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Entrenamiento deportivo

Alejandro Legaz-Arrese

Cuando concluyas este apartado podrás:

■ Conocer los indicadores que definen el concepto de entrenamiento deportivo.

■ Comprender qué otras funciones del entrenador, además de la labor técnica, son determinantes para un adecuado proceso de entrenamiento.

■ Comprender la importancia de la formación continuada del entrenador y conocer las principales fuentes de búsqueda de la información.

■ Comprender la importancia de la investigación para la optimización del rendimiento deportivo, conocer el estatus científico actual del proceso de entrenamiento deportivo y los factores que limitan el progreso de su conocimiento científico.

■ Comprender que, además de por la evidencia científica y empírica, el entrenamiento deportivo debe guiarse por el continuo planteamiento reflexivo del entrenador.

■ Describir el modelo básico de los factores de rendimiento a desarrollar durante el proceso de entrenamiento de los deportistas.

■ Comprender que, para optimizar el rendimiento deportivo, es necesario un adecuado proceso de entrenamiento, pero que el resultado en la competición está determinado por numerosos factores.

Índice

1.1. Proceso psicopedagógico

1.2. Proceso planificado

1.3. Proceso basado en el conocimiento científico y empírico

1.4. Desarrollo de factores de rendimiento

1.5. Proceso de mejora del rendimiento deportivo

Síntesis

Cuestionario de asimilación

Sobre la base de las definiciones establecidas por prestigiosos autores, se representan en la figura 1.1 los principales indicadores que definen el proceso de entrenamiento deportivo. Siguiendo estos indicadores, definimos el entrenamiento deportivo como un proceso psicopedagógico y planificado que persigue la mejora del rendimiento deportivo mediante el desarrollo de factores condicionales, motores e informacionales según el conocimiento científico y empírico. Tales indicadores determinan la estructura de este apartado.

1.1. Proceso psicopedagógico

El deporte de alta competición requiere una elevada implicación de los entrenadores, que deben estar presentes en todo el proceso de entrenamiento. Su formación es imprescindible en cualquier sistema de desarrollo de deportistas de elite. De hecho, mientras que los deportistas cambian de generación en generación, el entrenador constituye un elemento estable del sistema. Además de ejercer su función técnica, debe ser capaz de organizar todo el proceso de entrenamiento, lo que implica, además de la interrelación con el deportista, la dirección del equipo multidisciplinario de trabajo y la interrelación con directivos, medios de comunicación, etc. Ciertamente, las funciones del entrenador son variadas y complejas, lo que determina una variedad de situaciones de estrés asociadas a la preparación y el rendimiento de los deportistas y a los aspectos de carácter organizativo (Thelwell et al., 2008).

El entrenamiento para optimizar el rendimiento deportivo es un proceso que exige un gran sacrificio de los deportistas. En este contexto, el entrenador tiene la función de mantener el nivel de motivación de los deportistas. Además, las numerosas horas de trabajo que comparten el entrenador y el deportista determinan que su interrelación sea considerada como uno de los factores claves del éxito deportivo. Es interesante que tanto entrenadores como investigadores coincidan en que la principal cualidad que debe tener un entrenador es la capacidad para entablar una óptima relación con los deportistas (Williams y Kendall, 2007). Este aspecto no es de extrañar si consideramos que el clima entre el entrenador y el deportista es naturalmente propenso a degradarse en el contexto de la competición de elite (Le Bars et al., 2009). Actualmente se han validado instrumentos como “The Coach–Athlete Relationship Questionnaire” (CART-Q) (Jowett y Ntoumanis, 2004) que permitirán en el futuro obtener información para establecer las pautas sobre indicadores de cómo ha de ser la óptima relación entre el entrenador y el deportista para maximizar el rendimiento deportivo. Este tipo de análisis permitirá también establecer nuevas directrices para la futura formación de los entrenadores.


FIGURA 1.1. Indicadores que definen el proceso de entrenamiento deportivo. Obsérvese que el objetivo prioritario del entrenamiento deportivo es la mejora del rendimiento. Para ello, el proceso de entrenamiento requiere desarrollar los factores condicionales, motores e informacionales que determinan el rendimiento de una determinada modalidad deportiva. Este desarrollo debe ser planificado y ha de considerar el conocimiento científico y empírico, así como las relaciones socioafectivas con los deportistas.

Original del autor.

1.2. Proceso planificado

Es conocido que el máximo rendimiento deportivo se manifiesta sólo en momentos puntuales y no puede mantenerse durante períodos de tiempo prolongados. Por este motivo, la planificación del entrenamiento para obtener el rendimiento óptimo en los momentos esperados es un elemento clave en el proceso de entrenamiento. Actualmente, la planificación del entrenamiento ha adquirido mayor relevancia debido al incremento del número de competiciones. A partir de los principios y las leyes biológicas de adaptación que condicionan el desarrollo de los factores de rendimiento, y especialmente sobre la base de la experiencia práctica, los teóricos del entrenamiento han desarrollado distintos modelos de planificación con el fin de optimizar el nivel de prestación del deportista y reorientarlo según el calendario de competición. Para ello, estos modelos recurren a la utilización de diferentes estructuras organizativas, desde las más simples, como la sesión y el microciclo, hasta las más complejas, como el mesociclo y el macrociclo. La adaptación de los modelos de planificación a las características de cada modalidad deportiva, al deportista y al calendario de competición es esencial para la optimización del rendimiento deportivo. Los contenidos asociados al conocimiento científico y empírico de la planificación del proceso de entrenamiento son un elemento fundamental de la estructura de este manual.

1.3. Proceso basado en el conocimiento científico y empírico

De forma simplificada, el proceso de entrenamiento deportivo consiste en la aplicación de estímulos con el fin de inducir adaptaciones en el deportista que eleven su nivel de rendimiento. La aplicación científica de este proceso requiere conocer las transformaciones que se producen en el deportista con la aplicación de los distintos estímulos de entrenamiento. Actualmente podemos considerar que el proceso de entrenamiento es causal-casual debido a que, aunque progresivamente se va conociendo más sobre las adaptaciones inducidas en el deportista a consecuencia de la aplicación de distintos estímulos de entrenamiento, todavía son numerosas las preguntas que no ha resuelto la comunidad científica (figura 1.2). Desde esta perspectiva, el entrenador debe conocer que la simple ejercitación física perseverante basada en la casualidad, el ensayoerror, es actualmente insuficiente para maximizar el rendimiento deportivo.

El incremento de cientificidad del proceso de entrenamiento es consecuencia de la aplicación práctica de los conocimientos emergentes de distintas subdisciplinas científicas. La conceptualización establecida por Abernethy et al., (2005) de la estructura del conocimiento sobre el movimiento humano representa el carácter multidisciplinario del conocimiento asociado al proceso del entrenamiento deportivo (figura 1.3). En este manual haremos referencia constantemente a las numerosas aportaciones de estas subdisciplinas científicas.

El conocimiento emergente de estas subdisciplinas científicas determina que el aprendizaje adquirido por los entrenadores en la formación reglada deja de tener, al menos en parte, validez científica. Así, el entrenador debe buscar continuamente fuentes de información para actualizar sus conocimientos. Los medios de que dispone el entrenador para la continua búsqueda de información son muy diversos. Entre ellos podemos destacar la participación en cursos de formación continuada, la información aportada por otros compañeros y la lectura de libros y artículos en revistas especializadas.

La información adquirida mediante cursos, compañeros o libros, si bien éstos pueden considerarse herramientas útiles, entraña dos inconvenientes: (i) el entrenador es dependiente del conocimiento que realmente tiene el profesor, el compañero y el escritor; (ii) el tiempo transcurrido desde que estas personas leen la información original hasta que la transmiten es habitualmente excesivo. Así, la lectura de las fuentes originarias de la información científica debe considerarse un requisito indispensable para asegurar una formación continuada, científica y actualizada. Son, por tanto, las revistas especializadas, fundamentalmente las que publican artículos originales de investigación o revisiones basadas en el conocimiento científico, las que deben constituir la base de la formación continuada del entrenador. De acuerdo con Durrel et al., (2003), si el entrenador no consulta las principales fuentes científicas, existe una elevada probabilidad de que sus programas de entrenamientos carezcan de credibilidad científica. Actualmente, son numerosas las revistas que, desde una perspectiva multidisciplinaria o específica, generan conocimiento asociado al entrenamiento deportivo. El entrenador debe seleccionar adecuadamente las revistas que le aporten una información de mayor calidad. Para todas las áreas de conocimiento, las revistas incluidas en la base de datos “Journal Citation Reports” son consideradas las de mayor nivel de cientificidad.


FIGURA 1.2. El entrenamiento deportivo como un proceso causal-casual. Obsérvese que, aunque el entrenamiento propuesto para la mejora del rendimiento de los deportistas requiere el conocimiento científico, numerosos factores asociados al proceso de entrenamiento no tienen evidencia científica, en parte por las dificultades de establecer estudios de investigación con deportistas de elite.

Adaptado de Sánchez Bañuelos F. Conceptos y sistemas de desarrollo del alto rendimiento deportivo. COE-UAM 2003.


FIGURA 1.3. Subdisciplinas del movimiento humano. Obsérvese la variedad de disciplinas científicas que aportan información para un adecuado proceso de entrenamiento de los deportistas y para explicar su rendimiento.

Adaptado de Abernethy B et al. The biophysical foundations of human movement. Human Kinetics 2005.

El entrenamiento no sólo se ha visto beneficiado del avance de estas ciencias auxiliares, sino que además durante los últimos años se ha impregnado de los planteamientos del método científico, de modo que la propia sistemática y la organización del entrenamiento empiezan a constituir en sí mismas una naciente y compleja aplicación científica. No en vano, aunque el entrenador debe aprovecharse del creciente conocimiento científico, de acuerdo con Sánchez Bañuelos (2003), el propio proceso de entrenamiento ha de ser sometido por el entrenador a una revisión constante basada en un planteamiento reflexivo. En ningún caso el entrenador debe plantear el proceso de entrenamiento como una aplicación estricta de reglas que conducen al mismo resultado. Nada más lejos de la realidad; las investigaciones sobre el proceso de entrenamiento tienen numerosas limitaciones que conducen a que este proceso no sea y nunca será una ciencia exacta.

Una breve reflexión sobre aspectos determinantes ayudará al lector a comprender la problemática del avance científico del proceso de entrenamiento deportivo. Dos aspectos resultan determinantes en este proceso: (i) conocer los factores que inciden en el rendimiento de una determinada modalidad deportiva, y (ii) conocer los métodos de entrenamiento que permiten una mejor optimización de cada uno de los factores de rendimiento.

El conocimiento científico de los factores que inciden en la mejora del rendimiento deportivo está limitado por la dificultad de medir el rendimiento en algunas modalidades deportivas y por la dificultad de medir algunos de los factores de rendimiento. Estas limitaciones se ven incrementadas si consideramos que la generalización de los resultados y conclusiones de las investigaciones debe basarse en una amplia muestra de sujetos. En el ámbito concreto del alto rendimiento deportivo, la propia concepción de lo que es un deportista de elite implica que el número de sujetos posibles para la investigación de una determinada modalidad deportiva sea insuficiente, aunque se tuviese la posibilidad de disponer de los mejores deportistas de un país. Así, la mayoría de los estudios que intentan determinar los factores de rendimiento de una modalidad deportiva están basados en una muestra de sujetos con un rendimiento heterogéneo y, por tanto, la traslación a los deportistas de elite de sus resultados y conclusiones debe realizarse con cautela. Bajo esta perspectiva, el análisis de los factores de rendimiento de la mayoría de las modalidades deportivas sólo puede realizarse según una reflexión teórica basada en la lógica interna del deporte, la experiencia práctica, la escasa evidencia científica y la traslación de los resultados de investigación de las distintas subdisciplinas científicas.

Si el conocimiento científico de los factores que inciden en el rendimiento deportivo de una modalidad deportiva plantea importantes dificultades, las limitaciones para conocer científicamente los métodos de entrenamiento que permiten optimizar cada uno de los factores de rendimiento son todavía más evidentes. Desde una perspectiva simplista, un conocimiento científico de la metodología del entrenamiento implicaría la determinación de los efectos de los distintos métodos de entrenamiento que se quiera analizar sobre los factores de rendimiento de una modalidad deportiva. Para realizar un análisis de estas características, se requiere disponer de tantos subgrupos de deportistas de elite como métodos o variantes de la metodología del entrenamiento se quiera analizar. Respecto al análisis científico de los factores de rendimiento, esto implica un incremento del número de deportistas necesario para poder realizar el estudio, además de la dificultad real y ética que entraña el poder experimentar con diferentes programas de entrenamiento en deportistas de elite que solicitan óptimos resultados inmediatos. Así, tal y como se observa en este manual, la evidencia científica de la metodología del entrenamiento es escasa.

Aunque una reflexión específica sobre cada deporte y área de estudio nos conduciría a obtener mayores dificultades de las ya enunciadas, consideramos que las expuestas son suficientes para determinar la problemática de la investigación sobre el proceso de entrenamiento deportivo. Sirva como reflexión que entre las revistas indexadas en la sección de “Sports Sciences” en la base de datos “Journal Citation Reports” puede considerarse que únicamente una revista está directamente asociada al proceso de entrenamiento deportivo. En las restantes revistas muy pocos artículos abordan el proceso de entrenamiento deportivo con deportistas de elite, y son casi inexistentes los artículos directamente relacionados con la metodología del entrenamiento.

Este análisis sugiere la necesidad de encontrar un nexo común entre las investigaciones que requieren los entrenadores de elite y el foco de interés de los investigadores. Sin embargo, además de las limitaciones expuestas sobre la investigación del proceso de entrenamiento deportivo, otros condicionantes a los que están sometidos los investigadores actualmente no permiten pensar que en un futuro cercano se plantee un avance importante en el conocimiento científico del entrenamiento deportivo. Es interesante que tanto los entrenadores como los investigadores consideran que las investigaciones deben ser realizadas en condiciones más naturales que los habituales procedimientos de laboratorio y que las aplicaciones sólo son útiles si se realizan con deportistas de elite (Williams y Kendall, 2007). A pesar de esta coincidencia, se puede considerar que, al menos en determinados aspectos, los intereses de los investigadores y de los entrenadores son contrapuestos. Las instituciones a las que pertenecen los investigadores reclaman de ellos la publicación de sus trabajos en las mejores revistas científicas. Así, los investigadores a menudo son juzgados por sus pares en términos de la calidad de sus publicaciones en función de la posición que ocupan las revistas donde publican sus trabajos. Estas revistas tienen criterios de exigencia muy elevados que en ocasiones limitan una investigación de mayor aplicación para los entrenadores. Entre ellos, por ejemplo, se requiere habitualmente una verificación estadística de los resultados, lo que implica el análisis de un elevado número de sujetos, lo que difícilmente es obtenible exclusivamente con deportistas de elite. Otro nivel de exigencia de las revistas científicas es la fiabilidad y validez de las mediciones, ambos aspectos más fáciles de obtener si se realizan las valoraciones en laboratorio. Aunque tanto entrenadores como científicos consideran que una de las principales virtudes que ha de tener un investigador es la utilidad práctica de los resultados, y que, en cambio, el número de publicaciones y la calidad de las revistas son aspectos menos importantes, la realidad de los investigadores, especialmente de quienes trabajan en universidades, contradice estos deseos (Williams y Kendall, 2007). Así, la rigidez que requieren las publicaciones en estas revistas puede parcialmente limitar la orientación de la investigación a las necesidades prácticas e individuales de los entrenadores. Además, ciertamente los artículos publicados en revistas científicas tienen objetivos de estudio muy concretos y un lenguaje muy técnico. Esto tiene implicaciones para considerar a los entrenadores como audiencia debido a que ellos prefieren leer revistas deportivas y revistas multidisciplinarias (Williams y Kendall, 2007). Finalmente, esto determina que los entrenadores se alejen de la lectura de las revistas científicas. Como ejemplo, pudimos comprobar que únicamente un 5% de los preparadores físicos de los equipos que participaron durante la temporada 2004/2005 en la liga española de máxima categoría de fútbol, fútbol sala, hockey hierba, baloncesto, balonmano y voleibol consultaban revistas incluidas en la base de datos “Journal Citation Reports” (Reverter et al., 2009). Por otra parte, los entrenadores y otros profesionales que trabajan directamente con los deportistas de elite, y que probablemente poseen la información de mayor aplicación práctica, tienen como objetivo la mejora del rendimiento de sus deportistas y no la difusión de los conocimientos que adquieren con la práctica diaria. De hecho, procuran preservar la información, probablemente para que no sea utilizada por otros entrenadores para la mejora del rendimiento de sus deportistas. Prueba de ello es que es difícil encontrar en cualquier fuente de información un análisis detallado y justificado de las características del entrenamiento de deportistas que alcanzan elevadas cotas de rendimiento. Igualmente es difícil encontrar información asociada a otros factores determinantes, como medios de recuperación, estrategias nutricionales, etc. Sirva como ejemplo que, en conversaciones mantenidas con experimentados entrenadores españoles, éstos relataban sus experiencias para obtener información de las características del entrenamiento de los exitosos deportistas de la antigua Unión Soviética. Es en este contexto de intereses contrapuestos y de difícil solución donde el entrenador debe desarrollar su trabajo basándose en la selección de la información derivada del conocimiento científico, de otros profesionales y de su propia reflexión sobre sus experiencias prácticas.

1.4. Desarrollo de factores de rendimiento

En la figura 1.4 se representa un modelo teórico global de los factores de rendimiento asociados al proceso de entrenamiento de las distintas modalidades deportivas. El análisis detallado de la influencia de estos factores en cada modalidad deportiva constituye un requisito indispensable para la optimización del rendimiento deportivo, y, en consecuencia, este modelo teórico representa el marco conceptual básico de este manual. Sobre la base de este modelo podemos establecer que la mejora del rendimiento deportivo está asociada al desarrollo de factores de rendimiento informacionales, al desarrollo de la fuerza y al desarrollo de la motricidad.

Desarrollo de factores informacionales. Habitualmente denominado desarrollo táctico, engloba todos los procesos asociados a los mecanismos de percepción y de decisión. En esta categoría también se incluyen todos los factores psicológicos, entendidos como un componente más del proceso cognitivo que permite al deportista adquirir estrategias para organizar y controlar su actuación de forma más eficaz.

Desarrollo de la fuerza. Habitualmente denominado desarrollo de las capacidades físicas, consideramos, desde una perspectiva purista, que la fuerza es la única capacidad condicional debido a que sólo hay movimiento si existe una aplicación de fuerza. Globalmente, diferenciaremos únicamente las características de la aplicación de la fuerza, la máxima posible (comúnmente descrito como fuerza explosiva) o de forma continuada (comúnmente descrito como fuerza resistencia). Las características inherentes a algunas tareas motrices especificas condicionan la manifestación de fuerza con un amplio rango de movilidad articular.

Desarrollo de factores motores. Habitualmente denominado desarrollo técnico, consideramos que el término motricidad engloba no sólo la habilidad en el manejo de implementos deportivos, sino también la de manifestar fuerza en todas las situaciones de movimiento, como son aceleraciones, desaceleraciones, cambios de ritmo, etc.


FIGURA 1.4. Modelo básico de factores a desarrollar en el proceso de entrenamiento deportivo. Obsérvese que en todas las modalidades deportivas la mejora del rendimiento está asociada al desarrollo durante el proceso de entrenamiento de la fuerza y de los factores motores e informacionales. La importancia relativa de estos factores y la forma en que se manifiestan varían considerablemente entre las diferentes modalidades deportivas, y, por tanto, su análisis es un objetivo prioritario de este manual.

Original del autor.

1.5. Proceso de mejora del rendimiento deportivo

El objetivo final del proceso de entrenamiento es la mejora del rendimiento deportivo. En la figura 1.5 se representa una concepción básica del proceso de entrenamiento deportivo que nos permite observar su vinculación con la mejora del rendimiento deportivo. Como se analiza detalladamente en el capítulo 2, desde una perspectiva fisiológica podemos considerar el proceso de entrenamiento como la repetición cíclica programada de ejercicio con el fin de alterar de forma reversible la homeostasis o equilibrio interno del sistema funcional del deportista. La ruptura de la homeostasis supone una fase de alarma en el organismo que se adapta durante el proceso de recuperación a niveles morfofuncionales superiores en los sistemas implicados por el estímulo de entrenamiento. El objetivo de este proceso, que se denomina supercompensación, es servir de mecanismo protector del organismo para que, si éste vuelve a ser sometido a un estímulo de entrenamiento similar, el desequilibrio interno inducido sea menor. La labor del entrenador es la aplicación de cargas repetidas cada vez más intensas que vuelvan a implicar alteraciones importantes de la homeostasis que supongan nuevos procesos de supercompensación obteniéndose adaptaciones morfofuncionales estables. Si estas adaptaciones estables han sido orientadas hacia los sistemas específicos involucrados en una determinada modalidad deportiva, se obtendrá una mejora del rendimiento deportivo.

El aspecto de máxima coincidencia y que mejor sintetiza el concepto de entrenamiento deportivo es la mejora del rendimiento deportivo. Sin embargo, el rendimiento deportivo, entendido como el logro de los máximos resultados en competición, es complejo y multifactorial. Algunas cuestiones como, por ejemplo, por qué determinados países obtienen un alto rendimiento deportivo en los Juegos Olímpicos, o por qué actualmente los mejores corredores de fondo son de unas determinadas regiones de África y hace 25 años eran europeos, o por qué ningún ciclista profesional es de raza negra, o por qué los resultados de un país o un determinado equipo son mejores cuando compiten en casa, nos conducen a la reflexión de que el propio proceso de entrenamiento y rendimiento deportivo es más complejo que la simple aplicación de estímulos óptimos de entrenamiento.


FIGURA 1.5. La repetición sucesiva de estímulos de entrenamiento es determinante en la mejora del rendimiento deportivo. Obsérvese que la sucesiva ruptura de la homeostasis mediante estímulos de entrenamiento y su posterior período de recuperación induce las adaptaciones requeridas para la mejora del rendimiento deportivo. Puede encontrar un análisis detallado de este proceso en el capítulo 2.

Original del autor.

Los factores que influyen en el proceso de entrenamiento deportivo y el rendimiento en competición son diversos. Entre ellos destacamos como determinantes la genética del deportista, el entorno vital y de entrenamiento y la ventaja de competir en casa. El proceso de entrenamiento no puede aislarse de la influencia de estos factores. El entrenador debe analizar su influencia, y la de otros factores específicos de su contexto de trabajo, para tomar decisiones respecto al proceso de entrenamiento de cada uno de sus deportistas. Puede resultar infructuosa una óptima sistematización de estímulos de entrenamiento durante muchos años si el deportista y el entrenador no tienen conciencia de que genéticamente el deportista no está capacitado para obtener un alto rendimiento deportivo en una determinada modalidad deportiva. Igualmente, resultará infructuoso el proceso de entrenamiento con un deportista capacitado genéticamente si el deportista no puede dedicar el tiempo suficiente, o si no se dispone de los óptimos recursos materiales y humanos. Es objetivo de los siguientes apartados el resaltar la influencia que sobre el rendimiento deportivo tiene la genética del deportista, el entorno vital y de entrenamiento y la ventaja de competir en casa.

Síntesis

El entrenamiento deportivo es un proceso psicopedagógico y planificado que persigue la mejora del rendimiento deportivo mediante el desarrollo de factores condicionales, motores e informacionales de acuerdo con el conocimiento científico y empírico.

Aunque las funciones del entrenador se han asociado a su labor técnica, es también imprescindible su capacidad para dirigir a los deportistas y al equipo multidisciplinario de trabajo mediante una adecuada interrelación personal estableciendo un clima de trabajo motivador.

Entre otros factores, las dificultades para realizar investigaciones con deportistas de elite limitan el conocimiento científico del proceso de entrenamiento deportivo. El entrenador, además de aprovecharse del creciente conocimiento de las ciencias auxiliares, debe afrontar el entrenamiento de sus deportistas como un continuo proceso de indagación basado en la experiencia empírica de otros entrenadores y especialmente en la suya propia.

La formación del entrenador es imprescindible para el desarrollo de deportistas de elite, ya que es el elemento más estable del sistema. Además de una adecuada formación básica, el entrenador debe actualizar continuamente sus conocimientos, en especial mediante la consulta de revistas científicas y especializadas.

Se establece la necesidad de que las instituciones, investigadores, editores de revistas científicas y entrenadores establezcan un nexo común de coordinación para facilitar el avance del conocimiento en el entrenamiento de deportistas de elite.

El análisis del mapa conceptual de los factores de rendimiento asociados a la manifestación de fuerza, a la motricidad y a los procesos informacionales es el requisito básico para establecer la metodología de entrenamiento adecuada con el fin de optimizar el rendimiento de las distintas modalidades deportivas.

Aunque sin un adecuado proceso de entrenamiento no es posible obtener altos niveles de prestación, hay que considerar que el rendimiento deportivo es además dependiente de numerosos factores como la genética del deportista, su entorno vital y de entrenamiento y la ventaja de competir en casa.

Cuestionario de asimilación

1. Define el proceso de entrenamiento deportivo.

2. Establece quién tiene la responsabilidad de dirigir al equipo multidisciplinario que trabaja para optimizar el rendimiento de los deportistas.

3. Indica qué funciones, además de la función técnica, tiene que ejercer un entrenador.

4. Describe las fuentes de información que deben consultar los entrenadores una vez que han sido formados adecuadamente para entrenar a deportistas de una determinada modalidad deportiva.

5. Enumera y reflexiona sobre las principales limitaciones para que el proceso de entrenamiento sea científico.

6. Indica qué propondrías para incrementar el nivel de conocimiento científico asociado al entrenamiento deportivo.

7. Indica algún ejemplo de la aportación de las diferentes subdisciplinas científicas a la optimización del rendimiento deportivo.

8. Indica dónde buscarías información del conocimiento empírico del proceso de entrenamiento deportivo de una determinada modalidad deportiva.

9. Establece y reflexiona sobre la mejor información a utilizar para optimizar el rendimiento durante el proceso de entrenamiento de un deportista.

10. Reflexiona por qué un entrenamiento dirigido a distancia tiene probablemente menos éxito que un entrenamiento en el que hay una continua interacción entre el entrenador y el deportista.

Manual de entrenamiento deportivo

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