Читать книгу Origenes del Cristianismo - Agustín Villarreal Budnik - Страница 33

Оглавление

Lactancio y Orígenes

¿Filástroto fue el único que escribió sobre la existencia de Apolonio de Tiana? No, hubo otros autores también, retóricos que defendían la fe cristiana. Uno de ellos es Lactancio, o su nombre completo: Lucio Cecilio (o Celio) Firmanio Lactancio (260-330 d. C.). Lactancio tiene un lugar importante entre los padres apostólicos anti nicenos.33 Lactancio habla de filósofos, a quienes se consideraba como los que guiaban la vida humana y hablaban con la verdad. Uno de los filósofos a los que se refiere él es Sossianus Hierocles, a quien en español se conoce como Herocles, quien escribió un libro llamado Amantes de la Verdad. Fue un romano aristocrático que comparó a Apolonio de Tiana con Jesús en su escrito, y el cual ya no tenemos, pero sabemos de él por referencias de autores cristianos como Lactancio, quien se refiere a ese escritor y lo busca debatir en su pensamiento y en su afamado libro polémico que escribió, seguramente, a principios del siglo IV.

Lactancio, en su libro Instituciones divinas (5:2), se refiere a Herocles diciendo: “[…] el mismo hombre ―es decir, Herocles―, cuando se propuso desmentir sus hechos maravillosos (de Jesús), sin poderlos negar, deseó demostrar que Apolonio hizo iguales o mayores hechos”.34

Otro personaje de la historia cristiana que hace mención de Apolonio de Tiana es Orígenes. Este importante personaje histórico nació en Alejandría en 185 d. C. y murió en 254 d. C. Es considerado uno de los grandes teólogos de la Iglesia aunque, por su visión que difiere con respecto a la Trinidad de Dios, no es aceptado por la Iglesia católica ni por la cristiana. Sin embargo, su aportación y defensa del cristianismo contra los filósofos no cristianos es monumental. Él era muy estricto consigo mismo, de tal manera que se auto castró para combatir los deseos de la carne.

Una de sus últimas aportaciones es su monumental escrito Contra Celso donde, en ocho volúmenes, refuta los argumentos del filósofo griego ―quien también escribió volúmenes que hoy no tenemos, pero podemos saber de él por las mismas obras de Orígenes―. En la obra referida del filósofo griego Celso, La Palabra Verdadera (o El Logos Verdadero), argumenta contra los cristianos, afirmando que su creencia no es verdadera y da sus argumentos. En la defensa del cristianismo que da Orígenes contra Celso, llega a mencionar a Apolonio de Tiana: “Habiendo conocido con uno llamado Dionisio, un músico egipcio, el último le dijo respecto al arte de la magia, que es solo por hombres sin educación y hombres de corrupción moral que obtienen el poder, mientras en los filósofos no podían producir efecto alguno (de magia), porque ellos estaban atentos en observar una forma de vida saludable”.

Después de citar el argumento de Celso, Orígenes responde:

…contestando a Celso, diremos de la magia, que cualquiera que escoge preguntar si los filósofos fueron enredados por la magia o no, pueden leer lo que fue escrito por Moirágenes (que no tenemos esos escritos ya), respecto a las memorias del mago y filósofo Apolonio de Tiana, en la cual este individuo, que no es cristiano, pero un filósofo, bien dice él que ciertos filósofos que realmente no lo son, fueron ganados por el poder de la magia que poseía Apolonio, malamente concluyen que era un brujo… pero los cristianos que se convierten por Jesús… no son llevados de encuentro por la magia o por demonios.35

Orígenes conocía la historia de Apolonio de Tiana como filósofo, y lo menciona como hacedor de milagros. Apolonio de Tiana fue un personaje que hizo historia en su tiempo. Con esto nos queda claro que el debate filosófico y teológico reciente de que si Apolonio de Tiana fue tan grande como Jesús no es cosa moderna, esto se traslada a los siglos III y anteriores. Históricamente Lactancio y Orígenes terminaron ganando el debate. Jesús se reconoció como Dios y Apolonio de Tiana, y los escritos de Herocles, fueron perdidos, quemados y olvidados.

Es impresionante la obra de los cristianos de los primeros siglos que se enfocan a defender de múltiples ataques al cristianismo. Pero estos ataques no solo eran de los no cristianos, sino de muchos cristianos con doctrinas diversas a las oficiales en su momento. En esos primeros siglos se estaba cerniendo el cristianismo, se estaba formando la teología. ¿Qué caminos doctrinales tenían que seguir? ¿Fue Jesús Dios igual al Padre Dios de los judíos? ¿Era Jesús hombre o apariencia de hombre? ¿Jesús fue creado o siempre existió? Éstas y otras muchas preguntas se fueron aclarando conforme los siglos pasaban. Hoy en día es muy fácil escuchar el credo niceno del año 325 d. C., que nos dice cómo concluyó parte del gran debate de los primeros tres siglos respecto a la persona de Jesucristo; veamos lo que dice:

Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, y de todo lo visible e invisible.

Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho…

En el primer párrafo no hubo mucha polémica al hablar de Dios Padre, pero en el segundo, que describe a Jesús, cada frase tiene una historia muy interesante, que contiene polémica, discusiones, arrestos, condenaciones, muertes y mucho más. Como en todas las cosas, la historia fue escrita por los ganadores, y ésta no es la excepción.

La historia de la formación de la doctrina del cristianismo todavía hoy se sigue definiendo entre los diferentes grupos cristianos, llámense católicos, protestantes, testigos de Jehová, de La Luz del Mundo o pentecostales; hay muchas doctrinas y todavía no hay un consenso. Por ejemplo, entre las cuestiones que se debaten están las siguientes: ¿el bautismo es por inmersión o aspersión?, ¿el bautismo es desde niños o debe ser solo de adultos ya conscientes de lo que hacen?, ¿existe o no existe la predestinación?, es decir, si Dios ya tiene gente predestinada a salvarse o a condenarse, o respecto al tema de la Santa Cena: ¿es el cuerpo verdadero de Cristo el que se entrega en la hostia o es la conmemoración del acto que sucedió hace 2,000 años?, o en relación a temas más importantes y trascendentales para la fe, como: ¿cuándo se salva una persona del infierno eterno?, ¿qué pecados son perdonados y cuáles no se pueden perdonar jamás?, ¿qué es el arrepentimiento para poder decir que la persona es salva?, y otros asuntos importantes. Todos ellos se debaten hasta el día de hoy.

La Iglesia va creciendo y se va formando, pero siempre hay divisiones y grupos que se separan del grupo principal. Este divisionismo, en lugar de ser una desventaja, ha sido una fortaleza, porque ha provocado crecimiento en el cristianismo a través de los siglos. Las divisiones en la Iglesia son tan antiguas como la misma Biblia: aun en el mismo Nuevo Testamento nos deja ver que las diferencias teológicas existen: Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos, por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si fueran de nosotros hubieran permanecido con nosotros… (1Jn. 2:18-19).

Claramente hablan de divisiones y, al que no estaba de acuerdo con el grupo que escribía, éste no lo consideraba cristiano. En la misma historia de los primeros siglos se habla de múltiples grupos cristianos. Los discípulos de Apolonio y Jesús, sin duda, fueron contrincantes y se enfrascaron en feroces debates. Ambos, Jesús y Apolonio, fueron declarados divinos por sus seguidores. Los cristianos criticaron a Apolonio, los seguidores de Apolonio criticaron a los cristianos. Lo importante es notar que tanto Jesús como Apolonio no fueron considerados divinos mientras ambos tenían vida. Fue hasta que murieron que se produjo este sentimiento de que los dos habían resucitado y se habían convertido en divinos.

Origenes del Cristianismo

Подняться наверх