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Lunes, 10 de enero de 2005

Necesitaba ayuda.

Y el único que podía ayudarme en aquella situación era mi hermano.

—Luis —resollé sin aliento en cuanto llegué a casa, irrumpiendo en su habitación—. Te necesito.

—¿Qué quieres, pesado?

Estaba tirado en la cama, en calzoncillos, leyendo un cómic mientras se rascaba el paquete con aire distraído. Un espectáculo que hubiera preferido ahorrarme, pero tendría que aguantar si quería conseguir mi objetivo. Por lo general, solía evitar su habitación siempre que podía. Estuviera él dentro o no, siempre había tres constantes en ella: mal olor, calzoncillos por el suelo y pósteres. Muchos pósteres. Y la mitad eran de Star Wars, lo cual significaba que era la persona perfecta para sacarme de mi ignorancia.

—¿Vemos Star Wars?

Se quedó tan sorprendido que se le cayó el cómic de entre las manos. Me miró durante unos instantes, boquiabierto, antes de ser capaz de contestar.

—Estás de coña, ¿no?

Llevaba como mínimo diez de mis quince años recién cumplidos tratando de convencerme para que viera las películas con él, pero jamás lo había conseguido. Lo más cerca que estuvo fue una vez, cuando yo tenía seis o siete años, en la que me senté con él en el sofá mientras veía una de las películas. Todo iba bien hasta que, de repente, apareció una especie de babosa gorda y gigantesca que me hizo salir corriendo de allí, aterrorizado. Siempre pensé que esa escena me había creado un trauma y por eso jamás había vuelto a ver ninguna de las películas, porque desde ese momento me había negado en rotundo cada vez que me había propuesto ver alguna.

—Tenemos que hacer un trabajo de Inglés sobre alguna película y mi compañero ha escogido Star Wars, así que… tengo que verlas.

Podía ver un brillo de puro entusiasmo en sus ojos grises, los mismos que habíamos heredado los dos de nuestro padre.

—Vale. Esta tarde empezamos el maratón —decidió—. ¿Prefieres el orden cronológico o el de estreno?

—Eh. No sé. ¿Qué quieres decir?

—A ver, ¿prefieres empezar por las originales o por las precuelas?

Ya estaba hablando igual que Rubén, y a él tampoco lo entendía. Por suerte, Luis era mi hermano y no quedaría mal si se lo preguntaba.

—Tío, que no sé de qué me estás hablando. Explícamelo.

—En serio, ¿qué os enseñan en el instituto? —Soltó un suspiro de resignación—. A ver, primero se estrenó La Guerra de las Galaxias, que después se llamó Una nueva esperanza. Ese es el Episodio IV, que es de los setenta. Y después llegaron El imperio contraataca y El retorno del Jedi, que son los Episodios V y VI.

—¿Por qué empezaron por el cuarto? —pregunté, un tanto confuso—. No tiene sentido, ¿no?

—Es muy largo de explicar, pero lo importante es que esos fueron los primeros que se estrenaron. ¿Me sigues por ahora? —Asentí con la cabeza y él tomó aire para continuar—: Vale, pues hace como seis años comenzó la trilogía de las precuelas, que serían los Episodios I, II y III. De momento se han estrenado La amenaza fantasma y El ataque de los clones, pero este verano ya sale la tercera, La venganza de los Sith. ¿Lo pillas?

Asentí una vez más con la cabeza.

—Entonces, empezamos por el Episodio I, ¿no? La de los fantasmas esos.

—Personalmente, no te lo recomiendo —respondió, negando con la cabeza—. Piensa que todavía falta el Episodio III, así que tendrías que pasar del II al IV y sería un poco extraño. Yo creo que es mejor que vayamos por el orden de lanzamiento. Empezamos por el Episodio IV, y después de terminarnos la trilogía original ya nos vemos las precuelas. ¿Te parece bien?

No sabía ni qué decir; tanta información de golpe me resultaba abrumadora. Menos mal que eran solo seis episodios y no nueve.

—Sinceramente, tampoco te creas que me he enterado mucho —admití—. Pero confío en ti, así que lo que tú digas.

—Ya verás, te van a encantar —dijo con entusiasmo, aunque yo no estaba tan seguro—. ¡Y en verano podríamos ir al cine a ver el Episodio III juntos! Fijo que sacan el tráiler dentro de poco, tengo unas ganas que me muero.

—Bueno, bueno, tampoco te emociones —respondí entre risas—. De momento nos vemos estas y después ya hablamos, ¿vale?

Y así fue como empezó mi maratón de Star Wars. Cinco películas en dos tardes, y todo para poder estar preparado para cuando tuviera que hablar de la saga con Rubén. Lo bueno de verlas con Luis es que era el mayor experto en la saga que conocía, así que no le importaba responder a todas mis preguntas y dudas sobre las películas.

Supongo que, si lo analizo en perspectiva, esa fue la primera locura que hice por amor.

Lo que nunca fuimos

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