Читать книгу Me respiré lo bueno del mundo - Amalio González Ramírez - Страница 28

LAS SEDUCTORAS

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(Hangzhou)

Además del lago del Oeste,

un lugar hermoso de recorrer,

por sus luces nocturnas,

puentes variados

y espectáculos preparados

para turistas embarcados.

Hangzhou es una ciudad

bulliciosa, moderna y comercial.

Paseaba tranquilo buscando

recuerdos exóticos y asequibles,

cuando dos jóvenes atractivas

se me acercaron y amables

me preguntaron mi procedencia

y cosas similares sin trascendencia.

Como trataban de comunicarse,

en un escaso inglés,

cosa allí nada habitual,

y además eran sugerentes,

yo como un subnormal,

caí en sus redes, lógicamente.

Solo se me ocurrió

invitarles a tomar algo.

subimos a un restaurante,

allí en pisos elevados,

y en él me condujeron

hasta un reservado.

Pensaba yo prudente,

que solo pedirían

algunas bebidas,

pero no conocía su

voracidad femenina.

Fueron bebidas, dulces,

luego alcohol,

comida de todo tipo,

y yo sumaba y sumaba

el coste de aquel marrón.

Muy buenos resultados,

necesitaba mi osadía,

pues aquel presupuesto

sobrepasaba mi cartera vacía.

Buscaban tontos como yo

para destriparlos cada día,

así que me las ingenié

para huir de todo aquello

y dejarla solas en su negocio,

de estafas y mentiras,

pero esta vez sin socio.

Buscando la toilette,

me fui al ascensor,

escapándome raudo

de aquella encerrona,

riéndome al pensar

de cómo reaccionarían

mis amigas gorronas.

Me respiré lo bueno del mundo

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