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Objetivo de la ideología de género

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Se podría hablar de muchos objetivos, pero en realidad creo que todos se centran en uno según sus promotores:

El final de la familia biológica eliminará también la necesidad de la represión sexual. La homosexualidad masculina, el lesbianismo y las relaciones fuera del matrimonio ya no se verán como opciones anormales […] La humanidad podrá retornar a su sexualidad poliforma natural […] la igualdad feminista radical significa, no simplemente igualdad bajo la ley y ni siquiera igual satisfacción de necesidades básicas, sino más bien que las mujeres —al igual que los hombres— no tengan que dar a luz. La destrucción de la familia biológica, que Freud nunca vislumbró, permitirá el surgimiento de mujeres y hombres nuevos.9

Se trata de una deconstrucción de la familia que implica varios aspectos, que progresivamente se han ido implementando. Siempre se ha dicho que la familia es la célula de la sociedad. Rediseñar la familia, mediante una deconstrucción de la misma, significa rediseñar la sociedad. Por eso, el objetivo es deconstruir las propiedades fundamentales de la familia: unidad, indisolubilidad, heterosexualidad, fecundidad, autoridad. En la década de 1960 se promovió el amor libre contra la unidad y se difundió el divorcio contra la indisolubilidad; en la década de 1970, la anticoncepción y el aborto contra la fecundidad; a partir sobre todo de la década de 1990 el “matrimonio” homosexual contra la heterosexualidad.

Desmontar en la sociedad y en las conciencias de las personas la idea de la familia heterosexual y sustituirla por la de “familias abiertas” es el objetivo de la ideología de género, porque:

La familia nos da las primeras lecciones de ideología de clase dominante y también le imparte legitimidad a otras instituciones de la sociedad civil. Nuestras familias son las que nos enseñan primero la religión, a ser buenos ciudadanos, tan completa es la hegemonía de la clase dominante en la familia, que se nos enseña que ésta encarna el orden natural de las cosas. Se basa en particular en una relación entre el hombre y la mujer que reprime la sexualidad, especialmente la sexualidad de la mujer.10

Para lograr este objetivo, hay que acabar con la dualidad sexual de los seres humanos fundada en la heterosexualidad. Si el género es una construcción cultural radicalmente independiente del sexo, hay que eliminar la bipolaridad sexual: “La meta no es sólo la de terminar con el privilegio masculino, sino con la distinción sexual: las diferencias genitales no tienen importancia cultural”.11 Esta ideología intenta suprimir la diferencia natural entre hombre y mujer12 y afirmar que no existe una “forma natural” masculina o femenina. Suprimiendo la forma natural de la sexualidad se intenta llegar a la plena liberación sexual en la que todos los géneros son iguales, es decir, son modos de comportamiento sexual. Cada uno puede elegir el tipo de género al que desea pertenecer, y el Estado debe dar el reconocimiento jurídico de la igualdad de todos los géneros. “Desde el momento en que las diferencias entre hombre y mujer deben abolirse, la masculinidad o feminidad, que son propias de cada ser humano, no tienen ya nada que expresar respecto de la persona”.13

Se trata de liberarse “del yugo de la familia tradicional” entendida como represión de la sexualidad de las parejas y educadora de los hijos.14 En realidad no se niega la familia, sino que se redefine, rediseña como “lugar de afectos” o “unión de individuos” prescindiendo de la identidad sexual (heterosexuales, homosexuales, bisexuales, etc.), sin limitación de número (poligámicas, poliándricas), con o sin hijos (adopción homosexual, fecundación in vitro y transferencia de embriones [FIVET]), etc.).

De la deconstrucción a la confección de lo humano

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