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¿Quién es este personaje?

¿De quién es la historia de un personaje cuya madre fue virgen?, quien fue visitada por un ser angelical anunciándole que su hijo no sería un mero mortal sino, más bien, un ser divino. El nacimiento de este ser divino fue acompañado por signos celestiales. Cuando fue adulto se dedicó a predicar y decía que nadie debería preocuparse por las cosas materiales sino, más bien, por las espirituales. Escogió discípulos y ellos fueron convencidos que a quien seguían no era un hombre cualquiera sino, más bien, era el Hijo de Dios. Y para que ellos fueran convencidos de esto, hacía milagros que comprobaban, sin duda alguna, que él era un personaje divino.

Él podía sanar enfermos, sacar demonios y resucitar gente de entre los muertos. Al final de su vida atrajo la oposición de las autoridades romanas de su tiempo y fue puesto a juicio. Decidieron condenarlo y lo mataron, pero no pudieron matar su espíritu. Ascendió al cielo y hoy está vivo, sus seguidores así lo declaran. Para probar que está vivo, se le apareció a uno de sus seguidores que tenía dudas y, al verlo, se disipó toda duda y afirmó que no estaba muerto, sino vivo. Después sus seguidores escribieron libros sobre él y podemos leer su historia hasta el día de hoy. Sin embargo, sus libros no son muy populares y muy poca gente los ha leído. ¿Quién es este personaje?

Este personaje divino, milagroso, que fue muerto injustamente y vivió en el siglo I de nuestra era en el imperio romano, se llamó Apolonio de Tiana. Se parece a la historia de Jesús, ¿verdad? ¡Indudablemente! Él fue un filósofo médico renombrado. Tenemos ocho volúmenes escritos sobre Apolonio por uno de sus seguidores, que se llamó Filóstrato de Atenas28 (170-245 d. C.). El libro se escribió, aproximadamente, entre los años 220 y 230 d. C. y, según dice, la historia está basada en un testigo y compañero de Apolonio de Tiana.

Apolonio vivió en el mismo siglo de Jesús, el siglo I, y se presume que fue en la segunda mitad (50-100 d. C.), pero en otra parte del imperio romano, hacia el Este. Vivió por la misma época en que Lucas escribió la historia de Jesús. Tuvo mucha aceptación su predicación, especialmente entre la elite romana, de tal manera que, un siglo después de su muerte, se le construyó un templo en su honor en Tiana. Este templo lo ordenó el emperador romano Caracalla (198-217 d. C.), cuyo nombre oficial fue Marco Aurelio Severo Antonio Augusto. Se dice que el emperador romano Alejandro Severo (222-235 d. C.) mantenía una imagen de Apolonio entre los dioses, y también el emperador Aureliano (270-275 d. C.), quien era adorador ferviente del sol. Este emperador consideró a Apolonio como divino.

Hoy día están disponibles los escritos de Apolonio, aunque en la historia antigua del cristianismo ha sido desacreditado por el primer historiador cristiano del siglo IV, Eusebio. Él dijo que Apolonio no era divino sino un diablo. La evidencia de Apolonio de Tiana en el imperio romano es vasta y más amplia que la historia de Jesús fuera de los escritos del Nuevo Testamento. Sin embargo, la historia de Apolonio de Tiana no trascendió. Como vamos a ver más adelante, su historia feneció varios siglos después, y los creyentes de Jesús se lograron encontrar con los de Apolonio, y tuvieron debates entre ellos.

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