Читать книгу Loncongüé, los fusilados de Sarmiento - Sergio F. Carciofi - Страница 11
III. Los hechos ¡Arriba los entrerrianos y mueran los porteños!
ОглавлениеEl comandante de la frontera oeste con asiento en el fortín de Loncogüé, coronel Antonino López Osornio, informa la llegada de los entrerrianos a través de la siguiente misiva.
Campamento en Loncague, Marzo 5 de 1869
Al Sr. Inspector General de Armas de la Nación, General Don Emilio Conesa
Pongo en conocimiento de V. S. que con esta fecha se han recibido sesenta y ocho soldados para ser destinados al 5º Regimiento de Caballería de Línea, los que han sido dados de alta a dicho Regimiento.
También hago presente a V. S. que dichos destinados vienen sin monturas y tendrán que andar en pelos mientras no lleguen las monturas para ellos.
Lo que comunico a V. S. para los fines que convengan.
Dios guarde a V. S.
Antonino L. Osornio28
Estos hombres, enviados por Urquiza a pedido de Sarmiento, venían a cubrir la necesidad de tropas en la frontera oeste de la provincia de Buenos Aires.
Hay diferentes versiones de los hechos y, si bien las valoraciones que se hacen en las fuentes y en la bibliografía son dispares, en general la mayoría toma como referencia el informe que elevó el jefe del Regimiento Nº 5 de Caballería de Línea y comandante del campamento de Loncogüé, teniente coronel D. Fortunato Solano, a su inmediato superior, el comandante en jefe de la frontera oeste, coronel López Osornio:
El Jefe del Regimiento 5º de Caballería de Línea.
Loncagué, Marzo 27 de 1869
Al comandante en Jefe de la Frontera del Oeste Coronel D. Antonino López Osornio
En cumplimiento de mi deber, paso a dar cuenta a V. S. de la sublevación que tuvo lugar en el cuerpo de mi mando en la noche del 26 del corriente en la que sólo ha tomado parte el contingente entrerriano.
Serían las doce de la noche, y me hallaba durmiendo en mi carpa, cuando me recordaron los gritos atronadores que se daban en la cuadra del Regimiento de “arriba los entrerrianos y mueran los porteños”, y el ruido continuado de que se cargaban las carabinas.
En el acto tomé mi revólver y me trasladé al 1er. escuadrón, donde fui recibido a balazos; pero a pesar de ello conseguí dispersar a algunos. En el momento tomé la guardia de prevención que con oficial a la cabeza vino en mi protección.
Como V. S. sabe los entrerrianos destinados los dividí en varias fracciones, engrosando las compañías del cuerpo, por cuanto me constaba ser la mayor parte criminales de nota.
Sin embargo en la noche mencionada todos han estado de acuerdo, y la mayor parte se dirigieron al corral con el intento de tomar caballos mientras que la otra hacia fuego sobre los soldados viejos del cuerpo que salían de sus ranchos para formar.
El que firma, acompañado del Mayor Parodi y la guardia de prevención, nos dirigimos junto con los sublevados al corral, y después de una sostenida lucha a sablazos y balazos, los dispersamos quitándoles la entrada que sostenían para tomar caballos, pero como a veinte pasos se formaron otra vez y nos volvieron a trabar un combate desigual por cuanto estábamos cortados del cuerpo y aún no llegaban los demás soldados y a pesar de ello los rechazamos persiguiéndolos a pie a más de diez cuadras, quedando muertos y heridos en el corral, y más adelante nueve de ellos capturados doce de ellos fueron fusilados según orden que recibí de V. S.
En esto llegó V. S. al corral con el piquete de infantería y dispuso que montase el que firma con alguna fuerza para perseguir veintitrés que dispersados tomaron los campos y se han guarido en algunos de los grandes fachinales y esteros de juncales, pues a pesar de las muchas partidas desprendidas y exploraciones hechas en la misma noche aún no se han podido encontrar.
En este momento se sabe que se halla una parte en el gran bañado que está cerca de este campo y han sido tomados seis, entre ellos un tal Chamorro, de los que encabezaban la sublevación.
Me permito hacer presente á V. S. la necesidad que encuentro como Jefe del Cuerpo de pasar por las armas al citado Chamorro y otros aunque no se han tomado, tanto para castigar la gravedad del delito cuanto para cimentar la moralidad del cuerpo.
Me es honroso señor Coronel el recomendar a V. S. la bravura y arrojo con que se ha conducido el 2º Jefe del cuerpo Sargento Mayor D. Carlos Parodi, el que desde el principio del conflicto ha estado a mi lado batiéndose cuerpo a cuerpo con los amotinados, como también el Capitán Guerrico y demás oficiales del cuerpo se han conducido bien, restándome sólo decir a V. S. que los soldados viejos del Regimiento se han distinguido todos.
Dios guarde á V. S.
Fortunato Solano
Tanto el teniente coronel Solano como el coronel López Osornio fueron protagonistas de los hechos. Por lo tanto cabe suponer que el informe fue escrito por ambos. Además, el informe que al día siguiente López Osornio eleva a la Inspeccción General de Armas de la República, con el objeto de cumplir con la formalidad de las comunicaciones, no sólo en nada amplía el suscripto por Solano sino que además cumple en elevar el pedido de fusilamiento del cabecilla, en los siguientes términos: “[…] Entre estos siete se encuentra el individuo Chamorro que es uno de los cabezas del motín, por lo que pido a la superioridad, autorización para pasarlo por las armas previo un consejo de guerra verbal […] Antonino L. Osornio”.