Читать книгу Caja continua de voces I - Pablo Martín Ruiz - Страница 14

Ella

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Era la menor de tres hijas. Se llevaba muy mal con sus hermanas mayores, que le envidiaban su belleza. Y era la favorita de sus padres, a quienes adoraba. Desde la adolescencia, Francisca se dedicó con pasión y disciplina a la pintura. Sus cuadros abstractos reunían casi incoherentemente la geometría directa de Mondrian y la fuerza material de Tàpies, incoherencia que era quizás un buen resumen de ella misma. En la ceremonia en que su madre, buena escritora de mediocridades, recibió el segundo premio en un concurso de novela, conoció a Paulo, que había ganado el primer premio con una novela demasiado borgeana. Su romance sólo se interrumpió cuando ella ganó una beca para estudiar bellas artes en París. Él tenía planes de ir a visitarla a su estudio de la Rue St. Pierre, pero en la primera carta que ella le mandó desde París le decía, en una única frase administrativa, que no quería verlo más.

Caja continua de voces I

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