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El estudio de caso en esta investigación

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Desde una mirada metodológica, entonces, la selección de esta empresa como unidad de trabajo/análisis de la rama metalúrgica se funda en una doble argumentación. Por una parte, la Siam Di Tella expresa el carácter paradigmático y extrapolable de un modelo de desarrollo industrial distinguido por empresas con fuertes inversiones locales –con presencia de capital nacional, más allá de los debates sobre su alcance–, con producciones de bienes durables dirigidos a un mercado interno y con alta absorción de mano de obra, también nacional. También, con fuertes y necesarios vínculos con el Estado, sea a través de la percepción regular de políticas crediticias o por tener activa participación en la realización de obras de carácter público.

De este modo, la metalúrgica Siam Di Tella a lo largo de los años estudiados cumplió un papel de fuerte representación y referente respecto del conjunto de empresas metalúrgicas existentes en el país en ese entonces. Incluso, con una doble representatividad en función de nuestro estudio sobre estrategias empresariales y obreras. Por una parte, porque los cuadros dirigentes que representaban a la metalurgia nacional contaban entre sus voceros más activos a dirigentes de la propia firma: Torcuato Sozio, Guido Clutterbuck, entre otros, quienes sellaban con sus firmas –en nombre de la Federación Nacional de Metalúrgicos, por ejemplo– los documentos o acuerdos de todo el sector, por lo que es altamente improbable dudar de una separación de posiciones entre los dos ámbitos. Dicho de otro modo, lo que la Siam y sus dirigentes pensaban era también un reflejo de lo expresado en los documentos generales de la rama –Federación Metalúrgica–, rubricado por sus propios representantes. Por otra parte, porque fue también en la Siam donde se desarrollaron con gran extensión, organización y virulencia las experiencias obreras que resistieron y disputaron con el capital las iniciativas productivistas –como lo demuestran las fuentes periodísticas y los documentos obreros y empresariales de la época–, tendientes a lograr mayores rindes de los trabajadores.

Asimismo, las innovaciones organizativas obreras también tuvieron su base de operaciones en la Siam Di Tella, en la que se destacaron, sobre todo, las comisiones internas, las iniciativas acerca de agremiaciones mixtas (capataces y obreros) y las adhesiones más contundentes a las medidas de fuerza (trabajo a desgano, boicots, huelgas, etc,), que tuvieron un anclaje más duradero y efectivo que en otras firmas.

En resumen, el tipo de diseño a utilizar es cualitativo de tipo descriptivo y se utilizaron fuentes primarias y secundarias, con técnicas como la observación, entrevistas y encuestas a los trabajadores, así como también a investigadores especializados en la temática. Los criterios de trabajo metodológico para la utilización y análisis de las fuentes –en este caso apoyadas en las técnicas de triangulación– se sostienen en la articulación de diferentes dimensiones de análisis referidas a las fuentes primarias y secundarias. La identificación y presentación de las fuentes utilizadas está organizadas en dos partes: en la primera realizamos un breve análisis sobre la recopilación realizada por años sobre el Archivo Siam Di Tella, sus aportes y también limitaciones. Nos basamos en estudios generales realizados por archivistas para situar la porción correspondiente a nuestra reconstrucción, así como aquellas consideraciones generales de su valor histórico. Y en la segunda, detallamos el conjunto de las fuentes documentales utilizadas, así como el material bibliográfico pertinente a nuestra investigación. Las referencias y selección de las fuentes primarias de este estudio fueron incluidas en el Anexo de este libro. En él se presenta un breve recorrido organizativo del archivo estudiado y una selección del material que fue considerado de manera directa en este estudio. Consta de un organigrama de la firma Siam (empresas, rubros, número de trabajadores, etc.), actas de asambleas ordinarias (selección), folletos de los artículos de producción de la Siam, cartas de acuerdos empresariales (plan Reynders, 1941), la revista Noticiero Siam (selección), una encuesta sobre las condiciones de vivienda de los trabajadores en la Siam, y una selección de memorias y balances de 1947, 1954 y 1955.

1. El concepto mundo del trabajo es tomado por varios historiadores, extranjeros y nacionales, de una manera integral, es decir, para referirse a la vida de los trabajadores, su organización, cultura e, incluso, a conflictividades con el empresariado. Así lo hacen (con perspectivas y énfasis diferentes), por ejemplo: Eric Hobsbawm, El mundo del trabajo. Estudios históricos sobre la formación y evolución de la clase obrera, Barcelona, Crítica, 1987; Ricardo Falcón, Los trabajadores y el mundo del trabajo, Buenos Aires, CEAL, 1986; Hernán Camarero, A la conquista de la clase obrera. Los comunistas y el mundo del trabajo en la Argentina, 1920-1935, Buenos Aires, Siglo XXI, 2017. Por su parte, el historiador Nicolás Iñigo Carrera cuestiona el concepto por entender que este “considera a los trabajadores solo como atributo del capital, como capital viviente. Si nos circunscribimos al «mundo del trabajo» las luchas deberían quedar excluidas” (La otra estrategia. La voluntad revolucionaria (1930-1935), Buenos Aires, Pimsa-Imago Mundi, 2016). En el libro de Iñigo Carrera, se encuentra un mayor desarrollo de las referidas argumentaciones. En este estudio seguimos la primera acepción.

2. Adolfo Dorfman, Historia de la industria argentina (1970) y Cincuenta años de industrialización argentina 1930-1980, publicado en 1983. También la prolífica producción de Jorge Schvarzer, como La industria que supimos conseguir de 1996, o “Estrategia industrial y grandes empresas; el caso argentino”, en Desarrollo Económico, Nº 71 con varias ediciones y en 1983, “La implantación industrial (en Buenos Aires)”, en Buenos Aires, cuatro siglos, entre otras.

3. Pablo Gerchunoff, y Lucas Llach, El ciclo de la ilusión y el desencanto. Un siglo de políticas económicas argentinas, Buenos Aires, Crítica, 1998; Mario Rapoport, Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2003), Buenos Aires, Macchi, 2000; Eduardo Basualdo, Estudios de historia económica argentina, Buenos Aires, Flacso-Siglo XXI, 2006.

4. Adolfo Dorfman, Historia de la industria argentina, 1930-1980, Buenos Aires, Solar, 1983, p. 45.

5. Jorge Schvarzer, “1925-1955: Auge, expansión y crisis”, Todo es Historia, Nº 124, 1977.

6. Dorfman, Historia de la industria argentina, p. 58.

7. Informe Fiat. Delegación América Latina, Oficina de Estudios para la Colaboración Económico-internacional, capítulo “Maquinarias y aparatos eléctricos”, Ministerio de Guerra, Dirección de Fabricaciones Militares, noviembre de 1944.

8. Informe de la Cepal, El desarrollo económico de la Argentina. Los problemas y perspectivas del crecimiento económico argentino (tres tomos) de 1969; destacamos también en Informe del CFI (Consejo Federal de Inversiones), Las radicaciones de capitales extranjeros, Serie de Estudios Nº 1, 1960.

9. Marcelo Diamand, “Desarrollo industrial, política y autárquica y capital extranjero”, en Situación actual y perspectivas de la economía argentina, IDES, Nº 16, 1972; el referenciado para estudios sobre economía argentina en los años 30: Jorge Fodor, “Notas para la economía política de la industria argentina”, Boletín Techint, Nº 234, 1985; Jorge Katz, “Características estructurales del crecimiento industrial argentino, 1946-64”, Desarrollo Económico, Nº 26, 1967; Juan José Llach, “El Plan Pinedo de 1940: su significado histórico y los orígenes de la economía política del peronismo”, Desarrollo Económico, Nº 92, 1984; también del mismo autor: “La Argentina que no fue. Selección de obras de Alejandro Bunge”, IDES, 1985; o clásicos como Milcíades Peña, Industrialización y clases sociales en la Argentina, Buenos Aires, Hyspamérica, 1986; Jorge Schvarzer, La industrialización argentina, en Cuadernos Nacionales, editados por la Facultad de Derecho de la UBA en 1974 y del mismo autor: Las más grandes empresas de la Argentina, edición especial de La Prensa Económica de 1976 y “1925-1955: auge, expansión y crisis”, en Todo es Historia, Nº 124, dedicado a los “Avatares de la industria argentina”, publicado en 1977.

10. Laura Randall, Historia económica de la Argentina en el siglo XX, Buenos Aires, Amorrortu, 1978; Eduardo Jorge, Industria y concentración económica, Buenos Aires, Hyspamérica, 1986; Eduardo Basualdo, Los primeros gobiernos peronistas y la consolidación del país industrial: éxitos y fracasos, Buenos Aires, Flacso, 2004.

11. Marcelo Rougier, “La acción del Banco de Crédito Industrial Argentino en la etapa preperonista (1944-1946)”, Ciclos, año IX, vol. IX, Nº 18, segundo semestre de 1999. Y del mismo autor, junto con Claudio Bellini, El estado empresario en la industria argentina. Conformación y crisis, Buenos Aires, Manantial, 2008, así como La industria peronista, Buenos Aires, Edhasa, 2010, escrito por el propio Bellini.

12. Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero, Orígenes del peronismo, Buenos Aires, Siglo XXI, 1971; Juan Carlos Torre, La vieja guardia sindical y Perón, Buenos Aires, Eduntref, 2006; José Aricó, “Los comunistas y el movimiento obrero”, Ciudad Futura, Nº 4, 1986; Hugo del Campo, Sindicalismo y peronismo, Buenos Aires, Clacso, 1983; Joel Horowitz, “Ideologías sindicales y políticas estatales en la Argentina, 1930-43”, Desarrollo Económico, Nº 24, vol. 94, 1984.

13. Hiroshi Matsushita, Historia del movimiento obrero argentino, Buenos Aires, Hyspamérica, 1986.

14. Louise Doyon, Perón y los trabajadores, Buenos Aires, Solar-Hachette, 1970.

15. Louise Doyon, “Conflictos obreros durante el régimen peronista (1946-1955)”, Desarrollo Económico, Nº 67, 1977, p. 471.

16. Ibíd., p. 122.

17. Karl Deutsch, “Mobilitation and Political Development”, en American Political Science Review, Nº 55, 1961.

18. Gino Germani, Autoritarismo, fascismo y populismo nacional, Buenos Aires, Temas, 1978, p. 65.

19. Samuel Baily, Movimiento obrero, nacionalismo y política en la Argentina, Buenos Aires, Hyspamérica, 1985, p. 56.

20. Ibíd., p. 59.

21. Walter Little, “La organización obrera y el Estado peronista”, Desarrollo Económico, vol. 19, Nº 75, 1979.

22. Scott Mainwaring, “El movimiento obrero y el peronismo”, Desarrollo Económico, vol. 21, Nº 84, 1982.

23. Mainwaring, “El movimiento obrero y el peronismo”, p. 54.

24. Ibíd., p. 517.

25. Daniel James, Resistencia e integración. El peronismo y la clase trabajadora argentina, 1946-1976, Buenos Aires, Sudamericana, 1990, p. 24.

26. Ibíd., p. 32.

27. Revista Archivos de Historia del Movimiento Obrero y la Izquierda: www.archivosrevista.com.ar.

28. Javier Lindenboim, “El empresariado industrial argentino y sus organizaciones gremiales entre 1930 y 1946”, Desarrollo Económico, Nº 131, 1996; Jorge Schvarzer, Empresarios del pasado. La Unión Industrial Argentina, Buenos Aires, CISEA-Imago Mundi, 1991; James Brennan, “«Industriales y bolicheros»: la actividad económica y la alianza populista peronista, 1943-1976”, Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana Emilio Ravignani, 1997; Berrotaran, Patricia et alia, (comp), Sueños de bienestar en la Nueva Argentina. Estado y políticas públicas durante el peronismo 1946-1955, 2004, y Torcuato Di Tella (h), Torcuato Di Tella. Industria y política, Buenos Aires, Tesis, 1993.

29. Marcelo Rougier (dir.), Políticas de promoción y estrategias empresariales en la industria argentina, 1950-1980, Buenos Aires, Ediciones Cooperativas, 2007.

30. Jorge Schvarzer, Empresarios del pasado, p. 62.

31. Herbert Gintis, “Educación, tecnología y características de la productividad del trabajador”, en Carlos Biasutto (comp.), Educación y clase obrera, México, Nueva Imagen, 1984; Paul Willis, Aprendiendo a trabajar, Madrid, Akal, 1978; Iván Illich, La sociedad desescolarizada, Madrid, Godot, 1985.

32. Tadeu Da Silva, Espacios de identidad, Barcelona, Octaedro, 2005.

33. Biasutto, Educación y clase obrera.

34. Pablo Pineau, Sindicatos, Estado y educación técnica (1936-1968), Buenos Aires, CEAL, 1991.

35. Raphael Samuel, “Historia y teoría”, en Historia popular y teoría socialista, Barcelona, Crítica, 1984.

36. Ian Hunter, Repensar la escuela. Subjetividad, burocracia y crítica, Barcelona, Pomares, 1998.

37. Roberto Elisalde, “Notas sobre las estrategias del capital y el trabajo en el campo educativo: control, disciplina y educación alternativa”, Anuario IEHS, Nº 22, Universidad Nacional de Tandil, 2007.

38. Dora Barrancos, Anarquismo, educación y costumbres, Buenos Aires, Contrapunto, 1990.

39. Alberto Ciria, Política y cultura popular: la Argentina peronista, 1946-1955, Buenos Aires, De la Flor, 1983; Moacir Gadotti y Carlos Alberto Torres (comps.), Educación popular, crisis y perspectivas, Buenos Aires, Miño y Dávila, 1993; Noemí M. Girbal-Blacha, Adrián Gustavo Zarrilli y Juan Javier Balsa, Estado, sociedad y economía en la Argentina (1930-1997), Buenos Aires, UNQ, 2002; Adriana Puiggrós, “Peronismo: cultura política y educación (1945-1955)”, en Adriana Puiggrós (dir.), Historia de la educación en la Argentina, Buenos Aires, Galerna, 1993; Carlos Rodrigues Brandão, La educación popular de ayer y de hoy, Buenos Aires, Biblos, 2016.

40. Roberto Elisalde, Marina Ampudia, Juan Pablo Nardulli y Joaquín Calvagno (coords.), Trabajadores y educación en la Argentina, Buenos Aires, Buenos Libros, 2010.

41. Karl Marx, El Capital, libro I, cap. V, y cap.VI (inédito), México, Siglo XXI, 1975.

42. Harry Braverman, Trabajo y capital monopolista, México, Nuestro Tiempo, 1974. Los comentarios realizados por el artículo de Vicki Smith, “Braverman: veinte años después”, Sociología del Trabajo, Nº 26, 1995-1996, presentan un debate actualizado sobre el clásico trabajo.

43. En esta temática seguimos el análisis sobre el proceso laboral y disciplinamiento realizado por Castillo Mendoza, “Estudio introductorio”, en Jean-Paul Gaudemar, El orden y la producción, Madrid, Trotta, 1991.

44. Para la problemática de la resistencia al control de la producción ver David Montgomery, El control obrero de la producción, Madrid, Ministerio de Trabajo, 1989, caps. 2 y 3. Desde otra perspectiva me fue útil el estudio realizado por Antonio Negri, Dominio y sabotaje, Barcelona, Iniciativas, 1979 y del mismo autor: Del obrero masa al obrero social, Barcelona, Anagrama, 1980.

45. Ver Marx, El Capital. Los reglamentos fabriles son documentos importantísimos para comprender los significados y las prácticas disciplinarias del empresariado. Permiten comprender el valor de construcción de legitimidades en el marco de la ley fabril y, a la vez, son la medida de codificación de la subordinación del trabajo al capital en el marco del espacio fabril. Este entramado institucional que representa la legislación fabril interna destaca el contradictorio carácter privado de los lugares de producción social.

46. Montgomery, El control obrero de la producción y Negri, Dominio y sabotaje. Montgomery critica las tesis de Braverman, sobre todo en el sentido de que este autor prescindió en sus interpretaciones de las condiciones subjetivas en la relación entre el capital y el trabajo, dejando de lado aquellas condiciones como la resistencia obrera al control de la producción.

47. La idea de control y vigilancia como parte del proceso productivo está presente en Marx (El Capital, libro I), y también es retomado por Braverman, Trabajo y capital monopolista. Una versión y perspectiva diferente fue aportada por la reconocida producción de Michel Foucault. En su clásica obra Vigilar y castigar, Buenos Aires, Siglo XXI, 1975, el tema del disciplinamiento y el control en las fábricas es analizado bajo la óptica del principio del panoptismo.

48. Uno de los núcleos centrales que aquí destacamos es considerar al taylorismo como parte del proceso de control y descalificación del trabajo obrero. Ver Braverman, Trabajo y capital monopolista. Un importante debate en torno a esta noción se encuentra en la revista Razón y Revolución, dossier sobre el trabajo, Nº 7, verano, 2001.

49. Por autovalorización entendemos la alternativa que en el terreno de la producción y de la reproducción pone en marcha la clase obrera al apropiarse y resignificar el poder del trabajo. En otros términos, la autovalorización es considerada un proceso de reapropiación de la fuerza obrera. La expresión fuerza obrera tiene connotaciones que abarcan no solamente el ámbito productivo, sino también un plano eminentemente político. Ver Negri, Dominio y sabotaje, p. 69.

50. La noción de saber obrero es parte constitutiva del concepto de autovalorización, sobre todo en el sentido de contemplar la existencia de una subjetividad activa de los trabajadores, expresada, además, en la persistencia de saberes técnicos, sociales y políticos en el marco del espacio fabril y considerados impermeables a las múltiples estrategias del capital por eliminar su resistencia y establecer un efecto absolutamente descalificador y nulo en cuanto a capacidades de control por parte del trabajo.

51. Mariano Féliz y Julio Neffa, Acumulación de capital, empleo y desocupación. Una introducción a la economía del trabajo en las obras de Marx, Buenos Aires, CEILPIETTE, mimeo, 2003. También consultamos Mariano Féliz y Pablo Pérez, “Conflicto de clase, salarios y productividad. Una mirada de largo plazo para la Argentina”, CEIL-PIETTE-Conicet-Universidad Nacional de La Plata, mimeo, 2003.

52. Un “modo de regulación”, según Robert Boyer, La teoría de la regulación. Un análisis crítico, Buenos Aires, Humanitas, 1989, es “un conjunto de «formas institucionales» que modela, canaliza y restringe los comportamientos individuales y predetermina los mecanismos de ajuste de los mercados”. Las “formas institucionales” serían en ese marco todas las codificaciones de una o varias relaciones sociales fundamentales. En el capitalismo, las formas institucionales claves serían las formas de restricción monetaria, las configuraciones de la relación salarial, las formas de la competencia, las modalidades de adhesión al régimen internacional y las formas del Estado. Un “modo de regulación” permitiría, en definitiva, articular un determinado “régimen de acumulación”, es decir, un conjunto de regularidades que aseguran una progresión general y relativamente coherente de la acumulación de capital.

53. El enfoque que utilizamos en este libro supone, en consecuencia, una crítica de la propuesta “regulacionista” que, tratando de explicar la estabilidad en el tiempo de las relaciones capitalistas de clase, subordina el conflicto a los imperativos de acumulación de capital. Si bien el enfoque de la regulación reconoce que las relaciones económicas están socialmente reguladas, lo subordinan a las necesidades del capital.

54. Dado que nuestra intención no es construir una “nueva periodización”, nos apoyaremos en una división de la historia argentina que coincide en general con los diferentes estudios sobre la economía argentina realizados desde la perspectiva de la regulación por autores como Julio Neffa, Luis Miotti y Alberto Hillcoat como desde enfoques estructuralistas (por ejemplo, Aldo Ferrer).

55. Sobre concepciones de la historia, desde una perspectiva crítica seguimos a Michael Lowy, “Una lectura de la tesis «Sobre el concepto de historia» de Walter Benjamín”, en Walter Benjamín. Aviso de incendio, Buenos Aires, FCE, 2002; Susan Buck-Morss, Walter Benjamín, escritor revolucionario, Buenos Aires, Interzona, 2005; Josep Fontana, La historia después del fin de la historia, Barcelona, Crítica, 1992.

56. Ansiur Rahman, “El punto de vista teórico de la IAP”, en Fals Borda y Ansiur Rahman, La situación actual de la IAP en el mundo, Bogotá, Dialnet, 1992.

57. Orlando Fals Borda, El problema de cómo investigar la realidad para transformarla por la praxis, Bogotá, Tercer Mundo, 1990.

58. Ibíd., p. 25.

59. Juan Samaja, Epistemología y metodología, Buenos Aires, Eudeba, 1993.

60. Robert Yin, Case Study Research. Design and Methods, Beverly Hills, Sage, 1984.

61. Jean Hartley, “Case studies in organizational research”, en Catherine Cassell y Gillian Symon (eds.), Qualitative Methods in Organizational Research: A Practical Guide, Londres, University of London, 1994.

62. Henry Mintzberg, Developing Theory about the Development of Theory. Great Minds in Management, Oxford University Press, 2005; Gary Hamel y C.K. Prahalad, Compitiendo por el future, Barcelona, Ariel, 1995.

63. Mintzberg, Developing Theory about the Development of Theory, p. 129.

El mundo del trabajo en la Argentina 1935-1955

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