Читать книгу La ciudad de Dios. Libros I-VII - San Agustín - Страница 6
FORMACIÓN
ОглавлениеUno de los aspectos de la figura de Agustín que mayor interés ha despertado entre los estudiosos es el de su formación, especialmente en lo que se refiere a su conocimiento de los clásicos. Uno de los especialistas que han abordado la cuestión con mayor rigor ha sido MARROU 8 , cuya obra será la base de esta parte de la introducción. Según MARROU 9 Agustín fue tanto un representante de la cultura de su tiempo como un ilustrado de la decadencia. Su formación intelectual no sólo es análoga a la de Jerónimo o Símaco, sino, mutatis mutandis , a la de sus contemporáneos en lengua griega, paganos como Temistio o Libanio, o cristianos como Juan Crisóstomo. Se trata de una cultura esencialmente literaria, fundada sobre la gramática y la retórica, cuya finalidad esencial era la formación como orador. Esta cultura oratoria no es creación de su tiempo, sino que, en sus rasgos básicos, ya se había impuesto al menos desde la generación de Cicerón, y dentro de la misma el estudio de determinados autores clásicos era un elemento esencial. En lo que se refiere a los latinos, como indica MARROU 10 , Agustín sólo comenta haber conocido en sus tiempos de estudiante a Virgilio (Conf . I 13), Terencio (Conf . I 16) y Cicerón (Conf . III 4), autores habituales en el sistema educativo de la época, pero la lista puede ser completada a través de otras alusiones que se producen a lo largo de su extensa obra. Entre los poetas cita a Horacio, Lucano, Persio, Ovidio, Catulo, Juvenal entre otros, aunque MARROU plantea la posibilidad de que los hubiera leído a través de antologías. Asimismo, Agustín en Conf . I 14 menciona al poeta griego por excelencia, Homero, al que se vio obligado a memorizar sin llegar a comprender. Entre los prosistas, aparte de Cicerón 11 , destacan Séneca, Apuleyo y Salustio, único historiador clásico estudiado regularmente en las escuelas, aparte de las colecciones de Facta et dicta memorabilia o de ciertos resúmenes y epítomes 12 . La enseñanza filosófica de la época se limitaba a la explicación de las Categorías de Aristóteles, a la lectura y comentario de los diálogos de Cicerón y a la exposición sobre sectas y autores con sus opiniones y anécdotas. Por ello, tras su «conversión a la filosofía» despertada por la lectura del Hortensius de Cicerón (Conf . III 4, 7-8), debió ampliar sus lecturas personalmente 13 . Desgraciadamente, como indica TESTARD 14 , es difícil conocer la influencia de esta obra en Agustín porque se conserva fragmentariamente 15 .
Agustín además demuestra una extensa cultura sobre etimología, mitología o religión antigua que adquirió mediante la lectura de Varrón, mientras que sus conocimientos sobre ciencias naturales en general son de origen libresco, y la mayoría se encuentran en Plinio o Solino 16 . Otro elemento a tener en cuenta es su afición por la astrología, aunque pronto cae en el escepticismo (Civ . V 1-8) 17 .
En cuanto a la literatura cristiana, según MARROU 18 no conoció bien la patrística griega, pues, según parece, no podía leerla directamente, y las traducciones eran escasas. El autor mejor conocido en Occidente era Orígenes, pero generalmente de forma indirecta. Parece ser que conoció más en profundidad a Basilio, Gregorio Nacianceno y Juan Crisóstomo, parte de cuyas homilías leyó traducidas al latín, aunque en ocasiones remite al texto original. Entre los africanos conoce bien a Tertuliano aunque no osa invocar a menudo a esta autoridad sospechosa. También conoce en profundidad a Cipriano y a Optacio de Mileve, su primer guía en la controversia donatista. Entre los europeos su autor favorito es Ambrosio de Milán. Asimismo, se interesó por el estudio de los escritos heréticos de maniqueos, donatistas, pelagianos o arrianos, para una mejor refutación de los mismos.
Muy controvertida es la cuestión de su conocimiento del griego, que algunos autores prácticamente niegan 19 mientras que otros aceptan 20 . ANGUS 21 , en uno de los primeros estudios sistemáticos sobre las fuentes clásicas de Agustín, considera que su conocimiento del griego bíblico era limitado, muy pequeño el del patrístico, y aparentemente nulo el del clásico. MARROU 22 , en la misma línea, aunque matizando tan tajantes afirmaciones, tras comentar los testimonios del propio autor, concluye que los textos permiten atestiguar cierto conocimiento de la lengua, pero no una verdadera maestría o una familiaridad con la literatura y el pensamiento helénicos. Agustín apenas consiguió asimilar los autores que estudió en su infancia con el grammaticus . Sus lecturas de Platón y Aristóteles proceden de traducciones latinas, y en la época en que escribió De civitate Dei y releyó las Enéadas de Plotino su conocimiento del griego no pudo haber mejorado hasta el punto de poder leerlas en su lengua original. Parece ser que Agustín normalmente leía en latín y que acudía a los originales griegos sólo para enmendar el texto latino. Todos estos datos le llevan a la conclusión de que la cultura intelectual de Agustín era totalmente latina. Dichas conclusiones no dejaron de crear polémica 23 , y tras el posterior estudio de COURCELLE , que analiza los avances de Agustín en el conocimiento de dicha lengua desde un punto de vista cronológico 24 , el propio MARROU debió matizar sus opiniones en una retractation 25 . Parece ser que Agustín entre 400 y 415 perfeccionó su conocimiento del griego, y que hacia esos años era capaz de traducir directamente las citas de las Enéadas de Plotino, aunque, en opinión de MARROU , el estudio de COURCELLE no modifica sensiblemente la valoración del conocimiento de los clásicos y los padres de la iglesia, mucho más limitado. En definitiva, a partir de 415-6 Agustín adquirió un conocimiento suficiente del griego para poder comparar una traducción latina con su original. Incluso es capaz de traducir textos breves y sencillos directamente, pero esto no significa que llegara a dominar dicha lengua.