Читать книгу La prisión, elige tu propia aventura - Ramón Díez Galán - Страница 6

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No lo piensas dos veces, corres hacia los guardias al tiempo que gritas.

– ¡Ayuda! Ese hombre tiene mi teléfono móvil.

Blas y Valero se miran, este último es quien te contesta.

– Eso es imposible.

– De verdad, el mismo teléfono que me quitaron al entrar en la prisión. – Tu voz suena acelerada y nerviosa. – Lo he visto con mis propios ojos.

Sin decir ni una palabra, Valero camina con paso firme hacia el Jefe. Comienza a registrar los bolsillos, le cachea las piernas e incluso inspecciona sus zapatos. Puedes ver una desafiante sonrisa en la cara del Jefe.

Valero termina con su registro y se gira hacia ti.

– A ver “nuevo”, aquí no hay nada. Mentir a los guardias puede traerte problemas. ¿Tan pronto quieres conocer las celdas especiales que tenemos en el pabellón de aislamiento? Sin compañía, ni luz, ni cama, ni nada. Solo cuatro paredes y tú.

Blas escucha todo sin abrir la boca, parece que no se atreve a cuestionar la autoridad del veterano Valero.

– Tranquilo, seguro que ha sido un malentendido. – El Jefe simula que te defiende con un tono de superioridad insultante. – Es su primer día aquí, nunca es fácil acostumbrarse a este lugar.

– De acuerdo, lo dejaremos pasar. Pero que sea la última vez que me mientes.

Valero te mira de un modo desafiante y te señala con el dedo mientras habla.

Suena el timbre que indica que la hora del patio ha terminado. Los presos vuelven a sus celdas de manera ordenada. Entras en la 313 seguido de Armando. Te sientas en la cama y reflexionas sobre lo que ha pasado. El Jefe es un preso, ¿cómo puede tener control sobre los guardias? Tiene tu teléfono, quizás podría permitirte utilizarlo. Con un teléfono en tu poder la huida de la prisión podría ser más sencilla.

Armando se sienta a tu lado y comienza a hablarte.

– Debes tener más cuidado amigo. El Jefe tiene muchos contactos tanto en la prisión como fuera de ella, sus ojos y oídos están por todas partes.

– Él tenía mi…

No puedes terminar la frase pues la puerta se abre de golpe. Valero entra en la celda.

– Nuevo, ven conmigo.

Sientes el miedo en tu cuerpo, los guardias pueden haber cambiado de opinión, por un momento piensas en lo peor. Os dirigís hacia el bloque donde están los presos de larga duración. En una de las celdas hay una discusión, Valero se acerca a ver qué pasa. Durante unos segundos no te presta atención, ¿actúas?


Si no haces nada y esperas a que vuelva Valero, ve a la página 20


Si sales corriendo e intentas escapar, ve a la página 24

La prisión, elige tu propia aventura

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