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Prólogo

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El libro Evo en la mira. CIA y DEA en Bolivia de la periodista y escritora Stella Calloni, es un trabajo que reúne cronologías imprescindibles, producto de investigaciones acuciosas, testimonios y entrevistas para relatar todo lo actuado por la injerencia externa sobre Bolivia a lo largo de la historia, y en los últimos años intentando impedir la llegada al gobierno de Evo Morales, el primer presidente indígena elegido por un pueblo silenciado durante siglos.

La construcción, como se verá, fue lenta y laboriosa, con el ritmo propio y la paciencia revolucionaria de los pueblos originarios, de su cultura, pensamiento y filosofía de vida. Como bien dice Evo Morales, en alguna parte de sus relatos: “Hay tiempo largo para pensar en esa soledad” donde él vivió en sus años de niño en el altiplano. Lo dice desde su experiencia de vida, donde se formó en la dureza y en la resistencia frente a las injusticias.

Su vida de niño transcurrió en Oruro, un departamento boliviano de gran belleza y también de dureza, soledades y fríos, en las alturas altiplánicas. Evo no solo soportó pobreza y soledad, sino que esto mismo le permitió una verdadera comunicación y comunión con la Madre Tierra, la Pachamama, y con la belleza e intensidad del lugar.

La necesidad llevó a la familia a trasladarse a la zona cocalera, donde se trabajaba sin tiempo y sin descanso, pero en un clima más benigno. Allí nació su vocación de lucha, su rebelión contra las injusticias y sus primeras incursiones en el sindicalismo que lo llevarían a la organización política partidaria, al entender que era desde ese lugar donde podía ayudar a transformar un país que había vivido bajo colonialismos eternos.

El aprendizaje se fue forjando día a día desde las bases populares, acompañando y comprometiéndose con las causas sociales, con los pueblos originarios, campesinos, mineros, buscando fortalecer la identidad, valores y pertenencia de las comunidades.

Su militancia nació de la rebeldía justa ante el sufrimiento del pueblo, la discriminación de las que fue víctima y testigo en los centros mineros, en el sur de Potosí y en las zonas campesinas. El niño y su familia conocerían sobre la piel los dolores de discriminaciones y racismos, fundamentos básicos de colonialismos y neocolonialismos.

Evo fue creciendo en las luchas y la organización popular hasta llegar al lugar que hoy ocupa por decisión mayoritaria, pero también como el epílogo de una rebelión popular que viene desde lejos, de sus antepasados, de su pueblo siempre en resistencia.

En forma ágil, clara y precisa, uno puede ir siguiendo en este libro todos los avatares de los últimos años, donde la voluntad popular de liberación de viejas ataduras fue creciendo en esa resistencia cotidiana hasta hacerse vendaval.

Siempre me ha sorprendido la capacidad intelectual, humana, de investigación y militancia de Stella Calloni, su mirada clara y profunda para descubrir el caminar de los pueblos y sacar a la luz acontecimientos históricos de la resistencia y luchas por la liberación en el continente de la Pachamama.

Recuerdo cuando prologué con emoción su libro Nicaragua: el tercer día (1986), con la historia de ese país centroamericano y los cantares de la liberación.

Dice en la introducción de este libro sobre Bolivia que se trata de una historia de dominación y redes que se extienden como telarañas en todo el país, para dominar y controlar, impidiendo una independencia verdadera.

Stella habla de los espejos enterrados como una metáfora, y de cómo este hecho único en América Latina, de un pueblo marchando por calles, montañas y carreteras, comienza al fin a desenterrarlos para que “nos miremos en ellos en los tiempos de la dominación y en el esplendor de las resistencias”.

La decisión de Evo, al asumir como primer presidente indígena de la Nación Boliviana, de dirigirse a la pirámide de Akapana ese 21 de enero del 2006 en Tiwanaku, en el templete de Kalasasaya, donde lo esperaban los sacerdotes aymarás, reafirmando su identidad, origen y pertenencia, dejaba en claro que la lucha planteada era el inicio de una enorme ruptura histórica, asentada en el largo camino por la emancipación.

Allí mismo expresó su clara decisión de recuperar el derecho del pueblo boliviano y sus culturas originarias, participar y cambiar la situación de injusticia y dominación estructural y buscar el derecho e igualdad para todos. Allí, ante los suyos, se comprometió a cumplir verdaderamente la voluntad expresada por el pueblo y su programa de gobierno, respetando las profundas reglas culturales aymarás, de no mentir, de no robar, de fidelidad a los principios.

Esa decisión lo enfrentaría rápidamente, junto a su pueblo, con aquellos sectores de poder que se habían sucedido en los gobiernos de Bolivia, utilizando a un país rico en recursos para su propio provecho y dejando en la pobreza a la inmensa mayoría.

En Bolivia resistía el pueblo del continente más sumergido en la pobreza, después de Haití, a pesar de ser un territorio inmensamente rico en recursos.

Los sectores opositores, violentos y despiadados, como se han mostrado en sus acciones, están no solo protegidos, sino sostenidos económica, política y militarmente por una larga presencia externa.

Esos grupos de poder enriquecidos a costa de un pueblo y envilecidos por su complicidad con los ocupantes externos del país, que siempre dominaron Bolivia, fueron y son el factor interno del intervencionismo de Estados Unidos. Sus acciones son desestabilizadoras y golpistas.

Se intenta impedir el avance democratizador y participativo de ese pueblo sacrificado y heroico, se trata de impedir que un pueblo recupere sus derechos

En este libro se desnuda la esencia de colonialismos y neocolonialismos que imperaron a lo largo del siglo XX, frustrando el proceso de la independencia, como sucede en toda América latina.

El papel en Bolivia de la CIA y sus numerosas fundaciones, que conforman esa red de araña a la que se refiere Stella Calloni, se revela aquí también en todo su temible esplendor. La tragedia vivida por Bolivia es la misma que afecta a todos nuestros países, es la tragedia de América Latina y la dependencia de un poder imperial que impuso en otros tiempos las dictaduras de la doctrina de Seguridad Nacional, para sostener su dominación y frenar todo proceso de liberación.

Las campañas de la CIA, los crímenes de lesa humanidad cometidos por la agencia antidrogas la DEA (Drug Enforcement Administration), la utilización de los medios de comunicación masivos en manos de ese poder imperial-colonial inhumano y criminal, intenta detener este proceso luminoso de rescate del derecho a la vida y a una cultura milenaria que enterraron, pero no pudieron matar.

Aquí están narradas las intrigas, planes y acciones para impedir que Evo Morales llegara al gobierno, luego para tratar de derrocarlo, recurriendo a acciones tan trágicas y violentas como las de Sucre y Pando en el mismo año 2008, además de una cantidad de intentos por matar a Evo cuando era sindicalista, diputado y ahora presidente.

Es más que evidente la fuerte intervención de la CIA y la embajada de los Estados Unidos, de golpistas de organizaciones civiles, de fundaciones extranjeras invadiendo un país hasta en sus lugares más apartados, de paramilitares, empresarios, militares, políticos y policías retirados.

Como bien señala Stella en su profundo recorrido y evidencias documentadas, no se trata solo de destruir a Evo Morales, sino lo que representa su propuesta y programa de cambio para el país en todo lo que hace a la autodeterminación y soberanía y destruir el proceso de integración profundo y liberador en América latina.

A través de estas páginas, cada uno de nosotros en nuestros países puede verse reflejado como un espejo. Porque la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID) o la Fundación para la Democracia, en realidad para destruir democracias auténticas, NED en sus siglas en inglés (National Endowment Foundation), no solo operan y conspiran en Bolivia sino en todo nuestro continente.

Lo que surge de la intervención de USAID y los mecanismos utilizados para derrocar a Evo a través de los llamados “golpes suaves”, nos toca a todos en conjunto.

Estados Unidos siempre consideró a América latina como territorio propio, su “patio trasero”, utilizó los instrumentos a través de la CIA y el Departamento de Estado, lo que derivó en una larga injerencia en los asuntos internos en los países del continente; es una historia que sembró el horror en la vida de los pueblos, como fue el golpe de Estado de Augusto Pinochet en 1973 contra Salvador Allende, la intervención del entonces presidente Richard Nixon y el secretario de Estado Henry Kissinger, la ITT, la imposición de las dictaduras militares con los altos costos en vidas humanas y la destrucción de la capacidad productiva de los pueblos.

En los cambios que se van produciendo en el continente y frente a la pérdida de la hegemonía continental y el desplazamiento a escala mundial, Estados Unidos no está dispuesto a ceder posiciones en América Latina y busca con la complicidad de los sectores reaccionarios someter a los pueblos. La serie de golpes de Estado en el continente contra el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, en Bolivia, la agresión militar de Colombia contra Ecuador, los intentos de golpe contra Evo Morales y el golpe en Honduras constituyen una derrota moral para Washington, ya que el pueblo sigue en las calles y nadie reconoce a los golpistas, un hecho único en la historia de los últimos tiempos.

Todo ese accionar intervencionista, conspirativo y criminal en sus consecuencias surge en este libro de Stella Calloni con diáfana claridad para ser comprendido por todos.

Estados Unidos ha trazado una serie de planes, entre ellos, los más conocidos a nivel popular como el plan Puebla-Panamá el plan Colombia, que ahora Washington busca fortalecer con la instalación de siete bases militares en Colombia, problema que llevó a los presidente del Unasur a debatir las razones por las cuales EE.UU., con el pretexto de la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, busca asentar su poderío militar y control en la región y hay que sumar a este intervencionismo la Triple Frontera.

El libro de Stella nos permite comprender en profundidad la lucha por la emancipación de los pueblos y la necesidad de sumar fuerzas y voluntades en el continente a través de los hechos protagonizados por el pueblo boliviano y su presidente Evo Morales.

Estamos frente a grandes desafíos en momentos históricos de convergencia de voluntades, de ideales y fuerza de los pueblos, en la lucha por su liberación. Esa es la esperanza y realizaciones que debemos acompañar.

Adolfo Pérez Esquivel

Buenos Aires, 28 de agosto del 2009

Evo en la mira

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