Читать книгу Me respiré lo bueno del mundo - Amalio González Ramírez - Страница 27

EL CORTE DE PELO CHINO

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(Xiam)

Para pasar la tarde,

antes de la cena,

y aburrido en el Hotel,

busqué algo que hacer.

Siempre que tengo pelo,

debe ser que sudo,

y me enfrío después,

cogiendo un constipado

sin quererlo hacer.

Enfrente del hotel

vi lo que quería,

una necesaria peluquería.

Tuve un problema,

poder comunicarme,

pues allí el inglés

nadie lo entendía.

Solo una clienta me traducía.

Primero me pasaron

a un patio interno,

y allí con una manguera

humedecieron mis cabellos.

Yo solo quería un corte normal,

pero pasaba el tiempo,

se me seco la cabeza,

y nadie lo trataba de realizar.

Mi intérprete se fue

y me quede solo

en manos de una gente,

que no me entendía

ni me hacía nada coherente.

De nuevo pensé

que me lo cortarían, porque

se me acercaron con cortesía,

pero era para llevarme

a otra habitación vacía.

Allí, cuál fue mi sorpresa,

que me tumbaron en camilla

y me dieron un masaje,

de cintura a cabeza.

Sorprendido y cansado,

esperé largo tiempo,

hasta que por fin,

y para mi sorpresa,

por fin me cortaron

el frondoso cabello

que adornaba mi cabeza.

Total casi dos horas,

para tan simple tarea,

sería por el idioma,

que no me entendían,

o es que allí es espectáculo

la peluquería.

Me respiré lo bueno del mundo

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