Читать книгу Amanecer rojo - Pierce Brown - Страница 7

Оглавление

Habría vivido en paz, pero mis enemigos me trajeron la guerra.

Observo a mil doscientos de sus hijos e hijas más fuertes. Escuchando a un cruel dorado hablar entre grandes columnas de mármol. Escuchando a la bestia que trajo la llama que me carcome el corazón.

—Los hombres no fueron creados iguales —declara. Alto y arrogante, e imponente como un águila—. Los débiles os han engañado. Decían que los mansos heredarían la tierra. Que los fuertes deberían alimentar a los débiles. Esta es la Noble Mentira de la demokracia. El cáncer que envenenó a la humanidad.

Atraviesa con la mirada a los estudiantes allí reunidos.

—Vosotros y yo somos dorados. Somos la consumación de la línea evolutiva. Nos elevamos por encima del montón de carne de los hombres y encauzamos a los colores menores. Vosotros habéis heredado este legado.

Se detiene, y observa los rostros de la asamblea.

—Pero no es gratis.

»El poder hay que reclamarlo. Y la riqueza, ganarla. El reinado, el dominio y el imperio se compran con sangre. Vosotros, niños que aún no habéis sido marcados con cicatrices, no os merecéis nada. No sabéis lo que es el dolor. No sabéis lo que vuestros antepasados sacrificaron para colocaros en esta cima. Pero pronto lo sabréis. Pronto os enseñaremos por qué los dorados gobiernan a la humanidad. Y yo os prometo que, de entre todos vosotros, solo los que sean aptos para el poder sobrevivirán.

Pero yo no soy un dorado. Soy un rojo.

Él cree que los hombres como yo somos débiles. Cree que soy estúpido, pusilánime e infrahumano. No me criaron en palacios. No monté a caballo por las praderas ni me alimenté de platos de lengua de colibrí. Me forjaron en las entrañas de este duro mundo. Afilado por el odio. Fortalecido por el amor.

Se equivoca.

Ninguno de ellos sobrevivirá.

Amanecer rojo

Подняться наверх