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IX . FUENTES Y DOXOGRAFÍA
ОглавлениеLas NQ tienen un carácter marcadamente doxográfico. El método de trabajo de Séneca podría calificarse de «doxografía crítica». Séneca expone y discute las teorías de una serie de pensadores del pasado para dar finalmente su propia opinión, que suele coincidir, aunque no necesariamente, con una de las teorías expuestas anteriormente.
En todo caso, este método de la doxografía crítica no es original de Séneca. Se trata de un método que se remonta a Platón y Aristóteles 183 , y que fue practicado en mayor o menor medida por autores como Teofrasto y Posidonio 184 , autor este último de quien podría haberlo tomado Séneca. Es un método que revela, más que una actitud erudita y pedante, un importante sentido del progreso de la ciencia y la profunda convicción de que el conocimiento de las teorías anteriores puede contribuir decisivamente al avance de la misma 185 .
En la práctica, Séneca es una de nuestras fuentes principales sobre la historia de la meteorología antigua. Cabe preguntarse, por tanto, cuál es el origen de esta información y el grado de fidelidad que podemos esperar de ella.
Durante mucho tiempo prevaleció la tesis de la fuente única, según la cual Séneca habría encontrado tanto la información sobre las teorías de los distintos autores como la crítica de las mismas en un único manual griego, que ha querido identificarse con una obra física o meteorológica de Posidonio, con un compendio que Asclepiódoto, discípulo del anterior, habría hecho de las obras de su maestro e, incluso, con una obra puramente doxográfica, de características similares a los Piacita de Plutarco.
Hoy, sin embargo, la tesis de la fuente única ha caído en descrédito y hay razones para pensar que las lecturas de Séneca fueron más amplias de lo que anteriormente se pensaba.
La tesis de la fuente única se basa en la falsa idea, tantas veces repetida, de que la ciencia para Séneca es un asunto de importancia secundaria, subordinado a sus intereses de moralista, e, incluso, en la extraordinaria rapidez con que a veces se supone que habría escrito la obra 186 . Para conseguir tales objetivos en un plazo mínimo le habría sido más cómodo y suficiente basarse en una obra única.
Hoy, sin embargo, resulta difícil sostener la idea de un Séneca lego en cuestiones científicas. Antes al contrario, hay razones para suponer que las NQ , aun compuestas en los últimos años de la vida de Séneca, suponen la culminación de una vida de estudios y lecturas, dedicada a las ciencias de la naturaleza. Por sus propias declaraciones sabemos que ya en sus años juveniles el filósofo había escrito un tratado sobre los terremotos (De motu terrarum) , desgraciadamente perdido 187 . Sabemos que compuso también varios escritos, todos ellos perdidos, sobre los peces (De piscium natura) , las piedras (De lapidum natura) , sobre la forma del mundo (De forma mundi) y sobre la geografía de Egipto y de la India (De situ et sacris Aegyptiorum, De situ Indiae) 188 . Más aún, en la Consolatio ad Heluiam , escrita en su destierro en Córcega, en el 41 d. C., afirma expresamente dedicarse a estos estudios, trazando el programa de una obra completa sobre el universo, una parte del cual debió de llevar a cabo en los últimos años de su vida 189 .
Pero también las propias reflexiones de Séneca sobre el papel de la lectura en el trabajo intelectual hablan a favor de una pluralidad de fuentes. Aunque en alguna ocasión previene al lector sobre los peligros de dispersarse en un gran número de lecturas y aconseja limitarse a unas pocas obras bien seleccionadas 190 , la famosa comparación del escritor con las abejas 191 , por la que le recomienda libar y clasificar primero las ideas tomadas de múltiples lecturas, para después fundirlas en el crisol de la inteligencia y así obtener a partir de diversos jugos una sustancia propia, completamente nueva, es posible que describa con precisión el tipo de trabajo realizado por Séneca en sus NQ .
Pero han sido sobre todo los estudios de A. Setaioli 192 y de N. Gross 193 los que han echado abajo la tesis de la fuente única. Este último, especialmente, ha defendido ardorosamente la pluralidad de fuentes, que quedaría demostrada por la deficiente integración de diversas partes de la obra y por no pocas contradicciones internas.
Identificar estas fuentes no es una tarea fácil, teniendo en cuenta especialmente que el propio Séneca, de manera deliberada, se esfuerza en ocultarlas, pero creemos que merece la pena intentar siquiera una mínima aproximación a ellas. A continuación, por tanto, pasaremos revista a los principales autores citados en su obra y discutiremos hasta qué punto pueden o no ser considerados fuentes de ella.