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V. LA IMPORTANCIA DE CONOCER AL JUEZ

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Tras un breve descanso, en el que ambos estiraron las piernas y tomaron un café, la jornada continuó a buen ritmo, esta vez centrada en el auditorio, pero desde una perspectiva de su conocimiento.

•¿Todo bien hasta ahora? –preguntó Juan.

•Si, si, perfectamente.

•Bien, pues ahora me gustaría analizar un aspecto esencial para el abogado cuando hablamos del auditorio, y es el conocimiento que tenemos que tener de éste antes de comenzar el juicio5).

•¿Te refieres a conocer a todo el auditorio; juez, abogados, partes, etc.? –preguntó Alicia.

•Bueno, si bien es recomendable conocer al abogado o fiscal que vas a tener enfrente antes de comenzar el juicio, me refiero expresamente al conocimiento profundo del juez que va a celebrar el acto judicial en el que vas a intervenir.

•O sea, que ahora nos vamos a centrar en el juez…

•Efectivamente. Para ello, hemos de partir de afirmar que no hay dos jueces iguales, y ello es así ya que los jueces son seres humanos con sus circunstancias personales que influirán necesariamente en la forma de gestionar el desarrollo del juicio y las interacciones con las personas que intervienen en el mismo (abogados, fiscales, testigos, público, etc.).

Por lo tanto –continuó Juan–, si la figura del juez juega un papel importante como auditorio de nuestro alegato, es lógico pensar que a mayor conocimiento que disponga el abogado de un perfil completo del juez, más fluido será el desarrollo del acto judicial, sin perjuicio de disponer de más posibilidades de alcanzar la atención del Juez.

•Pero Juan, en principio ¿los jueces no son todos iguales cuando se ponen la toga para impartir justicia?

•En teoría debería ser así, pero la realidad es que las características personales del juez pueden influir en la resolución que se dicta; una apelación objetiva de igualdad de los jueces solo se produciría en el caso de que estos fueran robots, y, lógicamente, no lo son. Con ello no nos referimos a cuestiones de parcialidad (líbreme el cielo), sino a cuestiones de comunicación persuasiva entre el abogado y el juez.

Por lo tanto, para alcanzar dicha persuasión es fundamental que el canal de comunicación entre juez y abogado esté nítido y claro para que el mensaje llegue en su integridad al juez, por lo que será fundamental que el abogado contribuya creando una sincronía procesal, sustantiva y emocional con aquel. A mayor sincronía, será más fácil mantener el interés y atención del juez hacía el abogado y su intervención, y por tanto mayores serán las posibilidades de éxito.

•¿Y que debemos conocer de los jueces, su comunicación verbal y no verbal? –preguntó Alicia.

Bueno, si bien la comunicación del juez es importante, cuando hablamos de conocer al juez nos referimos a algo más concreto de su estilo, o lo que es lo mismo, la gestión procesal, la personalidad del juez en sala y la experiencia del juez en el objeto del pleito.

Si te parece, las vamos viendo.

•Perfecto –respondió Alicia.

•En cuanto a la gestión procesal, esta se dirige a conocer la forma en la que el juez interpreta y pone en práctica las normas procesales del juicio, pues si bien todos los jueces están obligados a seguir unas reglas, lo cierto es que cada uno las gestiona, en mayor o menor medida, con un criterio diferente. Esto lo observamos todos los días en sala, pues si bien las reglas son únicas, los jueces disponen de un amplio margen para su aplicación práctica, naturalmente, dentro de unos límites procesales.

•Cierto –interrumpió Alicia–; recientemente he visto varios juicios y cada juez gestiona el juicio de forma diferente.

•Respecto al informe oral –continuó Juan– es conocida no solo la diferencia de atención que los jueces prestan al informe oral, sino las limitaciones a su duración, las interrupciones durante la exposición e incluso el requerimiento a los letrados de que el informe se lleve a cabo con un contenido específico (centrado en los hechos, en la valoración de prueba, en la argumentación, etc.), siendo el juez muy elocuente para transmitir estas actitudes.

Una vez examinado este aspecto, ¿qué conclusión sacas de esto?

•Verdaderamente, si conocemos como gestiona el juez el juicio, el abogado afrontará su intervención con seguridad y confianza, pues medirá su actuación sabiendo, o al menos presumiendo, la forma de dirección y actuación del juez a la hora de seguir los diversos trámites procedimentales, evitándose situaciones que podrán distraernos.

•Se ve que has captado la idea perfectamente –respondió Juan sonriendo.

•El segundo aspecto a tratar es conocer la personalidad del juez en sala, lo que influirá en el grado de comunicación que mantiene con los abogados, pues un juez extrovertido será más proactivo, siendo más fácil el desarrollo de todas las interacciones; un juez más introspectivo observará una menor comunicación, limitándose al cumplimiento de los aspectos formales. Otras categorías serían las de simpático, antipático, serio, relajado, comunicativo, participativo, etc.

Conocer la personalidad del juez nos ayudará a presentarnos en sala adaptando nuestra comunicación, verbal y no verbal, a la suya. Esto, aunque parezca obvio, es de suma importancia, pues aspectos como la etiqueta, nuestros comentarios, el comportamiento con las partes, testigos, etc. son tenidos en consideración por el juez y su percepción de tales detalles variará en función de dicha personalidad.

•O sea –preguntó Alicia–, que conocer la personalidad del juez está estrechamente vinculado con la comunicación a emplear.

•Totalmente –respondió Juan–; aquí la comunicación habrá de adaptarse a la personalidad del juez.

Pasamos al último apartado, la experiencia del juez en relación con el caso que estamos defendiendo, es decir, el conocimiento del juez de la materia debatida (lo cual se manifiesta en haber dictado de resoluciones en casos similares o la elaboración de artículos u opiniones manifestadas en cursos, conferencias, etc.). Este aspecto es muy importante, pues en función del grado de conocimiento del tema por parte del juez, así plantearemos argumentativamente nuestro informe. Si el juez está familiarizado, nos limitaremos a aquellos aspectos que este ha considerado como claves en la materia, y ello sin necesidad de extendernos en aquellos que sabemos que serán irrelevantes para el mismo. Igualmente, será de mucha utilidad, citar las resoluciones, artículos, etc. realizados por el juez; al contrario, cuando tratamos ante un juez que carece de experiencia sobre esta materia nuestra exposición deberá ser más extensa y con mayor número de explicaciones.

•De hecho –indicó Alicia–, cuando un juez da una conferencia sobre algún tema legal, la asistencia suele ser masiva, y debe ser por tal razón.

•Si, entre otras, esa es la más importante –respondió Juan.

•Por cierto Juan, y ¿no es importante conocer también los antecedentes académicos del juez?

•Buena aportación Alicia, aunque yo lo ampliaría a los antecedentes profesionales, es decir, al conocimiento de la procedencia del juez, pues como sabemos puede provenir de la carrera judicial o del ejercicio de la abogacía, disponer de experiencia internacional, etc., lo cual puede ayudarnos a comprender su idiosincrasia en sala.

•Otra pregunta Juan, y aparte de ir a verlo cuando celebra juicios, ¿cómo podemos conocer a los jueces?

•En mi opinión, lo mejor es preguntar a otros compañeros, procuradores o incluso a funcionarios (oficiales) de la localidad en la que actúe el juez, lo que nos dará una idea bastante aceptable. No obstante, es muy importante asistir a algunas vistas al objeto de percibir de forma directa los rasgos anteriormente descritos. Finalmente, conocer las sentencias dictadas puede ayudarnos a acercarnos a su valoración sobre una determinada materia sustantiva (esto puede comprobarse examinando las sentencias dictadas por la Audiencia Provincial en recursos presentados ante sus resoluciones).

Dado que estos conocimientos deben sistematizarse para el conocimiento de otros compañeros –continuó Juan–, es recomendable que el despacho disponga de una base de datos en la que se recojan aquellos aspectos que puedan ayudarles a la hora de intervenir en sala. Para nutrir dicha base, algunos despachos, cada vez que un abogado asiste a juicio, recoge información que se va acumulando a la existente, lo que facilita enormemente la labor informativa6).

Bueno Alicia, con esto hemos terminado por hoy, ¿Cómo resumirías el tema de conocer al auditorio?

•Pues –dijo Alicia mirando sus notas–, es ante todo una cuestión estratégica, pues conocer al juez nos ayudará no solo a facilitar una mayor fluidez del acto procesal, sino que coadyuvará a una sincronía entre juez-abogado determinante para evitar imprevistos indeseados y lograr la máxima atención del juzgador, elementos estos esenciales para alcanzar el reto persuasivo que entraña cada caso.

•Así es Alicia. Bien, concluyo anticipándote que la próxima semana hablaremos de las diversas fases de la construcción del discurso.

Y efectivamente, sobre las 19 horas la bandeja de entrada del correo de Alicia albergaba un correo cuyo asunto titulaba «La construcción del discurso en la oratoria práctica». Al abrirlo, encontró los siguientes apartados:

1. La construcción del discurso en la oratoria práctica: Invención, disposición, elocución, memoria y acción.

2. La invención.

3. La disposición.

4. La elocución.

5. La memoria.

6. La acción.

Arte y técnica del alegato en juicio

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