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La historia del diablo
Celtas

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Observando el aspecto del diablo (cuernos y rasgos de animal), los historiadores han puesto de relieve muchas similitudes entre Satanás y algunas figuras del panteón pagano, como el dios céltico Cernunnus.

Del siglo IV al XII, el cristianismo se encontró con las religiones del norte de Europa, parecidas a las mediterráneas, en cuanto al politeísmo y al monoteísmo, pero portadoras de elementos nuevos y con peculiaridades propias. De la religión celta venía, por ejemplo, Cernunnus, con cuernos de ciervo, señor de la fertilidad, de la caza y de los infiernos. Con un cierto parecido al dios grecorromano Pan, Cernunnus, precisamente igual que Pan, fue asimilado con el Diablo[7].

En la religión celta, Cernunnus, el dios corniforme (cernu significa «cuerno»), tenía un cargo fundamental: era el señor de todos los seres vivos, se le consideraba dios de la fertilidad y generalmente se le representaba sentado y con las piernas cruzadas.

Cernunnus llevaba en la mano derecha un torques (collar con adornos, a menudo dorado o plateado) y en la izquierda una serpiente con cabeza de chivo. El modelo del ser corniforme estuvo muy vivo en la ritualidad norte de Europa y su difusión está confirmada por una serie de testimonios, muy presentes en la simbología mágico-religiosa de las gentes a las que los romanos llamaban galos.


Cernunnus, dios céltico asociado al diablo por los rasgos de animal y los cuernos


Cernunnus, de quien se han hallado representaciones en el norte de Italia, Rumanía, Alemania, España y Francia, era considerado el Dispater del cual, según la interpretación realizada por Julio César, «todos los galos creen descender, según una tradición preservada por los druidas».

En el famoso obelisco de Reims, está acompañado por Apolo y Mercurio, otras dos divinidades nombradas por César, pero la posición de Cernunnus es la dominante. En algunas representaciones esta divinidad tiene una bolsa con monedas.

Si bien no se conocen los aspectos rituales del culto dedicado a Cernunnus, en la documentación arqueológica sobre esta divinidad no faltan testimonios rupestres de antigüedad significativa.

Sin embargo, la obra que se considera un ejemplo de los más indicativos es la famosa jofaina de Gundestrup (siglo I d. de C.), en la que el dios aparece representado en posición de yogui, con calzones y el clásico casco corniforme. A su alrededor se observan varios animales salvajes, algunos reconocibles, como un ciervo, un lobo y otros quizá míticos. Cernunnus lleva en la mano derecha un torques y en la izquierda una serpiente con cabeza de chivo.

7

RUSSEL, J. B., Il diablo nel medioevo, Milán, 1990, p. 23.

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