Читать книгу Me respiré lo bueno del mundo - Amalio González Ramírez - Страница 13

BAR DE SUSHI

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(Tokyo)

La calle tomada

por buscadores

de turbias aventuras

para los turistas.

Mientras los evito,

mi estómago ruge.

Busco en cristaleras

tentaciones que calmen

mi gula desatada,

cuando surge de repente

blanco de color

y limpio por higiene

ese bar de sushi

que sacia mi mirada.

La barra refulgente,

está llena de pescados,

blancos, rosas, hasta moteados,

pulpitos, tortillitas y algas,

extrañas, pero variadas.

Un camarero de blanco

con gorro semejante

al de los cirujanos

atiende impertérrito

nuestros deseos humanos,

a la vez que mezcla

pescado y arroz

con sus limpias manos.

Carnes crudas, frescas

y a veces especiadas.

Delicias para el paladar,

en esta noche de búsqueda,

de placeres exquisitos

y de la mujer soñada.

Me respiré lo bueno del mundo

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