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1.3. DOXA Y EPISTEME

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La mayoría de las personas, así tengan estudios universitarios, vive con un apego irracional a la doxa(δόξα), al simple parecer. No buscan de verdad la episteme (ἐπιστήμη), sino lo que emocionalmente les atrae y se mantienen en la doxa por generaciones. Por ello las personas suelen responder ante argumentos incómodos debidamente sustentados con memes, atacando al contradictor o con respuestas evasivas.

Digamos con Platón que nuestro compromiso es con el bien y la verdad. En eso estoy de acuerdo con el conocido filósofo, aunque discrepe de él en otros aspectos. Se lee en la Biblia:

«No contradigas a la verdad,

avergüénzate de tu ignorancia». (Eclesiástico 4:25, BJL)

Revisando el texto en griego, la segunda línea podría leerse “avergüénzate de tu estupidez”, pues en griego uno debe avergonzarse de su (dice allí) apaideusia. Es decir: oponerse a la verdad es un acto de estupidez y una vergüenza.

Las personas deben buscar el conocimiento (episteme) y no quedarse en la mera opinión o parecer (doxa), que aquí llamamos mera impresión, aunque tiene otros matices como expectativa o juicio (no necesariamente ligero).

No todas las opiniones (doxa) son un problema, sino cuando pretendemos hacerlas valer como verdad o ciencia. Pregunta Sócrates en La República de Platón:

«¿No percibes que las opiniones sin ciencia son todas lamentables?». (Platón, 1986, p. 292)

En griego están las dos palabras: doxa y episteme, que también es ciencia. Una opinión es la impresión que usted tiene de algo, sin realizar ningún ejercicio crítico. En la práctica es lo que usted se imagina de un objeto de estudio, porque otros lo afirmaron, porque lo leyó en internet, en fin.

Lo deseable es no quedarse en ninguna opinión y avanzar hacia una verdadera episteme. Advierte Sócrates:

«… la opinión es distinta del conocimiento científico». (Platón, 1986, p. 258)

La doxa (opinión) criticable es como la mera impresión que debemos superar, episteme es la meta hacia la que comenzamos a caminar con la primera comprensión.

Doxa también tiene otro sentido que mencionaremos más adelante solo para distinción. Primera comprensión es la manera en que debemos echar un primer vistazo a cualquier asunto (que llamaremos objeto de estudio) antes de adoptar cualquier posición y de actuar.

El reto hermenéutico es superar una mera impresión. De superar la doxa depende la formación del buen criterio. No es materia reservada a especialistas, a menos que el objeto de estudio lo requiera por experticio o prudencia. O sea, que hay una hermenéutica del común (que llamaremos hermenéutica funcional) y otra de especialistas (que llamaremos hermenéutica especializada). Ambas requieren disposición crítica. Ambas apuntan a la episteme.

Este podría ser el lema del libro: «Antes de actuar, examine con disposición crítica el objeto de estudio. Omitir esto, puede hasta significar la muerte propia o ajena». No podemos quedarnos en una mera opinión. Hay gente que ha sido asesinada porque otros aceptaron ciegamente incendiarios mensajes en redes sociales en sitios tan distantes como Colombia, India o México.

La tragedia de la sociedad sin criterio

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