Читать книгу El irreductible juicio de unidad del mercado nacional. Un enfoque multiniveles. - Roberto Carlos Rosino Calle - Страница 9

La unidad económica también depende del denominado principio de unidad de mercado. En una primera aproximación parece claro que para afirmar la existencia autónoma del mismo respecto del propio de la dirección unitaria de la economía no queda más opción que separarlo del listado competencial previsto en el artículo 149 CE.

En efecto, el anclaje jurídico del principio de unidad de mercado se encuentra en el artículo 139 CE. Junto a la referencia a la igualdad, el constituyente definió a las claras lo que va a constituir, en mi opinión, un rasgo esencial de este principio: su carácter espacial. “Ninguna autoridad –leemos en su apartado segundo– podrá adoptar medidas que directa o indirectamente obstaculicen la libertad de circulación y establecimiento de las personas y la libre circulación de bienes en todo el territorio español”. El mercado nacional cuya pervivencia garantiza la Constitución tiene base territorial41, descansa sobre las libertades económicas clásicas –mercancías, personas y, pese a la omisión, también servicios y capitales– y es un límite a la actuación de los poderes públicos42.

El mercado que la Constitución protege es un espacio económico nacional, una estructura neutra desprovista de regulaciones económicas sustantivas. Este mercado será tan nacional bajo un condicionamiento fuerte del ejercicio de las actividades económicas que cuando no se prevea ningún requisito para el desarrollo de las mismas. De algún modo, el mercado nacional –el espacio económico nacional– es el soporte que sirve de base a la política económica diseñada por el poder legislativo. Y, a efectos de este estudio, es el tablero donde se desarrolla la partida entre la autonomía política y la unidad económica. Porque, al final, los problemas relativos a la unidad de mercado son una cuestión de diferenciaciones admisibles: no existirá unidad cuando dos regímenes normativos distintos coincidan sobre una misma actividad y territorio de tal forma que su aplicación dé origen a efectos diferentes para los empresarios ocupados en ese mercado. De ahí que, en mi opinión, más que hablar de “unidad del mercado nacional”, resulte más certero emplear la expresión “integridad del espacio económico nacional”43.