Читать книгу El estatuto del Prácticum externo: aspectos jurídicos-sociales comparados - María Luisa Gómez Jiménez - Страница 35
3. Algunas referencias para considerar en Europa y Estados Unidos
ОглавлениеAsimismo, al margen del caso español, otros estudios como el de Smith, Clegg y Lawrence (2007) en el Reino Unido destacan la posibilidad de obtener una gran rentabilidad académica en las prácticas de empresa por encima de los aspectos laborales. Un grupo de alumnos que fue previamente entrenado en habilidades de análisis organizacional mostró gran capacidad para identificar las fortalezas y debilidades de la organización tras cursar sus prácticas. Sin embargo otras investigaciones británicas resaltaban en sus conclusiones algunas deficiencias del modelo. Tanto Callender (2000) como Curtis y Willians (2002) resaltan el efecto nocivo que sobre los resultados académicos puede tener el escaso tiempo dedicado al estudio por los alumnos durante su periodo de prácticas. Por otra parte, Blasko (2002), en su estudio realizado en Bristol para el Center for Higher Education Research and Information (CHERI), avisa sobre la dudosa rentabilidad de los periodos cortos de colaboración, ya que solo encuentra asociación entre cursar las prácticas y la inserción laboral de los estudiantes en los periodos largos (a partir de 8 meses).
La formación en alternancia tiene ya una importante tradición fuera de nuestras fronteras con importante desarrollo en Estados Unidos o en los países nórdicos. En España se han desarrollado notables iniciativas en formación profesional, aunque cuenta con menos repercusión en la universidad, aunque ya han tenido lugar acciones puntuales, como es el caso de los programas desarrollados por la Universidad Autónoma de Madrid o la Universidad del País Vasco. La filosofía de esta actividad consiste en integrar al candidato en una organización viva mientras se refuerza su formación teórico-práctica a través de la impartición de los módulos necesarios, siempre en consonancia con la carrera diseñada por la empresa (Sulmont, 2004). En los módulos o seminarios la enseñanza puede estar en manos de la universidad, la empresa o ambas al mismo tiempo. Asimismo, pueden tener cabida colaboraciones externas. El modelo ha sido aplicado con anterioridad en escuelas de negocios, gracias a la participación de algunas empresas en su gestión, e incluso –en algunos casos– grandes compañías desarrollan su propia escuela de negocios con programas de formación en alternancia (Vallejo, 2010). Este es el caso, por ejemplo, del grupo AP Moller que desarrolla en su propia escuela de negocios en Copenhague su máster de especialización, formando a técnicos y directivos de todo el mundo. En definitiva, el conjunto de tendencias encuadrables como acciones escuela-empresa muestran un alto nivel de adaptación de la formación impartida a las necesidades reales de la empresa, por lo que ha de ser un referente para las universidades.