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2.4. Historia de la transmisión del texto

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La tradición manuscrita de las elegías ovidianas del destierro no ofrece demasiada complejidad, aunque hay que distinguir entre las Tristes y las Pónticas.

Por lo que a la reconstrucción del texto de las Tristes se refiere, contamos con numerosos manuscritos, que podemos clasificar, siguiendo a Owen 120 , en tres grupos:

1) Un primer grupo que comprende los dos mejores ejemplares con que contamos: el Laurentianus (M, L de Owen), antes llamado Marcianus 223, conservado en la Biblioteca Laurenziana de Florencia. Se trata de un códice del s. XI , de gran valor y autoridad debido a su antigüedad, que le hace ser muy cercano al subarquetipo de los siglos IX o X , pero tiene grandes lagunas que son subsanadas en el siglo xv mediante un texto de inferior categoría, el códice m. El otro ejemplar de este primer grupo de mayor calidad es el Fragmento Trevirense (Tr.), destacado por su antigüedad (s. x), si bien muy incompleto, ya que sólo contiene unos cuantos pasajes de las Tristes. Los dos códices de este grupo provienen de un mismo subarquetipo, al que siguen inmediatamente en el tiempo.

2) El segundo grupo de manuscritos con que contamos para establecer el texto de las Tristes está formado por una serie de códices posteriores al s. XI e independientes entre sí e independientes de los reseñados anteriormente.

El más importante de ellos parece ser el Guelferbytanus 192 (G), del s. XIII , que pasa por ser el más cercano al códice M .

El llamado códice A es un manuscrito perdido, del convento de S. Marcos de Florencia, conocido indirectamente por el uso que Poliziano hizo de él en anotaciones marginales a su edición de 1477 en Parma y descubierto por Owen en Oxford.

Hemos de mencionar, asimismo, el fragmento del códice Ottobonianus latinus 1469, encontrado por Questa, conocido por Ob, y que data del s. XI : contiene casi todas las Tristes, concretamente los cuatro primeros libros casi íntegros y, junto con el anterior, es el más antiguo de este grupo.

Contamos luego con una serie de manuscritos que, aunque inferiores en calidad, completan a los anteriores bastante bien para aquellos pasajes en que éstos han sido víctimas de manipulaciones o lagunas: el Holkhamicus (H), del s. XIII , que es un manuscrito de la biblioteca del Conde de Leicester en Holkham Hall; el Hauniensis 2014 (F), antes llamado Hamburgensis, de la Biblioteca Real de Copenhague, del s. XII ; el Vaticano latino 1606 (V), del s. XIII , y el Vaticano Palatino 910 (P), del s. xv.

3) Por último, al tercer grupo pertenecen una serie de manuscritos, como el Gothanus 122 (D), del s. XIII , que ocupa un puesto aparte en la tradición manuscrita de las Tristes, por la gran cantidad de variantes que contiene, aunque la mayoría de ellas son de procedencia tardía y sin un mayor interés; el Leidensis 177 (K), del s. XIII , y el Turonensis 879 (T), del s. XII . Todos ellos, y muchos otros, son de calidad bastante inferior a los dos grupos anteriores, y su interés es menor para la reconstrucción del texto latino de las Tristes.

Los tres grupos citados dependen de un ejemplar, posiblemente revisado hacia finales del s. II o comienzos del III , que sería el arquetipo.

Ante tal estado de la cuestión de la tradición manuscrita de las Tristes, poco es lo que cabe cambiar en el texto de estos manuscritos, muy elaborado ya por las correcciones y variantes que presentan, siendo la tarea del editor, como muy bien dice J. André 121 , más la de elegir que la de corregir.

Por lo que a las Pónticas se refiere, debido muy probablemente a que el interés que han despertado a lo largo de la historia ha sido bastante menor que el de las Tristes, la tradición manuscrita es mucho más reducida y simple.

Tenemos un códice antiquísimo, del s. V-VI , el Guelferbytanus Aug. 1311 (G), pero del que sólo se conservan dos páginas con unos veinticinco versos en total de las elegías IV, 9 y IV, 12. A pesar de su antigüedad, no es el arquetipo de los otros manuscritos conservados, porque contiene faltas que no se han transmitido a los demás.

Contamos, fundamentalmente, con dos grupos de manuscritos, que distinguimos de acuerdo con su mayor o menor calidad:

1.°) En primer lugar, tenemos tres manuscritos, que parecen proceder de la misma fuente que el Guelferbytanus: el Hamburgensis scrin. 52 F (A), del s. IX , que ofrece el grave inconveniente de contener sólo los dos primeros libros y aun éstos con la importante laguna de la tercera elegía del libro I; el Monacensis latinus 384 (B), del s. XII , y el Monacensis latinus 19476 (C), también del s. XII . Estos dos últimos suelen coincidir casi siempre entre sí y, a veces, con A, lo que es señal evidente de que A representa una rama independiente dentro de la tradición manuscrita de las Pónticas.

2.°) Al segundo grupo de manuscritos, de inferior calidad y de época más tardía, pertenecen otros como el Gothanus 121 (D), del s. XIII , coincidente en general con las lecturas de B y C, el Etonensis B.K.6, 18 (E), también del XIII, colacionado por Owen en su edición, el Holkhamicus (H) ya citado en la tradición manuscrita de las Tristes, también del XIII , el Turonensis 879 (T), que también contiene las Tristes y que coincide en general con D y, por último, el códice Argentoratensis (S), del que se discute sobre su fecha entre los siglos XI y XIII y que, aunque destruido por un incendio en 1870 en Estrasburgo, afortunadamente había sido consultado por O. Korn en su edición de las Pónticas en 1868.

Al igual que dijimos para las Tristes, nuestra labor se ha reducido también aquí a elegir en caso de lectura dudosa entre las varias existentes, teniendo siempre en cuenta la opinión de las mejores ediciones que hemos podido consultar.

Tristes. Pónticas.

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