Читать книгу Melanie Klein - Ricardo Antar - Страница 19
Si se trata de acceder al inconsciente...
Оглавление2) En este momento M. Klein imprime otro giro a la experiencia, consecuente con el anterior: 11
“Sin embargo, la madre se las arregló con un chiste con el que se conectaba un pequeño cuento, para lograr su atención y reconquistar su aprobación. Le dijo, al darle una confitura, que ésta lo había estado esperando largamente e inventó una pequeña historia sobre ella. El niño se entretuvo mucho con esto y expresó su deseo de que se la repitieran varias veces; y luego escuchó con placer la historia de la mujer en cuya nariz creció, ante el deseo de su esposo, una salchicha. Entonces empezó a hablar espontáneamente, y desde entonces relató historias fantásticas, largas y cortas, a veces originadas en otras que había escuchado, pero la mayoría enteramente originales, que proporcionaron una cantidad de material analítico. Hasta entonces el niño había mostrado tan poca tendencia a contar historias como a jugar. En el período que siguió a la primera explicación había mostrado, es cierto, una fuerte tendencia a contar historias e hizo varios intentos de hacerlo, pero en general había sido una excepción. Estas historias, que no tenían nada siquiera del arte primitivo que generalmente emplean los niños en sus cuentos en imitación de las realizaciones de los adultos, producían el efecto de sueños a los que faltaba la elaboración secundaria. A veces empezaban con un sueño de la noche anterior y luego continuaban como historias, pero eran exactamente del mismo tipo cuando las empezaba desde el principio como historias. Las contaba con enorme deleite; de cuando en cuando, al aparecer resistencias −a pesar de cuidadosas interpretaciones− las interrumpía, pero sólo para reanudarlas poco después con placer.”12
Melanie Klein pasa a ser coherente con algo que ella misma había postulado anteriormente: primero hay levantar las resistencias en el adulto. Es ella, entonces, la que tiene el coraje de salirse del rígido esquema de brindar información “anatómica”, “científica”, que “corrigiera” las “concepciones fantásticas e inexactas” del niño, para dar lugar al despliegue de esa otra dimensión de la mente en la que encontrará las “teorías sexuales infantiles”.