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2.5. Ediciones, traducciones y comentarios

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En general, hay que comenzar diciendo que las elegías ovidianas del destierro han despertado a lo largo de la historia literaria un interés mucho menor que otras obras suyas, como las Metamorfosis, por ejemplo. Eso ha hecho que el número de ediciones y comentarios aislados de las mismas sea bastante reducido, si se lo compara con otras obras de Ovidio. Ahora bien, partiendo de esta premisa, hay que tener en cuenta dos cosas: por una parte, que la mayoría de las grandes ediciones son ediciones completas, que comprenden, por tanto, la totalidad de la producción ovidiana; por otra, que aquellas ediciones que son parciales, suelen contener casi siempre las dos grandes colecciones de elegías del destierro. Lo que digamos para las Tristes, vale, pues, para las Pónticas; cuando así no ocurra, lo haremos notar en cada caso.

La editio princeps aparece simultáneamente, en 1471, en Roma y en Bolonia. Unos años después, en 1477, aparece otra edición en Parma, a la que ya nos hemos referido con anterioridad. Y todavía en el s. xv, en 1489, aparece la edición de Merula en Venecia 122 .

De las ediciones del s. XVI son de destacar la doble editio Aldina, la primera en 1502-3 y la segunda en 1515-16, ambas en Venecia, la segunda preparada por el humanista Andrea Navagero y que se vuelve a imprimir en 1530; en 1546, aparece en Lyon la famosa edición anotada a cargo de J. Escalígero; en 1561, la edición de Th. Poelman en Amberes, reimpresa posteriormente en 1566, 1575, 1582 y 1589; en 1582 tenemos la de Bersman en Leipzig y en 1583 la de Ciofani en Amberes.

En el s. XVII , las más destacables son las de los dos Heinsius: en 1629, aparece en Leiden la de D. Heinsius; en 1652, la de N. Heinsius en Amsterdam, revisada y anotada por el mismo Heinsius en 1658-62; en 1661, en Leiden, tenemos una nueva edición revisada por Heinsius y anotada por varios autores bajo el cuidado de Schriverius; y en 1670, 1683 y 1702 tenemos nuevas ediciones anotadas a cargo del propio N. Heinsius.

De las ediciones del s. XVIII , la más famosa y preciada, tal vez, es la que aparece en Amsterdam, en 1727, a cargo de N. Heinsius y P. Burmann.

De la primera mitad del XIX datan las de N. E. Lemaire (París, Didot, 1822) y la famosa edición crítica de R. Merkel (Berlín, 1837, y Leipzig, 1852), la primera con pretensiones auténticamente científicas.

Pero las grandes ediciones críticas aparecerán en la segunda mitad del XIX : la de Korn (Leipzig, 1868), la de Riese (Leipzig, 1874), la de Ehwald (Leipzig, 1884) y, sobre todo, la de Owen (Oxford, 1899), la primera edición crítica que maneja el famoso fragmento Trevirense del que ya hemos dado cuenta anteriormente.

Durante nuestro siglo, tenemos la revisión de la edición de Owen hecha por él mismo (Oxford, 1915); la de C. Landi, en 1917, para la colección Paraviana de Turin; la de Ehwald y Levy para la Biblioteca Teubneriana (Leipzig, 1922); la de Wheeler, con traducción (Londres, 1924, reimp. 1965) y una nueva para la colección Paraviana de Turin (1934), a cargo de G. Masera. De las Pónticas tenemos la estupenda edición crítica de Lenz (Turin, 1938).

En los últimos años, contamos con las sucesivas ediciones de G. Luck, fruto de un largo y detenido estudio crítico del texto de las Tristes, sobre todo: en 1963 tenemos una primera edición de las Tristes y las Pónticas, con traducción de Willige (Zurich-Stuttgart); en 1967 tenemos una nueva edición de Luck, en Heidelberg, en esta ocasión sólo de las Tristes y con traducción a cargo del propio Luck. Por último, tenemos la valiosa edición de J. André, para la editorial Budé, de las Tristes (París, 1968), y de las Pónticas (París, 1977). Tanto las ediciones de Luck como las de André son dos estupendas ediciones que mejoran la magistral de Owen, si bien la de Luck es tal vez demasiado prolífera en conjeturas propias, no siempre igualmente atinadas.

En nuestro país pocas son las ediciones dignas de mención que se han hecho. Tal vez, por ser una de las primeras que se hicieron, podamos resaltar la de G. Vázquez Sahavedra (Madrid, 1654), y la valiosa edición que aparece en Zaragoza, en 1664, con notas de A. Navagero, Aldo Manucio y Pontano, copia probablemente de la idéntica aparecida antes en Lyon en 1600.

Por lo que a ediciones de libros aislados se refiere, tenemos la edición comentada a cargo de Owen de los tres primeros libros de las Tristes (libro I: Oxford, 1883; libro II, en 1924, y el libro III, en 1886), la de los dos primeros por Ferrara (Turin, 1902), la del libro IV por Th. J. De Jonge (tesis, Groningen, 1951) y, por último, la del libro V por J. Th. Bakker (tesis, Groningen, Amsterdam, 1946). Todas estas ediciones de libros aislados van acompañadas de sus respectivos comentarios.

Del libro I de las Pónticas tenemos una edición comentada de A. Scholte (tesis, Groningen, Amersfoort, 1933).

Aparte de estas ediciones, que, como hemos dicho, cuentan con el respectivo comentario, tenemos para las Tristes los comentarios de Lemaire (París, 1822), Némethy (Budapest, 1913) y los espléndidos y recientes de Della Corte (Génova, 1973) y Luck (Heidelberg, 1977).

Para las Pónticas, contamos con el de Némethy (Budapest, 1915 y un suplemento en 1922) y el de Della Corte (Génova, 1974). Del libro I tenemos el ya citado de Scholte y el de Staffhorst a las tres primeras elegías del libro I (tesis, Würzburg, 1965).

En cuanto a traducciones, además de las ya mencionadas, en época moderna tenemos las siguientes:

P. DE KERVILLARS , París, 1756.

A. VERNADÉ , París, 1836.

CH. NISARD , París, 1838.

E. PERSONNEAUX , París, 1861.

OWEN , Tristia II, Oxford, 1924.

A. L. WHEELER , Londres, 1924, reimp. 1965.

E. RIPERT , París, 1937.

G. LUCK -W. WILLIGE , Zurich-Stuttgart, 1963 (trad. de Willige).

G. LUCK , Heidelberg, 1967.

J. ANDRÉ , Tristes, París, 1968 y Pónticas, París, 1977.

F. DELLA CORTE , Tristes, Génova, 1972 y Pónticas, Génova, 1973.

L. R. LIND , Ovid: Tristia, Atenas, 1974.

Y en español tenemos las de

I. SUÁREZ DE FIGUEROA , Madrid, 1727, reimp. en 1728 y 1733, que merece una mala opinión a Menéndez y Pelayo.

G. SALINAS , para la Biblioteca Clásica, Madrid, 1891, reimp. en 1925-27, y en 1957 para EDAF.

Y las recientes de J. Quiñones Melgoza, Las Tristes, México, 1974, y Epístolas desde el Ponto, México, 1978; y las muy recientes de M.-A. Marcos Casquero, Tristes, Salamanca, ed. Perficit, 1983, y de A. Pérez Vega, Ovidio, Epistulae ex Ponto II (Introducción, edición crítica, traducción y comentario), Sevilla, 1989, de las que no hemos podido disponer durante la elaboración de nuestra traducción, pero que nos parecen excelentes versiones, que se ajustan lo más posible al original latino.

Tristes. Pónticas.

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