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Creatividad y carácter

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La creatividad, como un aspecto de la sublimación, aporta también una especial tramitación funcional a modalidades del carácter. Cuando se refería a la creación artística, Freud aludía a aquello más cercano a lo pulsional y que encerraba el deseo de vivir.

En “Conferencias de introducción al psicoanálisis” (5ª Conferencia, 1915-1916) enlaza el aspecto creativo a las fantasías, específicamente a los sueños diurnos agregando que “estos son la materia prima de la producción literaria, pues el artista, tras ciertos arreglos, disfraces u omisiones deliberadas crea a partir de sus sueños diurnos las situaciones que introduce en sus novelas o sus piezas teatrales” (p. 89).

En la Conferencia 23 (1916-1917) “Los caminos en la formación de síntoma” Freud remite al monto de libido que una persona podría mantener “flotante” y la fracción de libido que fuese capaz de desviar de lo sexual hacia metas de la sublimación (p. 341).

Destaca cómo en el arte existiría un camino de regreso de la fantasía a la realidad, evitando la insatisfacción neurótica, al extrañarse de la realidad trasfiriendo su interés y su libido a las formaciones de deseo de la fantasía, un camino que podría llevar a la neurosis. Sin embargo, el artista podría salir airoso en la medida de contener una capacidad sublimatoria y una cierta “flojera de las represiones decisivas para el conflicto” y de esta forma el artista encontraría el camino de regreso a la realidad en una creación. Freud afirma que se daría una facultad de crear y dar forma a un material determinado, a partir de la representación de una fantasía inconsciente con una ganancia de placer, en donde las represiones serían doblegadas o canceladas temporariamente (pp. 342-343).

Hasta aquí Freud se refiere a la creación artística como parte de lo sublimatorio. Sin embargo, habría diferencias con la sublimación si tomamos como modelo el chiste o lo cómico, ya que parecería derivar de que el destino dado a la pulsión responde a un ideal menos elevado y que permitiría la satisfacción inmediata. En “El chiste y su relación con lo inconsciente” (1905) se enlaza lo cómico así como también la elaboración onírica formando parte de la creación. Aludiendo al chiste en “El humor”, dice que un pensamiento preconsciente por un instante es liberado de la elaboración inconsciente. Entonces el chiste es la contribución que lo inconsciente aporta a lo cómico. Homologa en este aspecto al humor cuando refiere que “el humor sería la contribución a lo cómico por la mediación del superyó” (p. 161). En este caso habría una ganancia de placer en el yo, cuando el superyó aminora su severidad y permite que se produzca la actitud humorística rechazando la realidad para permitir una ilusión.

Si bien Freud afirma que este aspecto no es lo esencial en la investigación acerca del humor, lo considera como algo que libera y emancipa. “No todos los hombres son capaces de la actitud humorística; es un don precioso y raro, muchos son hasta incapaces de gozar del placer humorístico que se les ofrece” (p. 162).

El destino dado a la pulsión sería de un ideal menos elevado en el humor como en el chiste, con una satisfacción inmediata a diferencia de aquellos otros aspectos sublimados que remiten a una mayor exigencia del ideal del yo cuyos resultados no serían tan inmediatos en términos de ganancia de placer.

En El psicoanálisis del arte y del artista, Ernst Kris afirma que en el acto creativo habría una capacidad de lograr acceso a los materiales del ello sin ser abrumados por éstos, controlando el proceso primario, efectuando desplazamientos rápidos o adecuados, en planos de la función psíquica, que tendría como hipótesis –según Freud–, “cierta flexibilidad de la represión en el artista”.

Para W. Winnicott, la idea de creatividad se amplía ya que es entendida como una actitud determinada ante la realidad externa, vivir en forma creadora propiciando el estado saludable. Lo contrario a vivir en forma creativa en este autor es someterse al acatamiento. Diferencia la creación de una obra, ya sea un cuadro o una comida, un vestido, etc. En cambio la creatividad sería más universal, es vivir en forma creadora, es dar libertad al impulso creado que poseen los artistas en su arte, pero que también remite a una forma de acceder a la realidad en todo ser humano. Esta creatividad estaría en relación directa con el ambiente y la experiencia vital en las primeras etapas del bebé, y el fenómeno de transicionalidad, es decir ese espacio intermedio ni interno ni externo. La creación del objeto subjetivo en el bebé será posible si tiene como antecedente el objeto que debió haber estado en la realidad externa para ser luego creado por el niño.

Winnicott enfatiza el ambiente suficientemente bueno como condición en los primeros años de vida para que se geste en los individuos esa creatividad que está emparentada con la vivacidad y el impulso creador. Estas defensas podrían considerarse acorde a fines o libres de conflicto. Sin embargo, en algunos casos la sublimación y la creatividad podrían estar conectadas con defensas patológicas como la desmentida y por lo tanto contra las defensas acorde a fines (en el caso Silvana, paciente cuya capacidad creativa y sublimatoria estarían al servicio de un rasgo patológico de carácter, el humor cínico y descalificante, que con ello evitaba permanentemente su realidad, haciendo uso de la desmentida).

En “El caso Schreber. Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia (dementia paranoides) descrito autobiográficamente” (1910-1911), Freud afirma que la creatividad estaba al servicio de la desestimación, es decir con el proceso restitutivo, en su movimiento megalomaníaco. Pero en el caso de Schreber, la creatividad operaba sobre la libido objetal, mientras que en el carácter correspondería hablar de una creatividad que opera sobre la libido objetal vuelta narcisista, igual que en la sublimación.

Joyce McDougall y otros, en El artista y el psicoanálisis (2010), consideran que toda actividad creativa lleva consigo una dimensión enigmática que escapa a nuestra comprensión.

Según esta autora, la creatividad surgiría primero del cuerpo erógeno, de su representación y de la forma en que se ha instalado el funcionamiento somático en la niñez.

“La riqueza de la sexualidad pregenital requiere la participación de los cinco sentidos y sus funciones corporales”. “Todo individuo que escucha su mente y su cuerpo realiza un acto creador y cualquiera que sea el modo de expresión del artista, está inspirado inevitablemente por el mundo exterior así como por todas las impresiones, percepciones, emociones y pensamientos que ha incorporado y que nutren su mundo interno” (p. 17).

Para concluir que los verdaderos traumas que se asocian a la organización psicosexual de la representación del cuerpo, además de originar las neurosis y las inhibiciones, también dan lugar a la creatividad.

Sintetizando, el carácter podría contener rasgos que derivan de formaciones reactivas, pero además puede estar constituido por otros destinos defensivos, como serían los rasgos devenidos de la sublimación y de la creatividad. Lo esencial en la sublimación sería el cambio de meta. Es decir que el fin sexual es sustituido por otro fin.

En “Tres ensayos de una teoría sexual”, Freud menciona las vías de influencia recíproca para explicar que una función para la autoconservación se puede alterar si se erotiza. Por lo tanto, lo erógeno puede sustituirse para otro fin, que explicaría lo sublimatorio. La sublimación es un proceso que corresponde a la libido de objeto y habría un cambio de meta alejado de lo sexual.

El ideal del yo exige sublimación. Dependerá de características individuales que el carácter tenga un predominio de sublimaciones o de formaciones reactivas. El ideal del yo estimula la sublimación, pero la ejecución de este proceso es independiente del ideal.

Sin embargo, si la sublimación puede estar presente en la conformación del ideal o no, parecería depender de características propias de cada individuo; indudablemente el carácter podrá devenir con diferentes matices en la medida que predomine la sublimación o las formaciones reactivas.

La sublimación deviene de una desmezcla pulsional, por lo tanto, la pulsión de muerte quedaría liberada. Subsiste como interrogante si entonces se podrían acrecentar en el carácter del yo, rasgos de sobreexigencia, o una tendencia masoquista.

Freud investigó la pulsión de investigar en Leonardo como un aspecto de la sublimación, pero también existía la pintura como otra actividad sublimada que, sin embargo, remitiría a otra naturaleza, que por momentos era sofocada por la pulsión de investigar, como si una de ellas dominase a la otra.

D. Maldavsky afirma que se podría suponer que lo sublimado a nivel intelectual responde mucho más al ideal del yo, mientras que aquello que emerge como un acto creativo se desembaraza en parte de alguna exigencia superyoica para dar lugar al yo en una regresión formal del preconsciente al funcionamiento inconsciente con el aval del superyó.

La creatividad y la sublimación aportan rasgos funcionales de carácter.

Freud refiere cómo en la creatividad artística se parte de la fantasía como un elemento que permite un camino que va a la creación en la realidad, evitando la insatisfacción neurótica.

En la creación, las represiones serían doblegadas o canceladas temporariamente. Hasta aquí Freud habla de la creación artística como parte de lo sublimatorio. Otra forma de creatividad sublimatoria se encuentra en lo cómico o en el chiste, donde habría un ideal menos elevado en el destino dado a lo pulsional, al permitir la satisfacción inmediata. En esos casos, el yo lograría una cuota de placer con la venia del superyó que disminuye su severidad permitiendo el humor y poniendo entre paréntesis por un instante la realidad.

Ernst Kris, en la obra ya citada, plantea que en el acto creativo se logra acceder a los materiales del ello sin ser abrumados por éstos.

Para D. W. Winnicott la creatividad estaría en relación directa con el ambiente y la experiencia vital en las primeras etapas del bebé, y el fenómeno de transicionalidad.

Estas defensas frente a lo pulsional como formadores de rasgos de carácter que se mencionaron podrían considerarse acordes a fines o libres de conflicto.

Sin embargo, en algunos casos la sublimación y la creatividad podrían estar conectadas con defensas patológicas como la desmentida y por lo tanto contra las defensas acorde a fines. Formando parte de rasgos patológicos de carácter (caso de Silvana), paciente cuya capacidad creativa y sublimatoria estarían al servicio de un rasgo patológico de carácter, el humor cínico y descalificante, al servicio de la desmentida.

En el caso Schreber, la creatividad estaba al servicio de la desestimación, es decir con el proceso restitutivo, en su movimiento megalomaníaco. Pero en el caso de Schreber la creatividad operaba sobre la libido objetal, mientras que en el carácter correspondería hablar de una creatividad que opera sobre la libido objetal vuelta narcisista, igual que en la sublimación.

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