Читать книгу Loncongüé, los fusilados de Sarmiento - Sergio F. Carciofi - Страница 9
Territorio de conflictos
ОглавлениеAl ser un lugar de cruce estratégico de varios caminos, antes de que los cristianos decidieran poblarlo, Loncogüé fue lugar de diferentes episodios de sublevaciones y luchas entre los habitantes originarios, como también de asiento de los vivacs y campamentos que estaban de paso por la zona.
Uno de los sucesos que recuerda Santiago Avendaño en sus memorias es el conflicto iniciado en 1831 entre las tribus ranqueles, que lideraban, por un lado, el cacique Yanguelén y, por el otro, el cacique y jefe supremo de los ranqueles, Yanquetruz. Los yanguelenes se sublevaron contra el jefe ranquel y se presentaron “al Gobierno de Buenos Aires ofreciendo sus servicios como aliados y auxiliares de la frontera”.13 El gobierno nacional tenía una política de “indios amigos”, a los que les asignaba en propiedad territorios para que se sumaran al ejército nacional. Buscaba así reforzar los puntos estratégicos de la línea de frontera interna con las demás tribus, y de ese modo defender las posiciones de avanzada. Uno de los indios amigos más famosos fue el cacique Ignacio Coliqueo, que se estableció con su tribu en agosto de 1862, en la llamada “tapera de Díaz”, hoy Los Toldos. Otro indio amigo, de decisiva participación en la defensa de las fronteras cristianas, fue el cacique Cipriano Catriel, “a quien Sarmiento había dado el grado de cacique general, con uso de uniforme”.14 También fue beneficiado con asignación de tierras por prestar servicios en defensa de la frontera el cacique Andrés Raninqueo, “hermanastro de Ignacio Coliqueo”,15 que se estableció en el paraje de laguna La Verde en 1867, cercana a la comandancia de Loncogüé.
El cacique Yanguelén se puso, entonces, al servicio de los cristianos. Zeballos dice que “semejante traición a la Barbarie traía indignados a los indios de Tierra Adentro […] contra el pueblo Yanguelén”.16 Así las cosas, nos informa Avendaño que, en ocasión en que los caciques Pichuiñ y Painé llevaban adelante un malón contra el destacamento de Rojas, los yanguelenes, motivados por su rol de protectores de los puestos cristianos de esa frontera, los sorprendieron en la retaguardia y les tomaron 1341 caballos, el hijo y la hija de Pichuiñ, el hijo de Painé, Panguithruz (a quien su padre no volvería ver y que luego llegaría a ser el cacique Mariano Rosas) Esto no fue perdonado y Pichuiñ y Painé prepararon “la carnicería más atroz que jamás hayan visto los indios”,17 que terminó con el degüello de todos los yanguelenes. El lugar de encuentro para los preparativos de la batalla fue en la laguna de Loncogüé.