Читать книгу Economía del Estado de bienestar - Luis Ayala Cañón - Страница 9
1. DEFINICIÓN DE ESTADO DE BIENESTAR
ОглавлениеUna definición económica de carácter general podría ser la del conjunto de actuaciones por parte del sector público que tratan de mejorar el bienestar de los ciudadanos a través de la cobertura de los principales riesgos sociales mediante prestaciones y servicios. Tal definición implica contar con un concepto de bienestar claro y preciso, lo que contrasta, como se verá en el siguiente capítulo, con la abundancia de juicios de valor y perspectivas entre los economistas. Por otro lado, la propia actuación del sector público con este objetivo no siempre es fácilmente identificable:
– La provisión de un servicio por parte del sector público no siempre está asociada a su producción pública. En los Estados de bienestar modernos, las empresas privadas pueden producir servicios de bienestar financiados por el Estado. Hay una amplia variedad de ejemplos, como en la sanidad, la educación o los servicios sociales.
– Junto al papel esencial del mercado y la familia, el bienestar de los ciudadanos no sólo procede de la intervención pública. Algunas empresas privadas incluyen dentro de la remuneración de sus empleados prestaciones monetarias y en especie que pueden aumentar su bienestar. Podría citarse también el peso tan importante que tienen en la atención a los hogares más vulnerables las organizaciones no gubernamentales.
– Otra dificultad de identificación adicional son los problemas de delimitación de las actuaciones del sector público que aumentan el bienestar. Entendidas en sentido amplio, podrían incluir también el gasto en actividades culturales, el cuidado del medio ambiente o la intervención del Estado en materia de seguridad.
Los economistas no siempre utilizan en sus análisis la definición propuesta. Desde una perspectiva restrictiva, se considera que el Estado de bienestar es solo la parte del sector público que se ocupa de la redistribución a través de prestaciones monetarias y de la provisión de bienes sociales con alta capacidad redistributiva, como la salud y la educación. Una perspectiva más amplia define el Estado de bienestar como el conjunto de políticas económicas y sociales que priorizan la equidad y la protección de los ciudadanos frente a los riesgos sociales. Las consecuencias de utilizar una u otra aproximación no son neutrales. Mientras que ambas definiciones coincidirían, por ejemplo, en incluir las prestaciones de desempleo dentro de los instrumentos del Estado de bienestar, la primera perspectiva no incluiría las políticas macroeconómicas para reducir el desempleo.
En la búsqueda de una definición más operativa del Estado de bienestar, se puede utilizar también una aproximación cuantitativa o estadística, considerando como tal la suma de las prestaciones monetarias y en especie con objetivos sociales, que en España suponen cerca de una cuarta parte del PIB. Esta aproximación no recoge, sin embargo, la variedad de fenómenos que dan forma institucional al conjunto de actuaciones del sector público con objetivos sociales. Desde una perspectiva más plural, el Estado de bienestar es un sistema de mediación institucional que da cabida a diferentes instrumentos y trata de atender objetivos económicos, como la corrección de los fallos del mercado y el impulso del crecimiento económico, sociales, como la reducción de la desigualdad y la garantía de un nivel de renta, y políticos, como la canalización de conflictos.
Desde esta última perspectiva, resulta difícil hablar de Estado y no de Estados de bienestar, dado el diferente peso de cada uno de estos objetivos en los países de la OCDE. Se añade, además, la existencia de singularidades en cada país, que conducen a modelos muy diferentes de Estado de bienestar. Cabría citar, entre otros, el diferente peso de la iniciativa social y del mercado, el tamaño del sector público, el papel de la familia y el tercer sector en la producción de bienestar o el nivel de renta de cada país.