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Introducción

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La relevancia del tema y las investigaciones en curso dan la pauta de que los trastornos de carácter son una presencia vigente en la clínica; la pauta de ello se manifiesta además en los trabajos de investigación que se presentan en la actualidad.

No necesariamente quienes exponen esta temática hacen referencia a los trastornos del carácter; es probable que quienes describen el trastorno de carácter no le den la identidad de trastorno sino que lo definirían como rasgos de carácter.

El interrogarse por los obstáculos que dificultan el proceso de análisis motiva la búsqueda de esta investigación.

Desde hace muchos años me vi estimulada a escribir acerca de la clínica y a la necesaria reflexión teórica en mi experiencia profesional. A lo largo del tiempo transcurrido me iban surgiendo cuestionamientos y en el valioso intercambio con colegas fui acrecentando mi experiencia volcándola en la escritura. También los pacientes que llegaban con sus vivencias y su historia de vida me orientaron a investigar acerca del duelo y la alteración del carácter. Sobre este tema versa mi tesis doctoral “Proceso de duelo y alteración del carácter” (1991).

La interrelación clínica y conceptual que expuse en esa tesis fue el punto de partida para afinar mi tarea teórico-clínica. Algunos pacientes adultos que en su historia habían vivido situaciones traumáticas importantes y o duelos durante el período de la infancia, mostraban rigideces y dificultades muy marcadas para el cambio. Las defensas se multiplicaban y en algunos casos acompañaba rasgos de carácter anquilosados, y otro tipo de alteraciones que comprometían lo somático. Como si el cuerpo acusara recibo de aquello que no había podido ser procesado de otra manera. La reiteración de esta comprobación incrementó mi interés para seguir investigando, en el afán de comprender en el acto clínico los diferentes niveles del psiquismo y así contactarme de la mejor forma con el paciente. Me di cuenta de que era necesario contar con recursos conceptuales para dar cabida a la complejidad de los conflictos y la dinámica psíquica encontrada en estos pacientes. Me interesó entonces investigar las corrientes psíquicas, y esto me facilitó la comprensión frente a manifestaciones neuróticas junto a otros aspectos que no lo eran; desde la conceptualización de Bion, correspondería a los elementos beta. Así es como consideré los psicodinamismos que ensamblaban el duelo, el trauma y el procesamiento a nivel corporal.

Luego, ya no dejé de escribir y de replantearme interrogantes acerca de la interrelación teórico-clínica en trabajos que fui publicando, y presentándolos en diversos eventos científicos que aportaron los comentarios de los colegas. Parte de esos trabajos, reformulados, se incluyen en este libro en la medida que comparten la temática propuesta.

Necesité reunir en este libro lo que hasta ahora incluye mi investigación producto de muchos años de experiencia clínica avalados por la profundización en el campo psicoanalítico de autores posfreudianos que merecen mi respeto y admiración y con los cuales acuerdo.

En este libro realizo una investigación que apunta a temas que se refieren al carácter y considero hacer un aporte de un mayor grado de refinamiento respecto de los mecanismos defensivos del yo, que se tramitan en los rasgos de carácter. Destaco un triple aporte: la importancia de los duelos, las fijaciones tempranas y las combinaciones con patologías corporales, sea por patologías psicosomáticas o por alteraciones somáticas por ingesta. Otro aspecto que resalto es el análisis de los psicodinamismos que intervienen, y que muestran la complejidad que se manifiesta a través de las corrientes psíquicas y estratificaciones de los distintos yo.

Por lo tanto, trato de dar una visión estratificada del aparato psíquico.

Me interesó profundizar en dos interrogantes acerca del tema planteado; el primero de ellos referido a los procesos psíquicos en juego en la temática del carácter, y la tramitación del trauma, puesto que en la base del carácter está el trauma. Sin descartar esto, intento investigar acerca de otro proceso psíquico interviniente que complejiza el proceso en los rasgos caracterológicos; me refiero a las situaciones de duelo, con la intención de compatibilizar ambos. Esta situación me motivó a realizar cuestionamientos que intento desplegar en el libro.

Otro aspecto que considero y que tiene que ver con la práctica clínica, es el haber constatado la copresencia de adicciones o patologías psicosomáticas, traumatofilias, con lo cual me lleva a incluir el problema de las perturbaciones o alteraciones corporales, como parte de los trastornos de carácter.

Por lo tanto, la observación en la clínica de estos componentes que acompañan la alteración del carácter, me guiaron al planteo de interrogantes acerca de los tipos de organizaciones tempranas psíquicas que podrían intervenir en estos procesos en los que se evidenciaba compromiso corporal. Me interrogo entonces la intervención de un yo temprano (yo real primitivo, el desvalimiento ante la pulsión y la realidad en Freud). También menciono autores que han resaltado la incidencia de las experiencias traumáticas en los primeros tiempos de vida en relación con lo somático.

Estos serían los dos grandes interrogantes que iré desarrollando en los diversos capítulos, poniendo énfasis a veces en los procesos traumáticos o su tramitación en los rasgos patológicos del carácter; en un capítulo pongo el énfasis en el duelo patológico en los rasgos patológicos de carácter, y en otros el énfasis está dirigido a las fijaciones tempranas en el yo inicial y las alteraciones orgánicas que darían origen a lo no significado en el cuerpo. Presento entonces dos capítulos conceptuales en los que trato de mostrar la combinación de los elementos, expresando los psicodinamismos determinantes, el duelo y el trauma, y un tercero que versa sobre el cuerpo, en el que me refiero a un hallazgo clínico psicopatológico, que constituye un aporte adicional. La expresión de una manifestación somática que no necesariamente es una conversión histérica y que podría acompañar a las patologías del carácter. Con ello intento establecer la relación entre la presencia del trauma, y el duelo en las alteraciones corporales. Por lo tanto, los temas expuestos formarían un trípode.

Teniendo en cuenta lo expuesto hasta aquí, se abren interrogantes metapsicológicos sobre la combinación de estos temas. Si bien se podrían hacer especulaciones muy válidas acerca de la relación entre trauma, duelo y alteraciones de carácter, prefiero referirme a la psicopatología y su clínica, tratando de compatibilizar ambos enfoques etiológicos; para ello me remito a las diversas corrientes psíquicas intervinientes. El libro consta de capítulos teóricos que versan sobre los temas ya mencionados, y capítulos clínicos que armonizan en una correlación de lo que se plantea en los capítulos teóricos.

Propongo una investigación teórico-clínica del carácter acentuando las alteraciones del mismo, como una problemática de interés que implica un desafío en los tratamientos de pacientes que aparentemente no se cuestionan acerca de sí mismos, pero en cambio plantean problemáticas en las que el acento estaría puesto en el mundo externo.

En general, los estudios sobre carácter jerarquizan la aparición de rasgos de carácter, o el problema de las identificaciones; pero en este caso, intento una nueva propuesta, en la que tomo en cuenta también la vertiente de la situación traumática y su efecto en la alteración del carácter, con lo cual remarco la vicisitud económica y su eficacia en la producción de un rasgo de carácter (mediatizado, como se planteará posteriormente) por un proceso de duelo patológico.

El modelo expositivo al que recurro tiene la intención de enfatizar el material clínico como elemento relevante. Si bien hago un estudio particular, delimitado a algunos pacientes, considero que los conceptos vertidos en este trabajo pueden ser de utilidad en la investigación de otros casos, donde cobre importancia la sobrevaloración del trauma infantil sexual, con diversas combinaciones en los avatares evolutivos y situaciones traumáticas posteriores, que den como resultado una alteración del carácter. Como ejemplo puede mencionarse el caso de las caracteropatías, en las que un rasgo de carácter se agiganta subordinando a los demás, por una especial tramitación de situaciones.

En el estudio clínico presento material de diversos pacientes que fundamentan lo expuesto teóricamente.

En el capítulo I, “El yo y los mecanismos defensivos en el carácter”, desarrollo el tema del carácter tomando como vértice las formulaciones teóricas freudianas y posfreudianas. Reflexiono sobre los mecanismos de defensa del yo ante lo pulsional. Hago especial hincapié en la alteración del carácter, y su posible relación con procesos de duelos no elaborados.

En el capítulo II, “El trastorno de carácter, la ironía como rasgo en la comunicación paradojal. Defensa frente al duelo”, presento una paciente en quien resalta un rasgo de carácter irónico como una modalidad defensiva que abarca la totalidad de su yo, con el predominio de defensas patológicas, desmentida y desestimación afectiva frente a la vivencia de traumas acumulativos infantiles. Estos avatares contribuyen al desarrollo de un duelo patológico.

En el capítulo III, “Duelo y alteración del carácter”, me refiero al duelo como una tramitación normal frente a una pérdida y a los avatares del mismo si el proceso queda sin elaboración y deja trastornos en el carácter, en casos clínicos que han sido transitados por duelos de naturaleza traumática. Lo afirmado en referencia al duelo sin elaboración y que, en consecuencia, podría tener la condición de traumático alterando el carácter, también es válido para las patologías del carácter cuya etiología es el trauma. Tomo en consideración el duelo patológico que alteraría al yo desde los momentos más tempranos de la vida del ser humano. Me refiero al duelo “blanco”, que remite a traumas tempranos en relación con el objeto primordial que dejaría marcas en la forma de agujeros psíquicos con fallas identificatorias muy primarias.

Menciono los obstáculos clínicos que devienen de la cronicidad de los rasgos caracterológicos, tales como el enactment o la contraidentificación proyectiva, como el efecto de las defensas en la tarea terapéutica, y lo inevitable de su aparición, que genera perturbaciones de contratransferencia. Estos avatares no serían pertinentes sólo para la temática del duelo patológico y su consecuencia en el trastorno de carácter sino que serían válidos también para el trauma.

En el capítulo IV, “Susana. Alteración del carácter y duelo patológico” presento un caso clínico en el que se despliega un duelo patológico por pérdida de un familiar durante la infancia de la paciente. El impacto de la muerte por accidente de un familiar, dejó una marca muy fuerte, y a lo largo de su tratamiento realizado diez años después de ese suceso, seguía presentificándose en la paciente en manifestaciones tanto verbales como en expresiones de otra índole.

En el Capítulo V, “Relación entre cuerpo, carácter y duelo”, continúo ocupándome de la temática del cuerpo y las marcas del duelo como vestigios de aquello sin tramitación en la vertiente tóxica, y también en lo depositado simbólicamente vía identificación histérica. Además, un proceso más regresivo –los trastornos psicosomáticos– podrían tener cabida como aquello atascado en lo corporal por situaciones traumáticas que se resisten a ser elaboradas.

En consecuencia, me interesa destacar no solo el cuerpo como fuente pulsional, sino al cuerpo como efecto de procesos patógenos que tienen por lo menos algunos elementos que se combinan: duelo patógeno, rasgo de carácter y tendencia a una alteración psicosomática, esta última derivada de una falla en el funcionamiento del yo real primitivo. Destaco entonces la teoría de las corrientes psíquicas y la sintomatología emergente de ellas.

En el capítulo VI, “De los conceptos teóricos a las situaciones clínicas. El caso Diego”, me ocupo de un caso clínico en el que el duelo también está presente con un déficit de elaboración; podría suponerse que tiñó la modalidad de relación afectiva, así como también dio lugar al inicio de un proceso somático.

Reflexiono en la clínica de este caso acerca de fallas en los mecanismos funcionales en etapas tempranas en que se erige el yo real primitivo que sellarían aspectos de la evolución posterior. El paciente presentaba un rasgo apático y desvitalizado que le generaba un clima de aplastamiento psíquico, expresando dificultades para la formulación de pensamientos. En otros momentos, emergían rasgos que lo reconectaban con aspectos más vitales, a la manera histérica; entonces predominaban dramatizaciones, histrionismo, matices en la tonalidad de la voz que indicarían otro estado. Resalto entonces no sólo fallas en las defensas funcionales propias del yo real primitivo sino que aparecerían simultáneamente otras, propias de una mayor madurez; se destaca la importancia de las corrientes psíquicas.

En ningún caso clínico expuesto en este libro, se descartan antecedentes históricos y vivenciales que podrían haber facilitado los avatares posteriores en la tramitación del duelo como en la alteración del carácter. También se expone la modalidad de estos pacientes en el proceso de análisis, que permite profundizar aún más en la dirección de este estudio.

Entre los rasgos de carácter de los pacientes que presento, trato de encontrar elementos comunes y diferenciales. Entre los elementos comunes se evidencian tres grupos; uno de ellos está en relación con los mecanismos de la identificación y la formación reactiva, pese a lo cual los rasgos específicos dependen del tipo de pulsión y algunas defensas complementarias. A eso se agregan otros elementos comunes de los psicodinamismos: la existencia de duelos patológicos y la vigencia de situaciones traumáticas.

Los aspectos diferenciales están dados por algunos rasgos de la defensa secundaria, como por ejemplo, un rasgo evitativo es diferente a otro histriónico o puntilloso o hipermoral. Cada uno de ellos requiere diferentes combinaciones de las defensas.

En esta investigación me refiero a rasgos genéricos ya que no abarco la totalidad de rasgos patológicos que podrían incluir las diferentes patologías: obsesiva, histérica o fóbica, sólo me refiero a la identificación a la formación reactiva y demás.

Otra diferencia que planteo es entre la identificación en el rasgo de carácter neurótico y en patologías más narcisistas. En los primeros la identificación del rasgo de carácter sería parcial mientras que los rasgos de carácter en las patologías más narcisistas tomarían todo el yo que está caracterotizado.

Los Duelos

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