Читать книгу Caja continua de voces I - Pablo Martín Ruiz - Страница 18
El arte del retrato
ОглавлениеPero mi verdadera desesperación de escritor es otra. No es la imagen sino la cosa. No es la palabra que dice luz sino la palabra que hace luz. Esa es la palabra por la que desespero y que tengo que buscar, entre términos arcaicos y páginas de viejas gramáticas, entre las exclamaciones de la historia y la sustancia del dolor. Tengo que revolver entre las letras y desnudarlas de su habla, conjurar lenguas que sean una música y un número, lenguas para hechizar a las cebras y a los osos, para hacer que bailen los árboles y se desvíen las aguas, para que salten las piedras que hemos sido y que seremos, hasta que el tiempo sea una leyenda que hayamos refutado y tú hayas regresado de lo oscuro. Recuperar para esta página el murmullo que Teofrasto Filipo susurró a las cenizas de una rosa para que la rosa fuera nuevamente, hacer que el astrum in faciem sea la doctrina de este canto hecho verdad, recobrar para mi prosa las glosolalias abismadas de los cabalistas enfebrecidos de divinidad. ¿Y qué sacra sintaxis? ¿Qué retóricas profanas? ¿Qué declinaciones y etimologías? Con la lengua del fin de los tiempos, con la lengua inaudible de los ángeles, con la lengua bautismal de los animales del edén, con inmensas lenguas bárbaras y rotas es que escribo. Léeme, léeme con los gestos de tu cara devastada, léeme con el escalofrío de tus ojos. Lee conmigo, acompáñame en esta lectura. Si no puedo llegar hasta tu cara con el soplo de mi verbo, si no puedo llegar hasta ti con el reparador canto de las sirenas que es mi canto, o con el destructor silencio de las sirenas que es mi silencio, si no llego hasta ti con lo que escribo, si lo que escribo no es a la vez el enigma y la solución del enigma de tu cara, si no es la plenitud y el vacío de tu cara, entonces no es nada y es menos que nada.
Apelo a lo profético que hay en mí, abro el diccionario de los mares y entonces canto y vaticino mi palabra. Esta palabra se arrastrará y tocará las raíces subterráneas de las tumbas, penetrará los surcos de maderas envueltas en savia y barro, descenderá y escarbará las vetas minerales y las sales de cavidades sumergidas. Esta palabra se elevará y tocará la matriz ardiente de los planetas, se elevará y tocará las órbitas elementales del sol y los espectros de los ciclos estrellados y la gracia salvaje de las galaxias, que serán los rasgos de tu cara entre mis manos para que los modele y los regrese hasta su origen, trocados por mi palabra. Mi palabra que se alimentará de las pulsaciones de los pájaros, de la exégesis cambiante de los sueños, del silogismo fiel de lo que muta, y como el fuego barrerá las sombras, y como el aire absorberá toda memoria y todo olvido, y tu cara por fin será tu cara, tu fénix cara, tu rosa cara, tu renacida cara intacta, devuelta al remolino insaciable y legendario de los siglos.