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IV. ELEMENTOS QUE CONFORMAN UN BUEN INFORME ORAL

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-Según mis notas, nos quedaría tratar sobre los requisitos del informe oral eficaz –apuntó Alicia.

-Efectivamente –asintió Juan–, si bien lo iremos viendo a medida que vayamos tratando los temas siguientes, es hora de que cerremos la jornada de hoy anticipando los elementos que dan vida a un informe oral eficaz. A ver, dime cuales son para ti los elementos básicos de todo informe oral.

-Nuevamente, cogida por sorpresa, Alicia pensó durante unos instantes.

-Bueno, creo que serían los siguientes:

•Claro.

•Fundamentado en derecho.

•Elocuente, es decir, que el juez lo comprenda fácilmente.

•Convincente (¿argumentado?).

-Creo que estos elementos son imprescindibles en todo informe.

-Bien Alicia, lo has resumido perfectamente. No obstante, permíteme que lo sinteticemos y desarrollemos algo más:

Un buen informe oral, es decir, aquél elaborado con el objetivo puesto en la persuasión y convencimiento del juez, debe disponer de diversas características que lo hagan acreedor de una completa atención e interés durante su exposición. Partiendo de esta base, podríamos destacar las siguientes características:

Técnicamente solvente: Es decir, precedido de un profundo estudio del caso (de los elementos de hecho y de derecho) que lo dote de una diestra argumentación jurídica.

Estructurado: Formado por diversas partes que lo revistan de orden y coherencia.

Conciso: Centrado exclusivamente en los elementos esenciales que deben integrar todo informe forense: hechos, prueba y argumentos, de modo que traslade al juez de forma clara las cuestiones de hecho y los problemas jurídicos debatidos. Y me atrevería a decir que la clave está en el análisis de la prueba, que es lo que los jueces nos están pidiendo a voces cuando evacuamos el alegato.

Claro: El informe oral debe ser diáfano, en el sentido de que elementos como la concisión y orden, permitan al Juez entender al orador cuando critica el resultado de las pruebas practicadas y expone su tesis jurídica. Un lenguaje sencillo y bien construido sintáctica y semánticamente facilita la claridad.

Breve : La exposición debe realizarse con la máxima concisión, siempre con una duración proporcional a la complejidad del asunto, tratando de aplicar todas y cada una de las reglas que lo hagan acreedor de la atención por el juez. Un informe oral debe pecar más por breve que por extenso.

Flexible: La flexibilidad permite al orador durante su exposición verbal realizar las modificaciones (supresiones, añadidos o cambios) que requieran las circunstancias concurrentes e imprevistas, sin demérito del contenido del mismo.

Atractivo: El informe oral no debe limitarse a una mera exposición técnica carente de emociones. En la medida de lo posible, el orador debe ser creativo, y aprovechar las partes del mismo que permitan tal licencia, usando frases, moralejas, experiencias propias, paradojas o metáforas con situaciones sociales vigentes, que pueden servir para llamar la atención del juez.

-Por tanto, reiterar que el informe ideal del abogado, sin perder su carácter finalista, deberá centrarse sobre todo en el empleo en su elaboración de una serie de pautas, que a buen seguro llamará la atención y despertará el interés del juez, siendo por tanto una extraordinaria herramienta para que el abogado consiga los fines de persuasión.

-Bueno... –comentó Alicia rascándose la cabeza–, la verdad es que hay ahí muchos más elementos de los que yo había intuido; pero Juan, ¿hay alguno que destaque sobre los demás?

-Bueno, si te digo la verdad, nunca me lo había planteado, pero si bien existen algunos sobre los que se han escrito ríos de tinta (brevedad, estructura solvencia), lo cierto es que todos son fundamentales, y en la medida que el abogado consiga revestir su informe con todos estos elementos, no cabe duda que su intervención será seguida y atendida por su auditorio, requisito imprescindible para lograr la persuasión y el convencimiento que pretendemos.

-¿Recuerdas algún caso en el que hayas informado siguiendo esas premisas y que hayas salido muy contento? –preguntó Alicia.

-Pues sí –respondió Juan–. Si bien suelo intentarlo en todos los casos, recuerdo un asunto penal en el que el informe del compañero había sido muy extenso (cerca de 18 minutos), y el juez a través del lenguaje no verbal mostraba signos evidentes de cansancio y aburrimiento; ante esta tesitura, cuando fue mi turno me propuse exponer las ideas esenciales de mi defensa de forma muy breve y concisa. De hecho, mi informe duró 4 minutos y, honestamente, no me dejé nada en el tintero. Si quieres –añadió–, te paso el texto del informe pues es de un juicio reciente.

-Estupendo, muchas gracias –respondió Alicia y añadió– Perfecto, lo tendré muy en cuenta de cara al futuro...

-Pues muchas gracias, Alicia –dijo Juan mientras se levantaba–. Por hoy ya es más que suficiente; ¿qué te ha parecido?

-Genial, tengo todo lleno de notas y me he quedado con una serie de ideas que me van a permitir conocer mucho más a fondo esta figura... ¡tan importante!

-Muy bien –sonrió Juan–, creo que vas por buen camino. Esta tarde te paso la nota con los temas de la próxima reunión.

Esa misma tarde, recibió un correo de Juan en el que le indicaba el tema a tratar en la próxima reunión «El Auditorio del Informe oral», cuyos apartados serían los siguientes:

1. El juez o tribunal.

2. El abogado y el fiscal.

3. El público.

4. El Jurado.

5. La importancia de conocer al juez.

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