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RELATIVIDAD DEL CONOCIMIENTO HUMANO Y LA FE EN EL PROGRESO DE LA CIENCIA
ОглавлениеContra lo que pudiera pensarse, el propio Séneca es consciente de las limitaciones de este tipo de razonamiento. Sabe y reconoce que sólo las matemáticas pueden aportar una certeza absoluta 154 , sabe que el razonamiento analógico no lleva más allá de la conjetura 155 . Sólo los dioses poseen el conocimiento de la verdad; los científicos, para desentrañar los misterios del mundo, han de avanzar a tientas y limitarse a proponer hipótesis, sin la certeza de hallar la verdad pero con la esperanza de conseguirlo 156 .» Querer obtener la certeza absoluta es una quimera y equivaldría a condenarse al silencio, pues incluso las teorías generalmente aceptadas tienen que «defender su causa», es decir, no se imponen tanto por la rotundidad de sus argumentos como por la convicción subjetiva de que son ciertas 157 .
Esto no significa, sin embargo, que Séneca dude, como los epicúreos, de la posibilidad de alcanzar el verdadero conocimiento, sino que se limita simplemente a señalar las dificultades. Y es que Séneca, a diferencia de los epicúreos, fundamentalmente preocupados por demostrar la naturalidad de los fenómenos naturales (y así librar del miedo a los hombres) pero desinteresados en el progreso de una ciencia especulativa e incierta 158 , proclama abiertamente su convicción en el progreso de la ciencia.
Séneca reconoce el mérito de los primeros investigadores, pese a sus defectos, por creer que la verdad podía descubrirse 159 y admite expresamente que la naturaleza no desvela sus misterios de una sola vez ni a cualquiera. «Algunos los contemplará nuestra generación, otros las venideras 160 .» Pero, sobre todo, proclama su fe ciega en el constante progreso de la ciencia «en la que, incluso cuando se hayan realizado grandes avances, todas las generaciones podrán realizar alguno 161 ». Palabras que anticipan aquellas más famosas del libro VII, en que Séneca proclama la misma idea en tono profético: «Vendrá un día en el que el paso del tiempo y los esfuerzos de muchas generaciones sacarán a la luz las verdades que actualmente están ocultas... Vendrá un día en el que nuestros descendientes se extrañarán de que hayamos ignorado cosas tan evidentes 162 ». Y continúa más adelante: «Muchas cosas ignoradas por nosotros las sabrán las gentes del futuro; muchos conocimientos están reservados para las generaciones venideras, cuando ya se haya borrado nuestro recuerdo. Pequeña cosita sería el universo si todas las generaciones no tuvieran algo que investigar en él... La naturaleza no desvela sus misterios de una sola vez... Sus secretos no se revelan indiscriminadamente ni a cualquiera: están guardados y encerrados en el interior del santuario; de ellos, alguno lo contemplará nuestra generación; algún otro, la que venga detrás de nosotros 163 ».
Este sentido de la provisionalidad y de la relatividad de los descubrimientos científicos pero con la fe ciega en su progreso es, sin duda, uno de los aspectos más modernos de Séneca como científico 164 .