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Entorno vital y de entrenamiento y rendimiento deportivo
Alejandro Legaz-Arrese, Joaquín Reverter Masía
Cuando concluyas este apartado podrás:
■ Conocer los principales factores que determinan el entorno vital y el entorno de entrenamiento de un deportista.
■ Comprender que la dimensión humana del deportista es determinante para optimizar el rendimiento deportivo.
■ Comprender que la remuneración económica y la estabilidad laboral en el futuro son determinantes para que los deportistas, especialmente si son promesas, se dediquen prioritariamente al proceso de entrenamiento deportivo.
■ Comprender que un equipo multidisciplinario de trabajo especializado y en continua formación es determinante para maximizar el rendimiento deportivo.
■ Comprender que el equipo multidisciplinario de trabajo y los deportistas deben tener las instalaciones, materiales y recursos tecnológicos adecuados al nivel de rendimiento que se pretende conseguir.
■ Podrás comprobar con ejemplos reales que los factores asociados al entorno vital y de entrenamiento de los deportistas, incluida la inversión económica para el desarrollo de un sistema de deportistas de alto nivel, pueden explicar incrementos significativos de rendimiento de determinados grupos de población y países.
Índice
3.1. Entorno vital del deportista
3.2. Entorno de entrenamiento del deportista
3.3. Evidencia de la influencia del entorno del deportista sobre el rendimiento deportivo
El potencial de un perfil genético extraordinario para el rendimiento en una determinada modalidad deportiva sólo puede aprovecharse con un adecuado proceso de entrenamiento. Además de la correcta dosificación y secuenciación del estímulo de entrenamiento, el proceso de entrenamiento requiere unas condiciones básicas que sean acordes al nivel de rendimiento exigido. Estas condiciones básicas deben considerar el entorno vital del deportista y el entorno de entrenamiento. Este apartado analiza desde una perspectiva reflexiva las variables más importantes que influyen en el entorno vital y de entrenamiento del deportista, y establece ejemplos que resaltan su influencia sobre el rendimiento.
3.1. Entorno vital del deportista
La optimización del rendimiento deportivo requiere que las instituciones y los profesionales involucrados en el desarrollo de la elite deportiva pongan al servicio de los deportistas los recursos y condiciones que determinen un entorno vital y de entrenamiento acorde con las exigencias que requiere el entrenamiento de alto nivel. Sánchez Bañuelos (2003) destaca las condiciones básicas de vida, la estabilidad emocional, el reconocimiento social y las perspectivas de futuro como factores determinantes del entorno vital del deportista (figura 1.11).
De acuerdo con Sánchez Bañuelos (2003), en primer lugar debe considerarse la dimensión humana del deportista. Como se ha destacado previamente, el entrenador, como responsable del proceso de entrenamiento del deportista, debe tener capacidad de liderazgo y promover las relaciones socioafectivas entre todos los sujetos que componen el equipo multidisciplinario con el fin de generar un ambiente de trabajo agradable. Es fundamental también que el deportista mantenga su círculo de relaciones personales con amigos, compañeros y familiares. Así, las instituciones, a través de las residencias de los deportistas, y los entrenadores deben fomentar las relaciones personales del deportista, siendo flexibles en las normativas, concentraciones, etc. Un interesante debate es si, para la optimización del rendimiento deportivo, es necesario que el deportista abandone su lugar de origen, alejándose de su principal entorno socioafectivo, para residir en un Centro de Alto Rendimiento Deportivo, donde teóricamente el entorno de entrenamiento es más apropiado. No parece existir una respuesta fija. Muchos deportistas han alcanzado un elevado rendimiento deportivo sin abandonar su lugar de origen. Ciertamente, un análisis de cada situación concreta, atendiendo a las características psicológicas del deportista y a su entorno de entrenamiento, debe conducir a la decisión correcta. Así, un deportista capacitado para un óptimo rendimiento difícilmente podrá alcanzarlo si en su ciudad de residencia no dispone de los recursos humanos, materiales, tecnológicos y de infraestructura que requiere su deporte. En cambio, otro deportista que no precise para su deporte de sofisticadas infraestructuras y equipamientos podrá obtener un elevado rendimiento residiendo en su ciudad de origen si dispone de un equipo técnico de suficiente nivel. A este respecto, el desarrollo deportivo de un país es clave. Una mayor proliferación y adecuación por todo el territorio de las instalaciones deportivas y de los centros de valoración del deportista, así como un incremento de la calidad formativa de los técnicos deportivos y del equipo multidisciplinario de trabajo, pueden permitir que el deportista viva en su ciudad de origen, realizando concentraciones puntuales en los Centros de Alto Rendimiento Deportivo con el fin de realizar entrenamientos o pruebas de valoración más especializadas.
FIGURA 1.11. Factores que determinan el entorno vital del deportista. Obsérvese la variedad de factores que, asociados al entorno vital del deportista, pueden influir en el rendimiento deportivo.
Adaptado de Sánchez Bañuelos F. Conceptos y sistemas de desarrollo del alto rendimiento deportivo. COE-UAM 2003.
Mantener las motivaciones por las que un deportista decide someterse al duro trabajo que conlleva el proceso de entrenamiento es esencial para maximizar el rendimiento deportivo. Aunque no es el objetivo de este apartado realizar un análisis de las distintas motivaciones, el que el deportista sienta reconocidos socialmente sus éxitos deportivos parece ser determinante para su estabilidad emocional y para mantener la constancia del entrenamiento. Este aspecto debe ser cuidado especialmente en los deportes con menor repercusión social. Es, por tanto, función de todos los estamentos deportivos, incluidos los medios de comunicación, la promoción de todas las modalidades deportivas y la difusión de los resultados obtenidos por los deportistas más destacados. Sobre este aspecto hay que resaltar que la repercusión social que tiene en un país el rendimiento de un deportista es determinante para incrementar el número de practicantes de una determinada modalidad deportiva y, finalmente, para que emerjan nuevos deportistas que garanticen el éxito deportivo en el futuro. De hecho, este aspecto, que determina un contexto sociocultural diferenciado entre países, es considerado como uno de los factores que explican por qué determinados países tienen éxito deportivo en unos deportes concretos.
Además del reconocimiento social, como cualquier persona, el deportista debe ser recompensado económicamente por su trabajo. La remuneración económica debe permitir al deportista disponer al menos de unas condiciones de vida equivalentes a las del resto de la población activa. Además, dada la corta trayectoria que tiene la vida deportiva al máximo nivel de rendimiento, el fomento de estrategias que al menos faciliten al deportista la adquisición de un perfil profesional para el futuro resulta relevante para que éste pueda mantener una dedicación prioritaria al proceso de entrenamiento. Probablemente, resulta menos eficaz y más costoso destinar recursos insuficientes a varios deportistas que no priorizan el entrenamiento sobre los estudios u otra actividad laboral que destinar los recursos suficientes para que un menor grupo de deportistas se dediquen prioritariamente al proceso de entrenamiento deportivo.
El éxito deportivo de algunos países como la antigua Unión Soviética, la antigua República Democrática Alemana, Cuba y China puede ser atribuido, en parte, a la estabilidad laboral que los estados conceden a sus deportistas. En cambio, en países como España, si exceptuamos a los deportistas con elevada financiación comercial, únicamente los deportistas de categoría absoluta que alcanzan resultados muy elevados a nivel internacional disponen de los recursos económicos suficientes para dedicarse prioritariamente al entrenamiento deportivo. En numerosos deportes con escasa repercusión mediática, además de verse dificultada la financiación comercial, las correspondientes federaciones y clubes suelen disponer de escasos recursos económicos para ayudar a sus deportistas. Éstos dependen casi exclusivamente de la financiación de las instituciones. La deficiente remuneración económica es todavía más evidente en los deportes con escasa repercusión mediática que además no están incluidos en el programa olímpico, así como en los deportistas de categoría promesa. En todo caso, sólo algunos deportistas capaces de generar elevados recursos comerciales tienen garantizado un futuro económico estable. Son numerosos los ejemplos de deportistas de alto nivel que han tenido importantes problemas de integración laboral y social al terminar su trayectoria deportiva. Aunque en la mayoría de los países no es concebible que el estado garantice la estabilidad económica de los deportistas, al margen de la importancia para el rendimiento deportivo, resulta incluso ético que desde diferentes instituciones se apliquen normativas que faciliten su integración global en la sociedad. Por ejemplo, actualmente en España estas medidas abarcan desde exenciones fiscales, reserva de plazas para el ingreso en la universidad, convocatoria de ayudas a las universidades que permitan la adaptación de horarios y de exámenes, becas para la formación, ayudas a ex de portistas que se encuentren en una situación socioeconómica o de salud deficiente y una oficina de atención al deportista, hasta distintos programas de orientación laboral a través de la Fundación Addeco.
3.2. Entorno de entrenamiento del deportista
Entre los factores asociados al entorno de entrenamiento, Sánchez Bañuelos (2003) destaca la dedicación prioritaria al entrenamiento deportivo, el apoyo técnico y tecnológico, y las infraestructuras y equipamientos (figura 1.12).
El éxito en la mayoría de las modalidades deportivas requiere numerosas horas de trabajo, así como un adecuado descanso entre las sesiones de entrenamiento. Por tanto, la posibilidad que tiene un deportista de dedicarse prioritariamente al entrenamiento deportivo es un requisito imprescindible para alcanzar el éxito deportivo. Lógicamente, en la mayoría de los casos, como se ha destacado antes, una dedicación prioritaria sólo es posible si el deportista tiene una remuneración económica suficiente. Es fundamentalmente en las categorías juvenil y promesa en las que la exigencia del rendimiento deportivo determina que el deportista tenga que decidir si se dedica o no prioritariamente al entrenamiento deportivo. Sin embargo, por ejemplo en España, los deportistas promesa, incluidos los pertenecientes a modalidades olímpicas, disponen de una financiación extremadamente insuficiente aunque sus resultados sean extraordinarios. Esto compromete seriamente el proceso de entrenamiento de los potencialmente mejores deportistas absolutos del futuro. Sobre la base de estas condiciones, estos deportistas deben decidir entre continuar con una dedicación prioritaria a la actividad deportiva que no les reporta los recursos económicos suficientes o priorizar otras actividades laborales o de formación. Los países cuyo modelo deportivo se aproxime en mayor medida a una profesionalización de sus deportistas, incluidos los deportistas promesa, tienen garantizada su dedicación prioritaria y un mayor éxito deportivo, especialmente si estas medidas abarcan los deportes tradicionalmente no profesionales. La misma reflexión puede extenderse a otros ámbitos de práctica deportiva de alto nivel. Por ejemplo, en un reciente estudio un 22% de los responsables de la preparación física de los equipos masculinos de balonmano, baloncesto, voleibol, fútbol, fútbol sala y hockey hierba que compitieron en la temporada 2004/2005 en las ligas españolas de máxima categoría indicaron que mejoraría el rendimiento de su equipo si los jugadores dispusiesen de más tiempo para dedicarse al proceso de entrenamiento (Reverter et al., 2008). Esta deficiencia fue significativamente más acusada en las ligas no profesionales de balonmano, voleibol y hockey hierba (38%), especialmente en los equipos que terminaron la competición de la mitad de la tabla hacia abajo (60%).
FIGURA 1.12. Factores que determinan el entorno de entrenamiento del deportista. Obsérvese la variedad de factores que, asociados al entorno de entrenamiento del deportista, pueden influir en el rendimiento deportivo.
Adaptado de Sánchez Bañuelos F. Conceptos y sistemas de desarrollo del alto rendimiento deportivo. COE-UAM 2003.
Con el fin de maximizar el rendimiento deportivo, un deportista dedicado prioritariamente al proceso de entrenamiento deportivo debe disponer de un amplio equipo multidisciplinario de trabajo, formado por profesionales especializados, con adecuada preparación y dedicación. Para ello, en primer lugar el sistema educativo de un país debe garantizar la suficiente oferta formativa de calidad en los ciclos de formación profesional y en los grados y posgrados universitarios. De especial importancia es que las distintas instituciones públicas o privadas realicen una planificación de sus actividades de formación continua y se fomente la autonomía formativa e investigadora de los distintos profesionales. Además, en la medida de lo posible, el presupuesto del modelo deportivo de un país, de una federación o de un club debe considerar la contratación de los profesionales más cualificados de acuerdo con las necesidades que requiere el proceso de entrenamiento de los deportistas. De forma análoga a los deportistas, este criterio se ve dificultado en los deportes con pocos recursos comerciales. Por ejemplo, en el mencionado estudio de Reverter et al., (2008) todos los equipos de las ligas profesionales de fútbol y baloncesto y de la liga amateur de fútbol sala tenían contratado como responsable de la preparación física a un graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, en contraste con el 54% de los equipos de las ligas amateur de balonmano, voleibol y hockey hierba. En los programas de desarrollo de los deportes olímpicos algunos países incentivan a los técnicos en función de los resultados de sus deportistas. Actualmente en España, como criterio general, un técnico recibe el equivalente al 50% de la beca otorgada a su deportista.
El deportista requiere la atención de profesionales altamente cualificados en procesos especializados de valoración y control del entrenamiento, de ayudas ergogénicas y nutricionales, de apoyo psicológico, de prevención, diagnóstico y tratamiento de lesiones, y de control sanitario. Habitualmente, los servicios de estos profesionales son requeridos de forma puntual. En consecuencia, una forma eficaz de concentrar los recursos económicos y humanos es la creación por las instituciones de centros que reúnan a este equipo multidisciplinario de trabajo para la atención del deportista y la investigación de nuevas metodologías de aplicación al proceso de entrenamiento.
En ocasiones, sin embargo, la ausencia de algunos profesionales en el equipo multidisciplinario de trabajo es más una consecuencia de la falta de concienciación de la importancia de su labor por parte de los entrenadores y directivos que de un déficit presupuestario. De hecho, algunos de los equipos analizados en el estudio de Reverter et al., (2008) que no tenían contratado a un graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte tenían presupuestos elevados. Además, exceptuando a los equipos de fútbol, la preparación física en la mayoría de los equipos era realizada por una persona contratada a tiempo parcial. En el mismo estudio se observó, por ejemplo, que el 97% de los equipos tenían contratado a un fisioterapeuta, mientras que únicamente un 16% requerían los servicios de un psicólogo del deporte.
De especial relevancia es que las personas encargadas de la contratación de los distintos profesionales adopten unos criterios de selección adecuados. Así, resulta sorprendente del estudio de Reverter et al., (2008) que durante los años transcurridos desde la graduación de los preparadores físicos (11 ± 7 años) sólo un 22% realizaron una formación de posgrado y un 5% consultaron revistas científicas incluidas en la base de datos “Journal Citation Reports”, y que en deportes como fútbol, fútbol sala y baloncesto únicamente un 11% de los responsables de la preparación física disponían de la titulación de técnico superior de su deporte. Como ejemplo, en comparación, el porcentaje de preparadores físicos que cumplen los criterios mencionados es muy superior en las ligas profesionales de béisbol, baloncesto, fútbol americano y hockey sobre hielo de EEUU y Canadá (Sutherland y Wiley, 1997) y en las ligas universitarias de EEUU (Durrell et al., 2003). Tampoco se observó en el estudio de Reverter et al., (2008) un criterio común de contratación en referencia a la experiencia del preparador físico. Es probable que estos condicionantes puedan explicar en parte las deficiencias encontradas en los equipos españoles en varios de los componentes del programa de entrenamiento con sobrecargas (Reverter et al., 2009).
Los deportistas, los técnicos y los profesionales del equipo multidisciplinario deben disponer de las instalaciones, los materiales y el desarrollo tecnológico suficiente para el desempeño de su trabajo en las mejores condiciones. De poco sirve que un atleta se dedique prioritariamente al entrenamiento si entrena con unos recursos inferiores a los de sus rivales. Del mismo modo, de poco sirve tener profesionales altamente cualificados si no disponen de los recursos suficientes para aplicar sus conocimientos al proceso de entrenamiento de los deportistas. En algunas modalidades deportivas la influencia de la innovación tecnológica y de los procesos de evaluación, fundamentalmente biomecánicos, resulta esencial para maximizar el rendimiento deportivo. De hecho, numerosas medallas obtenidas en distintos JJOO de verano e invierno por el equipo italiano han sido atribuidas en gran parte a la innovación tecnológica fomentada por el Comité Olímpico Italiano. A este respecto, es fundamental que los técnicos y los profesionales del equipo multidisciplinario de trabajo tengan los conocimientos suficientes para una adecuada selección de los recursos materiales y tecnológicos, así como para obtener de éstos el máximo aprovechamiento. Es esencial también incrementar la concienciación de los dirigentes de los clubes, federaciones e instituciones sobre la importancia de estos recursos para el proceso de entrenamiento de los deportistas. En muchos de los equipos analizados por Reverter et al., (2008) y Moliner (2008) el conocimiento de los técnicos y la concienciación de los dirigentes pueden estar más asociados que la falta de presupuesto con las deficiencias indicadas por los responsables de la preparación física en relación con las infraestructuras y el equipamiento de entrenamiento, de valoración y de recuperación.
3.3. Evidencia de la influencia del entorno del deportista sobre el rendimiento deportivo
Resulta complicado aislar la influencia del entorno vital y de entrenamiento del deportista para determinar científicamente su influencia sobre el rendimiento deportivo. Sin embargo, numerosos ejemplos evidencian una posible influencia del entorno vital y de entrenamiento del deportista sobre el éxito deportivo. Entre estos ejemplos son especialmente clarificadores los que muestran una mejora espectacular del rendimiento en un período de tiempo relativamente corto en determinados grupos de población y países. Difícilmente la mejora del rendimiento en un determinado grupo de población puede asociarse a otros factores como un cambio de la estructura genética de la población o un cambio de los factores antropométricos. Un breve análisis de la evolución del rendimiento de Australia en los JJOO de verano, de la evolución del rendimiento de España en los JJOO de verano y en los campeonatos del mundo de las distintas modalidades deportivas, y de la evolución del rendimiento de los corredores africanos de mediofondo y fondo puede servir para ilustrar la importancia que para el rendimiento deportivo tiene el entorno vital y de entrenamiento de los deportistas.
En vista de lo expuesto, el título del artículo de Hogan y Norton (2000) “The price of Olympic gold” parece algo más que una frase sugerente. Los autores asociaron la evolución del rendimiento de Australia desde los JJOO de Montreal (1976) hasta las de Atlanta (1996) con la inversión económica realizada por el Estado. Basándose en esta asociación y con los datos de la inversión económica realizada hasta el año 2000, los autores realizaron una predicción de la evolución del rendimiento global (ranking) (figura 1.13) y por medallas (figura 1.14) que obtendría Australia en los JJOO de Sydney (62 medallas: 14 ± 1 de oro, 15 ± 2 de plata, 33 ± 4 de bronce). El resultado real obtenido por el equipo olímpico australiano en los JJOO de 2000 fue 58 medallas: 16 de oro, 25 de plata y 17 de bronce. Probablemente, el incremento respecto a la previsión de medallas de oro y plata y el menor número de medallas de bronce son consecuencia de otros factores no analizados por los autores como la ventaja de competir en casa.
Otro ejemplo de la posible influencia del entorno vital y de entrenamiento sobre el rendimiento deportivo es la evolución del rendimiento de España tanto en los JJOO de verano como en los Campeonatos del Mundo. Como se observa en la figura 1.15, la posición de España en el ranking empeoró progresivamente durante el período de dictadura (1936-1975), en parte asociado también al incremento que en ese período se produjo en el número de países participantes en los JJOO. La mejora del ranking es evidente en la etapa posterior a la dictadura. En la democracia, el rendimiento no sólo se ha visto incrementado por el número de medallistas olímpicos, sino también por el número de finalistas (de 20-28 en los JJOO de 1980-1988 a 53-71 en los JJOO de 1992-2008). Especialmente espectacular ha sido el incremento de las mujeres, tres finalistas en los JJOO de 1980-1988 y 32 finalistas en los JJOO de 2004.
Es destacable que España obtuvo en los JJOO de 1992 un total de 22 medallas, una cifra equiparable a las 27 medallas conseguidas en los 21 JJOO anteriores. El éxito en Barcelona no puede asociarse directamente a una planificación deportiva a largo plazo, ya que el primer programa de detección de talentos deportivos en España comenzó en el año 1989. Posiblemente, la gran inversión económica realizada mediante el primer Programa de la Asociación de Deportes Olímpicos (1988-1992) permitió que los mejores deportistas españoles tuviesen un entorno vital y de entrenamiento más adecuado que los condujo a un incremento del rendimiento deportivo. En los JJOO posteriores, España no ha alcanzado el nivel de rendimiento que obtuvo en los JJOO de Barcelona, probablemente asociado a que tampoco se ha igualado la inversión económica. De hecho, es común que el mejor rendimiento de un país se obtenga en los JJOO que organiza y que su rendimiento empeore significativamente en los JJOO posteriores (figura 1.16). Así, 16 de los 18 países estudiados obtuvieron el mejor rendimiento de su historia en sus propios JJOO. Es posible que la mayor inversión económica que habitualmente efectúa el país organizador sobre el entorno vital y de entrenamiento del deportista haya influido notablemente en estos resultados. Sin embargo, hay que considerar también la gran influencia que sobre estos resultados tiene el que el país organizador pueda participar en todas las modalidades deportivas y la influencia de los distintos factores asociados a la ventaja de competir en casa.
FIGURA. 1.13. Asociación entre la inversión económica del Estado de Australia para el desarrollo del deporte de elite (a) y el ranking en los JJOO de 1976 a 1996 y el previsto para los JJOO de 2000 (b). Obsérvese que para deportistas de un mismo país existe una clara relación entre la inversión económica y el rendimiento en los JJOO.
Adaptado de Hogan K y Norton K. J Sci Med Sport 2000;3:203-18.
FIGURA. 1.14. Análisis de previsión de medallas de Australia en los JJOO de 2000 de acuerdo con la relación entre la inversión y el rendimiento en JJOO previos. Obsérvese que a partir de la relación entre la inversión económica y el rendimiento en los JJOO la previsión que establecieron los autores para el número de medallas que obtendría Australia en los JJOO de 2000 está muy próxima a las medallas finalmente obtenidas. Probablemente, la desviación entre la previsión y la realidad, asociada a un mayor número de medallas de oro y de plata y a un menor número de medallas de bronce, se deba a que Australia organizó los JJOO de 2000, pudiendo obtener un mayor rendimiento por los factores que influyen en la competición en casa (véase el apartado 4).
Adaptado de Hogan K y Norton K. J Sci Med Sport 2000;3:203-218.
FIGURA 1.15. Evolución de España en el ranking de los JJOO de verano. Obsérvese que factores sociológicos y políticos pueden influir en el rendimiento deportivo. En este ejemplo cabe comprobar cómo el rendimiento de España en los JJOO de verano mejora claramente en la democracia. Considera que la posición de España en el ranking de los primeros JJOO no es comparable debido a los pocos países participantes. Observa también cómo el rendimiento de los JJOO de Barcelona 1992 no se ha alcanzado en los JJOO posteriores, probablemente como consecuencia de la menor inversión económica y de los factores asociados a la ventaja de competir en casa.
Original de los autores con datos oficiales del Comité Olímpico Internacional.
FIGURA 1.16. Influencia de la organización de unos JJOO de verano sobre el rendimiento deportivo. Obsérvese que el promedio del ranking de todos los países que han organizado los JJOO de verano es mucho mejor cuando han sido los países organizadores. Este análisis es muy significativo si consideramos que bastantes de los deportistas con éxito en los JJOO organizados por su país han participado también en los JJOO anteriores y posteriores. Estos resultados pueden ser consecuencia de la ventaja de competir en casa y de la mayor inversión económica realizada por los países organizadores. Sorprende que la mejora del rendimiento de un país organizador de los JJOO se pierda en los siguientes JJOO, aun considerando la más que probable herencia de un mejor entorno vital y de entrenamiento.
Original de los autores con datos oficiales del Comité Olímpico Internacional.
Una evolución, quizá de mayor magnitud, se observa también en el rendimiento de España en los Campeonatos del Mundo de las distintas modalidades deportivas. El Consejo Superior de Deportes elabora para los años en los que no se celebran JJOO una clasificación de los países en función de la suma de finalistas en los campeonatos del mundo de las distintas modalidades deportivas. En el período 1989-1991, España, con un total de 325 puntos, que-dó situada como la potencia número 19 del mundo. Aunque no se dispone de datos, probablemente el rendimiento en las décadas anteriores fue significativamente inferior. El total de puntos obtenidos por los deportistas españoles en el período 2001-2003 se incrementó a 824, situándose España en la novena posición. En el período 2005-2007, el rendimiento de España ha disminuido sensiblemente, pero su posición en el ranking es claramente mejor que en el primer período analizado. Esta evolución del rendimiento es equiparable en hombres y mujeres (figura 1.17).
Posiblemente el incremento del rendimiento de los deportistas españoles en los últimos años puede estar asociado a diversos factores socioeconómicos que, directa o indirectamente, han mejorado el entorno vital y de entrenamiento de los deportistas. Entre estos factores probablemente algunos están asociados a condiciones básicas como la mejora del estado nutricional o la mayor libertad de la mujer para la práctica deportiva. La mejora de otros factores asociados al entorno vital y de entrenamiento del deportista también es evidente. Respecto a la formación de profesionales, se han establecido criterios cada vez más exigentes para la obtención del título de técnico deportivo y se ha incrementado espectacularmente el número de personas con formación universitaria de grado y posgrado relacionada con el deporte, así como el número de investigadores. Paralelamente a la cualificación profesional se han incrementado los recursos tecnológicos, las infraestructuras y los equipamientos, por ejemplo, el número de Centros de Valoración Deportiva, Centros de Alto Rendimiento Deportivo y Centros de Tecnificación. Aun considerando que el desarrollo de la elite deportiva de un país debe basarse en una inversión exclusiva en aquellos deportistas con posibilidades reales de obtener un rendimiento de nivel internacional, no es menos cierto que un incremento importante del número de practicantes de una modalidad deportiva incrementa el número de deportistas con posibilidades de éxito. Al respecto, la evolución socioeconómica de España aunada con una mayor concienciación y promoción de la práctica deportiva ha supuesto un incremento espectacular en las últimas décadas del número de licencias federativas de la mayoría de las modalidades deportivas.
FIGURA 1.17. Evolución del rendimiento de España en los últimos campeonatos del mundo de las distintas modalidades deportivas. Los números indican la posición relativa de España a nivel mundial. Nótese que, pese al descenso del rendimiento en el último período analizado, España ha incrementado en los últimos 20 años significativamente su rendimiento en los Campeonatos del Mundo de las distintas modalidades deportivas. Es muy probable que estos resultados sean consecuencia de la mejora de numerosos factores asociados al entorno vital y del entrenamiento. Probablemente es necesaria una mejora de los factores asociados a este entorno que todavía pueden considerarse deficitarios en España, especialmente en los deportes no comerciales, para que no se produzca un estancamiento del rendimiento deportivo.
Original de los autores con datos cortesía del Consejo Superior de Deportes.
Un claro ejemplo de la posible influencia del entorno vital y del entrenamiento sobre el rendimiento deportivo se puede ver en la evolución del rendimiento en carreras de mediofondo y fondo de los corredores africanos. En las últimas dos décadas, la proporción de africanos en el ranking de los 20 mejores corredores masculinos de todos los tiempos en pruebas de media y larga distancia se ha incrementado del 26,6% (Matthews, 1987) al 84,3% (IAAF, enero 2008). La evolución del rendimiento en estas pruebas por procedencia geográfica de los mejores 50 atletas se muestra en la figura 1.18 (La Torre et al., 2005).
Interesantes estudios sobre las características demográficas de los corredores de elite africanos resaltan la importancia de los factores ambientales y sociales en el rendimiento deportivo. Así, Onywera et al., (2006) mostraron que, de los corredores de Kenia de nivel internacional, un 81% provienen de la provincia de Rift Walley (con altitudes a menudo superiores a 2.000 m), un 76% pertenecen a la etnia Kalenjin y concretamente un 44% a la tribu Nandi (asociado según los autores a factores culturales debido al éxito principalmente de Kipchoge Keino, que ha estimulado la tradición de correr largas distancias y el reclutamiento de talentos en las escuelas), y un 81% recorrían largas distancias para ir a la escuela. Este estudio destaca, por tanto, la altitud, el éxito de otros deportistas y la forma de desplazamiento como aspectos determinantes del éxito de los corredores de Kenia. Sin embargo, la mayoría de estos aspectos, e incluso otros asociados a condicionantes genéticos y antropométricos que podrían explicar el rendimiento de los corredores africanos, son factores relativamente estables que difícilmente pueden explicar la extraordinaria evolución de su rendimiento en los últimos 20 años. Probablemente la variación del rendimiento de los corredores africanos se puede deber parcialmente a factores sociológicos asociados a su entorno vital y de entrenamiento. Actualmente, el éxito en la carrera es una de las mejores opciones de vida en algunos países africanos. Así, los motivos económicos fueron la principal motivación para practicar atletismo de los actualmente mejores corredores de Kenia (Onywera et al., 2006). De hecho, los mejores corredores seniors de África viven, entrenan y compiten en Europa, donde disponen de un óptimo entorno vital y de entrenamiento. Resulta curioso que la proporción de mujeres africanas en el ranking de las 20 mejores corredoras en las distintas pruebas de media y larga distancia sea únicamente el 28,6%, un porcentaje muy inferior a los hombres, el 84,3% (IAAF, enero 2008). Un efecto similar se observa en corredores juniors (edad ≤19 años), en los cuales la proporción actual es el 94,2% para los hombres y el 35% para las mujeres. Una posible hipótesis que puede explicar las diferencias de rendimiento entre corredores y corredoras de África es el menor desarrollo económico del atletismo femenino, lo que probablemente determina que una menor proporción de mujeres africanas pueda vivir del atletismo y entrenar en países desarrollados. Esta hipótesis se ve sustentada por la observación de que en edades más jóvenes (≤17 años) la proporción de africanos entre los 20 mejores en pruebas de media y larga distancia en 2007 fue similar en hombres (30%) y en mujeres (27,5%). Ciertamente, mientras que el rendimiento de las corredoras africanas es equivalente para todas las edades, el rendimiento de los corredores se incrementa espectacularmente en edades superiores a los 19 años. Los jóvenes africanos viven, entrenan y compiten en sus propios países, y muchos países africanos son pobres y con escaso desarrollo tecnológico. Globalmente, estos datos son reveladores de que el condicionante económico y su influencia sobre numerosos factores es determinante del rendimiento de los deportistas.
FIGURA 1.18. Distribución por procedencia geográfica de los 50 mejores corredores de mediofondo y fondo en 1986 (a) y 2005 (b). Obsérvese el acusado descenso en los últimos 20 años de atletas europeos entre los mejores corredores en pruebas de media y larga duración como consecuencia de la emergencia de corredores de África, especialmente de Kenia. Véase el texto para comprender que la mejora de rendimiento de los corredores africanos se debe probablemente a factores asociados al entorno vital y del entrenamiento.
Adaptado de La Torre A et al. SDS/Rivista di Cultura Sportiva 2005;67:13-20.
Síntesis
Numerosos ejemplos demuestran que el entorno vital y del entrenamiento son determinantes en que deportistas con un adecuado potencial genético para una determinada modalidad deportiva alcancen o no altas cotas de rendimiento.
Las instituciones deben fomentar que el entorno vital del deportista (considerando las condiciones básicas de vida, la estabilidad emocional, el reconocimiento social y las perspectivas de futuro) y el entono del entrenamiento (considerando su dedicación prioritaria, el apoyo técnico y tecnológico, y las infraestructuras y equipamientos) sean acordes a las exigencias que requiere el entrenamiento de alto nivel. Especialmente, estos factores se han de tener en cuenta también en los deportistas con pocas posibilidades de obtener recursos económicos y en los deportistas promesa.
Numerosos factores asociados con el entorno vital y de entrenamiento se consideran esenciales para el éxito deportivo de un país. Por ello, los países que deseen incrementar el éxito de sus deportistas han de incrementar y gestionar adecuadamente la inversión económica para el desarrollo del deporte de alto nivel, considerando especialmente los deportes minoritarios y los deportistas promesa.
Cuestionario de asimilación
1. Enumera los factores a considerar para un adecuado entorno vital del deportista.
2. Reflexiona por qué el reconocimiento social del rendimiento de los deportistas puede influir en la optimización del rendimiento.
3. Indica qué aspectos asociados al entorno vital del deportista deberían ser especialmente considerados en deportistas jóvenes y promesa.
4. Reflexiona sobre si las instituciones de un país u otras instituciones deberían garantizar el futuro profesional de los deportistas de alto nivel.
5. Indica las razones más importantes por las que deben estar profesionalizados los entrenadores y técnicos dedicados a la alta competición.
6. Reflexiona sobre los factores que pueden determinar que un deportista tenga que vivir en su lugar de residencia habitual o en un Centro de Alto Rendimiento Deportivo.
7. Establece la relación entre el entorno vital y del entrenamiento, la genética del deportista y el rendimiento deportivo.
8. Indica por qué un país puede tener más éxito deportivo en los JJOO si orienta sus esfuerzos prioritariamente a deportistas con pocas posibilidades de obtener recursos económicos.
9. Indica qué otros factores, además de la ventaja de competir en casa, pueden justificar el mayor rendimiento de los países organizadores de los JJOO.
10. Si tuvieras que gestionar una partida económica para el desarrollo a largo plazo del deporte de alto nivel, ¿lo destinarías a deportistas promesa y/o de elite o a incrementar el número de horas de actividad física escolar y extraescolar?
11. Establece qué factores pueden explicar la mejora del rendimiento de España en las últimas décadas.
12. Reflexiona e indica qué factores mejorarías para incrementar el rendimiento deportivo de España en el futuro.
13. Considera por qué el rendimiento de los africanos en ciclismo de ruta es extremadamente inferior al rendimiento en carreras de mediofondo y fondo.