Читать книгу La prisión, elige tu propia aventura - Ramón Díez Galán - Страница 9

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Valero calma a los presos con unos golpes en la puerta, vuelve hacia ti y continuáis andando. ¿Dónde te llevará? ¿A la oficina del director de la prisión? ¿A una celda de aislamiento? ¿A un lugar todavía peor? Finalmente os detenéis delante de la celda número 521. Valero abre la puerta y te empuja al interior.

– Bienvenido a mi humilde morada.

El Jefe te saluda desde un sillón de cuero que está al fondo de una luminosa habitación.

Miras a tu alrededor sorprendido. Aquello no parece una celda normal, tiene radio, cuadros y una cama mucho mejor que la del resto de presos.

– Así es amigo, esta es mi celda, ¿te gustaría tener una igual? – El Jefe hace un gesto con la mano para indicarte que te sientes en su cama, obedeces sin decir nada. Él continúa hablando. – ¿Quién eres? Siempre investigo el pasado de todos los prisioneros, con más o con menos dificultades consigo descubrir todos los detalles de sus vidas, por qué están aquí, cuáles son sus intenciones y lo más importante, si puedo confiar en ellos. Pero con tu historia estoy sorprendido, toda tu información ha sido borrada. No tienes nombre ni en la prisión ni fuera de ella, no hay fotos tuyas en internet, no tienes cuentas en el banco ni redes sociales, tu teléfono ha sido borrado por completo. Solo sé que tu padre está en el hospital y que tu PIN del teléfono es la fecha de la muerte de tu abuelo porque se lo dijiste a los guardias al entrar en prisión. Ahora espero que tú me des las respuestas que busco.

Las palabras del Jefe te alarman, no te sorprende que hayan borrado tu pasado, parece claro que quieren que desaparezcas, piensas en contarle toda tu historia, necesitas ayuda para recuperar tu vida.

– ¿Cómo sé que puedo confiar en ti? – Preguntas con decisión. – ¿Qué no me matarás?

– No lo sabes, pero creo que soy tu mejor opción aquí dentro. Por lo que veo tienes unos enemigos muy poderosos, ¿quiénes?, ¿el gobierno?, ¿el ejército?, ¿la mafia?

– ¿Y para cual de ellos trabajas tú? Tu celda no es precisamente normal.

Piensas que esos privilegios que tiene deben ser por algo. El Jefe responde a tu pregunta.

– Yo no trabajo para nadie, sobrevivo aquí dentro y desafío al poder. Digamos que tengo información delicada de varios altos cargos.

– ¿Si te digo la verdad me devolverás mi teléfono?

El Jefe acepta el trato, teléfono por información.

– Todo tuyo, lo tendrás cuando sepa que estás de mi parte. El teléfono está completamente borrado y no tiene línea.

– Descubrí una gran trama de corrupción de la empresa ARTUS, la propietaria de esta y otras muchas prisiones del país. Falsificaban documentos para obtener grandes cantidades de dinero público. Hay muchos altos cargos de la policía y del gobierno implicados.

El Jefe reflexiona y trata de completar tu historia.

– Hm, muy interesante. Entiendo que trabajabas en algún tipo de departamento público como investigador, lo más normal es que te hubieran puesto una medalla por tu trabajo, pero creo que le contaste todo esto a la persona equivocada, déjame adivinar, ¿un comisario de la policía?

– Exactamente. – Te echas las manos a la cabeza al recordar ese momento. – Mi superior, el comisario jefe de asuntos internos, ¿cómo podía estar implicado? Todavía me cuesta creerlo. Organizaron mi desaparición en cuestión de minutos, unos policías me secuestraron de camino a mi casa y me acusaron de asesinato, obviamente no me dejaron comunicarme con nadie y aquí he terminado.

El Jefe parece haberse interesado realmente por tu historia. Pone su mano en tu hombro y te da ánimos.

– Tranquilo “nuevo”, has tenido la suerte de conocerme. Desde hace tiempo quiero ver hundida a la empresa ARTUS y tú me acabas de dar el arma que necesito, un escándalo público. Vamos a trabajar juntos y vamos a conseguir que salgas de esta prisión y cuentes toda tu historia en los medios de comunicación.

Las palabras del Jefe te animan, necesitas un aliado poderoso con contactos y capaz de abrir puertas. Te interesas por el plan a seguir.

– ¿Qué vamos a hacer?

– Solo tendremos una oportunidad así que habrá que planearlo muy bien. Para empezar, toma esto. – El Jefe te ofrece una pequeña botellita de plástico con un líquido verde en su interior. – Si bebes este líquido, conocerás a Cristina. Debes decirle que el Jefe necesita somníferos, puedes utilizar la palabra “telaraña” en caso de que no quiera colaborar, es mi contraseña personal. Si aun así no te los quiere dar, recuérdale que su hijo Mario tiene clases de karate los martes a las 18:00.

– ¿Qué es este líquido? Es la primera vez en mi vida que veo algo así.

– Tú confía en mí y saldrás de este lugar sin que nadie se entere. Recuerda, bébete todo el líquido cuando llegues a tu celda.

El Jefe se despide de ti con un fuerte apretón de manos. Seguidamente golpea la puerta tres veces y Valero la abre desde el otro lado. El veterano guardia te conduce a través de los pasillos hasta tu celda.

– Vamos “nuevo”, el paseíto ha terminado.

Te sientas en la cama, tu compañero Armando está durmiendo, coges la pequeña botella que el Jefe te ha dado, podría ser veneno, o quizás algún tipo de relajante, o incluso alguna sustancia alucinógena. No sabes bien qué hacer, no sabes si puedes confiar en el Jefe, ves que tu compañero tiene sobre su mesita de noche un vaso lleno de zumo de manzana.


Si haces caso al Jefe y bebes el líquido verde, ve a la página 33


Si decides verter el líquido en el vaso de Armando, ve a la página 29

La prisión, elige tu propia aventura

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