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Evidencias de influencias genéticas

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Se ha señalado que "dondequiera que miren los científicos, se encuentran la mano invisible de la influencia genética moldeando nuestras vidas" (Miller, 2012, p. 18). La afirmación no es menor.

Laheredabilidadconstituye una medida acerca de cuánto contribuye la herencia a la variabilidad de un fenotipo; usualmente es expresada a través de un decimal o de un porcentaje. En el territorio de la heredabilidad, la ciencia ha comprendido que los genes son los planos de construcción para nuestros cuerpos y cerebros. En el ámbito de lo psicológico, esto no resulta fácil de asumir. "Es suficientemente difícil, para los no científicos, concebir que unas pocas partículas de ácido nucleico contengan las instrucciones para el crecimiento de un brazo, una oreja, o un riñón. Ahora la investigación dice que debemos asumir también que similares partículas, pueden ir tan lejos como para determinar si vamos a ser felices o malhumorados, pasivos o agresivos, brillantes o lerdos, liberales o conservadores, religiosos o ateos" (Wright, 1999, p. 6).

Matthew Taylor nos aporta una historia muy ilustrativa. Solo algunos meses después de nacer, fue adoptado por una familia británica conservadora. Casi todos los integrantes de esta familia trabajaban en temas relacionados con la música clásica y la pintura; Matthew no mostró interés en estas temáticas. Poco a poco fue optando por la política, nada menos que por la fracción más liberal del partido laborista y llegó a ser miembro del Parlamento inglés.

A los 35 años Matthew se decidió a investigar su pasado. Su madre biológica vivía en Nueva Zelanda y había formado otra familia. Cuando Matthew la contactó, logró entender mucho de su propia vida: su bisabuelo había sido parlamentario por el Partido Liberal Demócrata y hacia 1945 había sido uno de los más férreos defensores del voto femenino igualitario. "En ese momento sentí que todo lo que creía sobre mí se trastocó totalmente. En la batalla entre la naturaleza y la crianza, la naturaleza resultó vencedora. Heredé características como la voluntad de resistirse al statu quo. Por lo que sé, ese era también un rasgo de mi bisabuelo biológico", dijo Taylor a "The Times".

Lo anterior ejemplifica los hallazgos de las investigaciones más recientes. James Fowler et al. (2008) han encontrado que "una significativa proporción del voto político deriva de la influencia de los genes" (p. 233). Estos autores agregan que la evolución ha favorecido que en la sociedad haya conservadores y liberales: los liberales nos ayudarían más cuando necesitamos innovar y los conservadores nos serían más útiles cuando estamos bajo amenaza. Al respecto Alford et al. (2005) trabajaron con una amplia muestra de gemelos norteamericanos (25 mil) y australianos (dos muestras de 5960 y 4260 respectivamente); los resultados indicaron que "las actitudes políticas están influenciadas en mucho mayor medida por la genética que por la socialización parental. Para el índice general de conservantismo político, la genética da cuenta de aproximadamente la mitad de la varianza en ideología, mientras que el ambiente compartido incluyendo la influencia parental solo da cuenta del 11%" (Alford et al., 2005, p. 164). Especificando aún más lo anterior, se ha encontrado una fuerte relación del gen d4dr con conservantismo y del gen drd4 con el liberalismo (Fowler y Dawes, 2008).

A su vez Amodio et al. (2007) encontraron que "el mayor liberalismo estaba asociado con una mayor actividad relacionada con los conflictos que estaba ligada con en cíngulo anterior, lo cual sugiere una mayor sensibilidad neurocognitiva ante claves para la alteración del patrón de respuesta habitual" (p. 1246).

En un estudio reciente dirigido por Sarina Rodríguez (2009), se trabajó con 200 alumnos de la Universidad de Berkeley, de distintas razas y con un promedio de edad de 20 años. Quienes poseían el gen rs53576 (en una variación denominada gg), mostraron un 23% de mayor capacidad de empatía, una menor propensión a reaccionar con estrés y una mayor disposición para comprender los estados emocionales de los demás. El gen identificado se relaciona con el procesamiento de la oxitocina, hormona ligada a la activación de diversas emociones.

Por otra parte, la búsqueda del "gen de la felicidad" se ha desplegado por doquier. Recientemente De Neve et al. (2012), han documentado hallazgos en pro del rol que el gen 5-httlpr juega, a la hora de facilitar el bienestar emocional. Al respecto, se ha logrado establecer que este gen influye en el reciclaje de la serotonina, con el consiguiente impacto en la transmisión de los mensajes emocionales. El 5-httlpr, sin embargo, sería tan solo uno de los genes relacionados con el bienestar emocional.

Una investigación desarrollada por Cole et al. (1994) centró su atención en muestras de sangre de ochenta voluntarios norteamericanos; más específicamente, se centraron en el genoma de los glóbulos blancos. Lograron delimitar un perfil que involucraba una facilitación biológica hacia el logro de satisfacciones "inmediatistas"; en la línea de "un buen placer ahora". Otro perfil se correlacionaba con la búsqueda del compartir y con la lucha por la felicidad de los demás. Este último grupo más ligado a un sentido existencial de una "vida con propósito", presentaba mejores índices en los sistemas inmunológicos. Los autores concluyen que, estos hallazgos, se avienen bien con el valor evolutivo del trabajo por el bien común.

En un sentido inverso – y adentrándonos un tanto en el terreno de la psicopatología – desde la biología pueden facilitarse afectos más disfóricos. Desde una vertiente de transmisión genética "negativa", pueden verse facilitados, por ejemplo, niveles altos deintroversióny niveles altos deneuroticismo. La introversión alta involucra poca sociabilidad, seriedad, reflexividad, rigidez, dificultad para disfrutar, pesimismo; la introversión baja correlaciona a su vez con afecto positivo (Gómez et al., 2000). El coeficiente de heredabilidad de la introversión es de 0,50 (Bouchard, 1999).

Por su parte el neuroticismo alto involucra inestabilidad emocional, vulnerabilidad a la angustia, susceptibilidad, tensión, irritabilidad, inclinación a la preocupación, a la inseguridad; el coeficiente de heredabilidad del neuroticismo es de 0,49 (Eysenck y Eaves, 1974).

El neuroticismo alto involucra también una fuerte correlación con afecto negativo (Robinson et al., 2007). "El neuroticismo está asociado con autoculpa, con pensamiento de deseo, con tornarse pasivo y solitario. La extroversión está correlacionada con hablar, con el pensar positivo y con la moderación" (Kato y Pedersen, 2005, p. 148).

En un estudio realizado en Alemania y Polonia – con mil gemelos idénticos y fraternos – se encontró que los gemelos idénticos correlacionaban 0,56 en extroversión, en tanto los fraternos correlacionaban 0,28. A su vez el neuroticismo correlacionaba 0,53 en idénticos, y 0,13 en fraternos (Angleitner, Riemann y Strelau, 1995).

De relevante interés científico es que se haya documentado que la extroversión está asociada con el volumen del córtex orbitofrontal medial. A su vez el neuroticismo estaría asociado con un volumen reducido del córtex prefrontal dorso medial; y también con una reducción del lóbulo temporal medial izquierdo incluyendo el hipocampo posterior (De Young et al., 2010, p. 820).

Por otra parte, personas que presentan extroversión alta, tienden a presentar también ánimo positivo, mejores recuerdos acerca de su propia historia, y mejores expectativas acerca del futuro (Wei, Zhaeng y Howell, 2011).

El "Minnesota Twin Study" (Bouchard, 1983-2000), ha significado un prolongado trabajo longitudinal de investigación. Ha involucrado a más de 13 mil pares de gemelos monocigóticos y dicigóticos, criados juntos o separados.

En el estudio Minnesota, llama la atención el nivel de concordancias mostrado por dos gemelas norteamericanas idénticas, de edad mediana, que habían sidocriadas separadas. "Las gemelas también compartían desórdenes más rutinarios. Como niñas, ambas habían mojado la cama y el problema se había superado hacia los 12 años. Como adultas, pero antes de haberse reunido, ambas habían tenido problemas con la estabilidad emocional, habían abusado de las anfetaminas y tenían períodos de intensa depresión. Y, lo más sorprendente de todo, es que cuando aún eran teenagers ambas habían tenido la misma pesadilla recurrente; la pesadilla en cuestión a su vez era muy específica.Sentían que se estaban sofocando porquesusbocas estaban rellenas con perillas de puertas, agujas yanzuelos" (William Wright, 1999, p. 80). Aunque esto no lleva a concluir que los sueños son "hereditarios", el dato resulta provocativo y sugerente. Sería interesante observar las "interpretaciones" que estas gemelas habrían recibido, en el marco de psicoterapias individuales que incluyeran el análisis de los sueños.

En el territorio de losrasgos de personalidad, los coeficientes de heredabilidad son altos, a la luz del "Estudio Minnesota en Gemelos" (Bouchard, 1994). Por ejemplo, el coeficiente de heredabilidad fue de 0,60 para tradicionalismo, de 0,55 para bienestar emocional, de 0,55 para reacción al estrés, y de 0,45 para agresividad. Recientemente Laura Koenig y Matt McGue (2005), del equipo Minnesota, han enfatizado el hecho que los gemelos idénticos tienden a mostrar una conducta religiosa similar; los autores concluyeron que los factores genéticos son más determinantes del perfil de comportamiento religioso, que la influencia educacional y ambiental.

En un estudio precedente Bouchard (1981) asumió la hipótesis de que podrían encontrar algunos rasgos de personalidad cuya etiología fuerapuramente ambiental.Quedaron muy sorprendidos cuando les resultó imposible encontrar tales rasgos. "Mientras el grado de heredabilidad varió ampliamente – desde 0,30 hasta 0,70 – cada rasgo que midieron mostró al menos algún grado de influencia genética" (William Wright, 1999, p. 40).

Los estudios con gemelos criados separados pueden contribuir sustancialmente a esclarecer el rol de las predisposiciones genéticas en el ámbito de la personalidad. En una investigación conducida por destacados investigadores del "Minnesota Twin Study" (Tellegen, Lykken, Bouchard, Wilcox, Segal y Rich, 1988), se trabajó con 44 parejas de gemelos idénticos criados separados; y se los comparó con 44 parejas de gemelos criados juntos. Luego de responder a cuestionarios de autoevaluación, se encontró que las diferencias en características de personalidad – entre ambos grupos – eran muy pequeñas. Las correlaciones puntuaron entre 0,28 (para proximidad social en gemelos criados aparte), hasta 0,65 (para fuerza social en gemelos criados juntos). En bienestar emocional, los gemelos criados separados correlacionaron 0,47 y los criados juntos 0,58. Es importante señalar que, desde una perspectiva crítica, estos estudios han sido fuertemente cuestionados, en especial en lo relativo a la edad de separación y al grado en que esta separación haya operado. En el "Minnesota Twin Study", la mayoría de los gemelos criados separados habían sido separados entre los cinco y los seis meses de vida.

En otra variante del "Minnesota Twin Study", relacionada con gemelos criados aparte, se encontró que alrededor del 70% de la varianza en el coeficiente intelectual estaba asociado con variaciones genéticas. Adicionalmente, se encontró que "en múltiples medidas de personalidad y temperamento, intereses ocupacionales y uso del tiempo libre, actitudes sociales, los gemelos monocigóticos criados aparte fueron tan similares entre sí como los gemelos homocigóticos criados juntos" (Bouchard, Lykken, McGue, Segal y Tellegen, 1990, p. 223). Culminan su análisis señalando: "Esta evidencia en favor de una fuerte heredabilidad de la mayor parte de los rasgos psicológicos no significa que no importen las actitudes de los padres, la educación, y otras intervenciones propedéuticas" (p. 223).

Esta línea de conclusiones del "Minnesota Twin Study" se ha mantenido a través de los años. En un sentido genérico, y sintetizando la temática de los gemelos criados separados, los investigadores del "Minnesota Team" concluyen: "Aprendimos también que los gemelos idénticos criados separados eran tan parecidos en rasgos de personalidad como los gemelos idénticos criados juntos, demostrando que los genes compartidos y no los ambientes compartidos, subyacen primariamente a la similitud de los miembros de la familia" (Segal, 2000, p. 122). La conclusión es muy fuerte.

Curiosamente, el ambiente compartido por los gemelos no pareciera ser fuente de similitudes en rasgos. De este modo, se ha sostenido que "las nociones de entorno compartido y no compartido son el descubrimiento más importante de la genética del comportamiento" (Plomin, 2010, p. 65). Y existirían "muy pocas pruebas de influencia familiar compartida" (Plomin 2010, p. 66). Más aún, desde la genética conductual moderna, se viene cuestionando insistentemente la importancia del rol de los padres en la génesis de la personalidad del niño (Harris, 1999; Plomin et al., 2001). "En psicología y en psiquiatría se supuso, durante mucho tiempo, que las similitudes familiares se "aprendían por contacto con los padres. Pero hoy, con la genética, sabemos que la mayor parte de esas similitudes se explican por los genes" (Plomin, 2010, p. 65). De confirmarse esto, sería de la mayor importancia para nuestras teorías psicológicas acerca de la génesis de la personalidad.

Los niños adoptados, que crecen en hogares perturbados, aumentan su probabilidad de presentar alteraciones emocionales, en comparación con aquellos que fueron adoptados y crecieron en hogares menos perturbados. Sin embargo, a medida que los niños adoptados van creciendo, el efecto de sus padres adoptivos se va desvaneciendo, y el efecto de sus propios genes se va incrementando (Plomin et al. 2001).

El tema de latimidezinvolucra también significativas disposiciones genéticas. En el denominado "Estudio Louisville" con gemelos (R. S. Wilson, 1976), el rasgo inhibición social correlacionó 0,25 para gemelos fraternos y 0,71 para gemelos idénticos. Por otra parte, la tendencia a sentirse avergonzado presenta una correlación de 0,50 en gemelos idénticos (Plomin, 1990). Adicionalmente, se puede señalar que los gemelos idénticos tienden a reaccionar de un modo muy similar ante los extraños (Plomin y Rowe, 1987). Recientemente Plomin ha ratificado el relevante rol de la genética en la génesis de timidez: "La timidez es uno de los aspectos más hereditarios de la personalidad" (Plomin, 2010, p. 67).

A su vez niños que se muestran como muy tímidos a los dos años, tienden a mantenerse tímidos a los siete años (Kagan, Raznick y Snidman, 1988), lo cual sugiere también una fuerte predisposición biológica. En la revistaScience, Kagan (1988) ha señalado: "Sugerimos, aunque especulativamente, que la mayor parte de los niños que llamamos inhibidos, pertenecen a una categoría de niños cualitativamente distinta, que nacieron con un más bajo umbral de arousal límbico-hipotalámico para cambios inesperados en el ambiente, o para eventos novedosos que no pueden ser asimilados fácilmente" (Kagan, citado por William Wright, 1999, p. 92).

El supuesto de que la autoestima se adquiere fundamentalmente a través de la interacción con otras personas ha venido siendo desafiado desde el paradigma biológico. "Contrario a esta perspectiva, recientemente hemos mostrado en un estudio mujeres-mujeres monocigóticas y dicigóticas, que la semejanza en autoestima aparecía como generada ampliamente por factores genéticos" (Roy, Neale y Kendler, 1995, p. 820).

Por su parte Kendler et al. (1998) trabajaron con una muestra total de 3793 gemelos, de los cuales 1346 eran monocigóticos. A todos los gemelos se les realizaron entrevistas telefónicas y entrevistas cara a cara; todos respondieron la Escala de Autoestima de Rosenberg (1965). Los autores encontraron que las diferencias en autoestima eran ampliamente atribuibles a factores genéticos. "Ni en hombres ni en mujeres pudimos detectar evidencia de algún efecto del ambiente familiar sobre las semejanzas en autoestima entre los gemelos" (Kendler, Gardner y Prescott, 1998, p. 1407). Los autores no encontraron tampoco, una influencia relevante – sobre la autoestima – derivada de los niveles socioeconómicos, de los estilos de crianza, o de la orientación religiosa. Finalmente loa autores concluyen: "Nuestros resultados son inconsistentes con la hipótesis de que la autoestima es ampliamente ambiental en sus orígenes. La autoestima no emerge solamente a través de la interacción con otra gente; más bien es sustancialmente influenciada por factores genéticos, probablemente actuando vía características temperamentales" (p. 1408).

Hemos visto que la genética tiene un rol relevante en la etiología delneuroticismoy de laintroversión.Hace algún tiempo logramos establecer una clara correlación entre identidad-introversión-neuroticismo. Trabajando con una muestra de 2950 personas, logramos documentar que a mayor introversión y neuroticismo, mayor empobrecimiento de la autoimagen, de la autoestima y de las expectativas de autoeficacia. Una clara constatación de que las predisposiciones biológicas inciden fuertemente en el cómo nos concebimos, nos percibimos y nos apreciamos… a nosotros mismos (Opazo, 2001).

Años después, los hallazgos de Kendler et al. (1998) y nuestros propios hallazgos del 2001, han venido recibiendo creciente apoyo. La temática, por supuesto, tiene una significativa relevancia clínica.

Es así como nuestros hallazgos de 2001, se ven ratificados por una investigación realizada más recientemente en el King’s College de Londres. En un estudio que analizó a 3785 pares de gemelos, cuyas edades fluctuaban entre los 9 y los 10 años de edad, se constató que la autoconfianza y las expectativas de autoeficacia reciben un 51% de influencia genética; el 49% restante fue atribuido a la influencia del ambiente y de la experiencia (Greven, 2009).

El rol del gen receptor de la oxitocina, el oxtr, ha sido documentado en una investigación de la Universidad de California dirigida por Saphine Bernstein, Shelley Taylor et al. (2011). Los autores constataron que este gen tiene dos alelos o versiones: la versión A (adenina) y la versión G (guanina). Las personas portadoras del alelo A presentan niveles más bajos de optimismo, autocontrol y autoestima; adicionalmente, presentan mayores índices de depresión.

Por su relevancia, es necesario explicitar la investigación realizada por Saphire-Bernstein et al. (2011).

La muestra del estudio estuvo compuesta por 326 estudiantes y empleados universitarios. Cada persona fue evaluada en su adn a través del análisis de una muestra de saliva. Y cada participante fue evaluado en su optimismo, maestría y autoestima.

El optimismo fue definido como "el grado en que la persona tiene expectativas favorables acerca del futuro" y fue medido a través del "Test de Orientación de Vida". La maestría fue definida como "la creencia de que uno puede determinar su propia conducta, influir en su propio ambiente, y generar resultados deseados"; fue medida a través de la "Pearlin Mastery Scale". La autoestima fue definida como "una auto evaluación general de la persona como valiosa"; fue medida a través de la "Escala de Autoestima" de Rosenberg. Los autores asumieron que estos tres conceptos están muy relacionados y que niveles altos de optimismo, maestría, y autoestima, protegen contra la depresión y otros desajustes psicológicos.

Los autores explicitan que hace mucho se sabe que estos recursos psicológicos tienen bases genéticas. Para el optimismo, los autores señalan que se ha informado una heredabilidad que oscila entre 20 y 36%. La heredabilidad estimada para la autoestima oscilaría entre 29 y 73%. Para la maestría, los autores señalan que no existen datos científicos informados.

Los autores señalan que, hasta ahora, no se habían identificado los genes que estarían involucrados. Y agregan que "los presentes resultados sugieren que el oxtr – un gen receptor de la oxitocina – está ligado a estos recursos (la oxitocina tiene efectos afectivos positivos y tiene efectos pro-sociales). Los portadores del alele A del oxtr snp rs53576, fueron menos optimistas, sintieron menos maestría personal, y tuvieron más bajos niveles de autoestima" (Saphire-Bernstein et al., 2011, p. 15120).

Es casi redundante el destacar que estos hallazgos son de una enorme relevancia cognoscitiva y clínica; y que requieren ser replicados y complementados con nuevos estudios.

Por supuesto, hallazgos que establecen líneas de etiología genética para autoimagen, autoestima, etc., tienen una enorme relevancia a la hora de evaluar las opciones de la psicoterapia… en estos territorios clínicamente tan significativos. Es así como retomaremos esta temática, a la hora de la discusión y de las conclusiones del presente capítulo.

El territorio de lahomosexualidadha sido testigo de un creciente desplazamiento de las teorías etiológicas; el movimiento evoluciona desde teorías más psicógenas (exceso de protección materna, conflictos edípicos, deficientes figuras de identificación masculina, haber sido abusado sexualmente), hacia teorías más biológicas. Entre estas, se ha postulado un posible gen disponente de la homosexualidad (Hamer, 1993); de los 40 pares de hermanos homosexuales participantes en el estudio, Hamer encontró que 33 compartían un particular set de variantes en una región genética denominada Xq28; se trata de cinco marcadores situados hacia el extremo del brazo largo del cromosoma x, en la banda xq28. Aun cuando el tema dista de estar zanjado, tiende a predominar la idea que la transmisión se realiza por la vía materna (Plomin et al., 1997).

Uno de los estudios más completos en homosexualidad fue realizado por Bailey y Pillard en la Universidad de Northwestern (1993). El estudio mostró que la homosexualidad se presenta en un 4-10% de los hombres y en un 2-3% de las mujeres; con una probabilidad de 52% de que el hermano gemelo hombre sea también homosexual y de un 48% de que la hermana gemela sea también homosexual.

La longevidad puede involucrar dietas, ejercicios, manejos emocionales, relaciones de pareja, etc. Sin embargo, el rol de la genética no pareciera ser menor. En un estudio dirigido por Ypusin Suh (2009), del Albert Einstein College of Medicine, se logró establecer que, entre personas cuyo promedio de vida es de 97 años, se presenta una mutación genética que les permite generar mástelomerasa; se trata de una enzima que repara los cromosomas y hace que sus células se mantengan sanas por más tiempo. En el estudio, se estableció que los longevos son portadores de una extraña variación del gen htert, el cual permite una mayor producción de telomerasa. Los investigadores constataron también que se trata de una característica fuertemente heredable.

Se ha constatado que la tasa de concordancia en autismo es de 92% para monocigóticos y de 10% para dicigóticos (Bailey et al., 1995). Al respecto Plomin aporta cifras algo más moderadas: "Los gemelos idénticos son concordantes en un 65% -si uno de los gemelos es autista, el otro tiene un 65% de posibilidades de serlo también. Y los gemelos no idénticos mucho menos… la probabilidad ronda el 15%" (Plomin, 2010, p. 64).

En otro estudio se revisó el genoma de 2500 personas con autismo y el genoma de siete mil personas sin autismo. Se encontró que el 65% de las personas con diagnóstico de autismo presenta alteraciones en el gen cdh10 (Kai Wang et al., 2009). El gen cdh9 y el cdh10 participan en la codificación de algunas proteínas clave para la conexión de unas neuronas con otras a niveles sinápticos; los investigadores encontraron otros treinta genes que también estarían involucrados en las transmisiones que los autistas presentan como dañadas. Los autores concluyen que – en el autismo – los estudios neuroanatómicos han encontrado un desarrollo anormal del cerebro en los lóbulos frontales; así, el autismo no sería una enfermedad de base ambiental, aun cuando el ambiente puede actuar favoreciendo o impidiendo la expresión de los genes. "Los hallazgos genéticos, cuando son asociados con estudios de imágenes anatómicas y funcionales, convergentemente indican que los desórdenes del espectro del autismo pueden derivar de desconexiones estructurales y funcionales de las regiones cerebrales que están involucradas en las asociaciones de alto orden sugiriendo que el síndrome puede representar una desconexión neuronal" (Wang et al., 2009, p. 532).

El gen 5-httlpr se relaciona con llevar la serotonina de una neurona a otra. En su variable corta, se presenta en personas con mayor tendencia a la ansiedad y a la depresión; la variable larga de este gen se presenta con frecuencia en las personas optimistas. En un estudio desarrollado por Elaine Fox (2008) en la Universidad de Essex, se trabajó con una muestra de cien personas. Se les pidió elegir entre imágenes con connotación positiva y negativa. Quienes rechazaban las imágenes negativas tenían dos copias y una versión más larga del gen 5-httlpr. Este grupo de "optimistas" fue denominado ll. Estas personas, además, demoraban 18,3 milisegundos más en detectar las imágenes de connotación negativa en comparación con imágenes neutrales; también detectaban en 23,5 milisegundos menos las imágenes positivas que las neutrales.

Los especialistas en epilepsia señalan que alrededor de un 40% de las epilepsias tendrían una influencia genética, muchas de las cuales aún no se han descubierto. El gen elp4, por ejemplo, ha sido asociado a diversas formas de epilepsia en adultos (Deb Pal, 2008).

Los genes denominados dcdc2 y Robol, han sido ligados a ladislexia. Por su parte, eldéficit atencionalinvolucra significativas predisposiciones genéticas. "Si un niño tiene déficit atencional, en el 30% de los casos uno de los padres o ambos tendrán esta condición" (Swanson, 2006, p. 50). De interés en este tema resulta el consignar que, aun cuando síntomas tales como la hiperactividad tienden a desaparecer en la adolescencia, el déficit atencional tiende a mantenerse en el adulto (Resnik, 2005).

La inclinación alalcoholismosuele estar facilitada genéticamente. Un estudio de mil pares de gemelas concluyó que "los factores genéticos dan cuenta de alrededor del 50% del riesgo de desarrollar problemas con el alcohol" (Laurence Wright, 1997, p. 64). Investigaciones realizadas por Schuckit (1995), en el marco del "Nacional Institute of Mental Health" de los Estados Unidos (nimh), han encontrado que el 40% de los adolescentes, hijos de padres alcohólicos, presenta una alta tolerancia al alcohol (sin presentar síntomas de embriaguez); solo el 10% de los adolescentes, hijos de padres no alcohólicos, presentaba este perfil.

En el ámbito clínico, lo habitual ha sido atribuir la génesis de las fobias a experiencias biográficas, preferentemente a condicionamientos clásicos. La vulnerabilidad a laansiedad, sin embargo, presenta fuertes raíces biológicas, incluso enfobias(Torgersen, 1979). "Los gemelos idénticos a menudo desarrollan fobias similares, en algunos casos incluso cuando han sido criados separadamente" (Myers, 2001, p. 544). Al parecer, se presenta una cierta disposición biológica hacia fobias específicas, pero esta disposición sería más bien moderada: "La heredabilidad de la susceptibilidad a las fobias, se encontró entre 0,30 y 0,40 – no alta pero lo suficientemente alta como para revelar un componente genético – . El estudio de Kendler (1992) descubrió, sin embargo, una diferencia significativa en los cuatro tipos de fobias investigadas, al punto que una de ellas – la agorafobia – parecía tener una escasa relación con los otros tipos. Tenía una más alta heredabilidad y una más baja susceptibilidad a eventos ambientales específicos" (William Wright, 1999, p. 97). Mientras la agorafobia se mostró como muy independiente de la experiencia, la fobia a las serpientes no lo era tanto; involucraba cierta disposición a temer a los animales en general, más experiencias específicas ingratas con serpientes.

En general, se asume que laintroversiónalta y los altos niveles deneuroticismo, son facilitadores del condicionamiento clásico de fobias. Otra línea biológica de facilitación de temores fóbicos, se refiere a influencias genéticas aún más específicas Es así como, en un estudio reciente de Goenjian et al. (2012), se encontró que variantesen los genes tph1 y tph2constituían factores de riesgo significativos… predictores del desarrollo de desorden por estrés postraumático. Por lo tanto resulta probable que una introversión alta, altos niveles de neuroticismo, y una participación activa de los genes tph1 y tpg2 aporten, desde la biología, una muy relevante facilitación para el desarrollo de fobias y/o de desorden por estrés postraumático.

Los fundamentos biológicos de ladepresiónson muy relevantes también. De interés resulta el hechoque el lóbulo frontal izquierdo, el cual es muy activo en las emociones positivas, tiende a mantenerse pasivo en los estados depresivos(Davidson, 1999); incluso algunos estudios muestran que los lóbulos frontales izquierdos tienden a ser un 7% más pequeños en pacientes severamente deprimidos (Coffey et al., 1993). En relación a la depresión, en una muestra de 1033 mujeres gemelas con depresión mayor, las tasas de concordancia no superaron el 0,49, aunque las gemelas idénticas superaron notablemente a las fraternas; los autores concluyeron que "los factores genéticos juegan un rol dominante pero no abrumador, en las causas de la depresión" (Kendler et al., 1992). Por otra parte, si uno de los gemelos idénticos presenta un desorden bipolar, las chances son 7 en 10 de que el otro padecerá el trastorno en algún momento; entre los gemelos fraternos la proporción es de 2 en 10 (Tsuang y Faraone, 1990).

En un sentido genérico, el peso de la etiología biológica para los trastornos depresivos y ansiosos se presenta como muy relevante; pero no como excluyente. "La depresión mayor y los trastornos de ansiedad no derivan de factores de crianza compartidos por los gemelos, sino más bien de factores genéticos trabajando en concierto con eventos de la vida y otras circunstancias ambientales – específicas, para un gemelo, pero no para el otro – y esto podría incluir el ambiente prenatal" (Wright, 1999 p.96).

Las disposiciones genéticas favorecedoras de laanorexiay de labulimia, quedan de manifiesto en un estudio que implicó el seguimiento de gemelos suecos desde 1970 hasta 2002 (Bulik, 2003). El estudio concluye que tanto la anorexia como la bulimia son enfermedades altamente hereditarias. Para la anorexia, por ejemplo, el 56% del trastorno se debería a factores hereditarios y el 38% al entorno inmediato (ambientes con altos niveles de neurosis); solo un 5% se debería a la influencia de pares y hermanos. Para la bulimia, se ha venido estudiando el rol facilitador que aportaría la duplicación de un gen denominado fto. Recientemente Ian Franpton (2009), ha informado que el 70% de las mujeres que presentan anorexia, presentan también alteraciones en la corteza insular del cerebro; esta zona, ubicada en las profundidades de la superficie lateral del cerebro, entre los dos lóbulos, integra conexiones relevantes relacionadas con la anorexia: imagen del cuerpo, autoestima, ansiedad y obsesión.

Los fundamentos biológicos de lostrastornos bipolaresno suelen ser puestos en duda; ya hemos explicitado algunas cifras. Una vez más, sin embargo, la explicación biológica no sería exclusivamente genética. En el caso del trastorno bipolar, el hermano gemelo fraterno tiene un riesgo de 5-19% y el hermano gemelo presenta un riesgo de 50-79% (Segal, 2000, p. 87). Se podría asumir, en este caso, que el precipitante de la disposición genética, podría ser biológico o ambiental;en ausencia de ese o esos precipitantes, la predisposición genética – cuando esta existe – no se manifestaría.

Los maltratos en la infancia pueden alterar la expresión de ciertos genes. El gen nr3c1 está localizado en el cromosoma 5; influye en el funcionamiento del eje hipotalámico-hipofisiario-adrenal el que a su vez controla aspectos esenciales de la respuesta al estrés. En un estudio post mortem, se encontró que las personas que se habían suicidado y quetenían una historia de abuso infantil, mostraban cambios en el gen nr3c1. De este modo, el maltrato infantil es capaz de modificar la expresión de los genes de sus víctimas (McGowan, 2009).

La temática de lapsicopatíase relaciona con muy diversas líneas sintomatológicas; por lo cual, hoy en día, se prefiere la categoría detrastorno de personalidad antisocial. Cuando se hace alusión a impulsividad, a falta de compromisos afectivos profundos, a pobres sentimientos de culpa, al hecho de estar regulado tan solo por las consecuencias inmediatas y a la incapacidad para aprender con la experiencia, el fundamento biológico de todo esto no se hace difícil de aceptar; más aún cuando estos fundamentos biológicos ayudarían a comprender el muy mal pronóstico psicoterapéutico de estos pacientes. En torno a estas temáticas se ha constatado, por ejemplo, que las personas con tendencia a la mentira recurrente presentan un 22,2% más de materia blanca en la corteza prefrontal, en comparación con las personas "normales"; a su vez presentaban un 14% menos de materia gris (Yang, 2005). En un estudio danés, conducido por Raine (1996), el 18% de los "ofensores criminales" había tenido problemas perinatales (importantes riesgos biológicos en el parto, tales como parto prematuro, asfixia, etc.). Por su parte, la heredabilidad de la conducta antisocial se incrementa desde un 0,07 en la adolescencia, hasta un 0,43 en la adultez (Lyons et al., 1995). Adicionalmente, "un resumen realizado en 1997, de siete estudios de gemelos en criminalidad adulta, encontró tasas de concordancia de 52% para gemelos idénticos y de 23% para gemelos fraternos" (Segal, 2000 p. 93).

De notable interés han sido los hallazgos relacionados con los fundamentos biológicos de laadicción al riesgo. "Investigadores en dos grupos diferentes de investigación – uno en los Estados Unidos y el otro en Israel – aislaron un fragmento de adn, el cual fue consistentemente más largo en sujetos que mostraron un gusto por tomar riesgos. Esta pareciera ser la primera vez que una hebra precisa de ácido nucleico ha sido ligada a un específico rasgo de personalidad" (William Wright, 1999, p. 8).

Por su parte laesquizofrenia,se presenta con mayor frecuencia en hombres que en mujeres; además, se presenta con mucha mayor frecuencia entre las personas con menores ingresos. En relación a la influencia genética, "si una persona es afectada, el riesgo sube al 9% de sus hermanos, al 13% de sus hijos, al 17% de sus hermanos gemelos fraternos y al 48% de sus hermanos gemelos (Segal 2000 p. 87). Algunos autores elevan la correlación de esquizofrenia en gemelos a un 0,82 (Corsini, 2002).

A partir del hecho que la heredabilidad de la esquizofrenia no se muestra todo lo alta que podría esperarse, resulta sorprendente el hecho que la enfermedad tiende a presentarse con la misma frecuencia en culturas muy diferentes. En el ámbito de los estudios transculturales, laEnciclopedia Británicacita investigaciones en doce países, las cuales muestran que en todos ellos la esquizofrenia se presenta con una tasa similar: "Es notable lo constante que es la tasa de esquizofrenia. En un amplio campo de culturas diferentes se presenta un riesgo de menos de 1% de desarrollar la enfermedad a través de la vida" (Enciclopedia Británica, 1998, p. 842). Esto conduce al supuesto que la etiología biológica de la esquizofrenia es muy potente, aun cuando ésta no se limite a lo estrictamente genético.

En su libroEsquizofrenia: Los Hechos(Ming Tsuang, 1997), el autor resume el trabajo en el área y concluye que, si bien existe un componente genético, este no es tan fuerte como muchos expertos han creído. "Aunque nadie está cierto aún acerca de otros factores causales, la sospecha es que es algo prenatal, una infección viral en el útero, un daño en la cabeza, o una deprivación de oxígeno. No hay mención alguna para una "madre refrigerador" o para traumas psicológicos similares sufridos durante la niñez" (William Wright, 1999, p. 95).

En la temática de la esquizofrenia, es un hecho que los clínicos nos hemos apresurado a aventurar mil etiologías, con muy poco fundamento. Más allá de la evidente predisposición biológica, la verdad es que aún nos quedan territorios misteriosos y mucho por conocer acerca de la esquizofrenia. Queda un territorio para que nos atrevamos a decir "no sé"; porque los hechos nos están mostrando que… aúnno sabemos.

Psicoterapia Integrativa EIS

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