Читать книгу Me respiré lo bueno del mundo - Amalio González Ramírez - Страница 7
LA CAMARERA
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Te vi de refilón.
entre las mesas del comedor
de aquel jardín
de azaleas rosas y blancas.
Masticaba un pescado deleznable,
cuando tus manos delicadas
retiraron mi plato ahora vacío.
Se iluminó la noche antes obscura,
mientras voces antes agradables
se alejaban de mi entendimiento.
Solo quedo en el aire la música sufí
y el tejido que urdieron
nuestras miradas.
Tu belleza joven alimentó
mis canas
y tus lindos ojos
agradecieron mi alabanza.
Mencioné un “So pretty”
para que comprendieras mi admiración sincera,
aunque sé, que solo tu imagen quedará en mi recuerdo.
Ahora aquí, cercano a Troya
le pediría a Aquiles
su juventud eterna
para disfrutar de ti,
no solo platónicamente,
sino con la intensidad sacrílega
del deseo.