos teóricos según el objeto de estudio),

4. la aplicación de una hermenéutica especializada, si el objeto de estudio lo demanda, y

5. otra fase de elaboración de conclusiones, que no puede descartar revisiones posteriores cuando razones de peso lo aconsejen.