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CONECTAR CON UNO MISMO,
CONECTAR CON LOS DEMÁS

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Terminaré este capítulo con un último estudio que demuestra el coste de perder nuestro cuerpo. Después de que Ruth Lanius y su grupo escanearan el cerebro en reposo, se centraron en otra pregunta del día a día: ¿qué sucede en las personas con un trauma crónico cuando mantienen un contacto cara a cara?

Muchos pacientes que vienen a mi consulta son incapaces de mantener un contacto visual. Inmediatamente me doy cuenta de su aflicción por su dificultad para cruzarse con mi mirada. Siempre se sienten repugnantes y no soportan que yo vea lo despreciables que son. Nunca había visto que estos intensos sentimientos de vergüenza se reflejaran en una activación cerebral anómala. Ruth Lanius demostró de nuevo que la mente y el cerebro son indistinguibles: lo que sucede en uno queda registrado en el otro.

Ruth compró un caro dispositivo que presenta un personaje en video a la persona que está en el escáner. (En este caso, el personaje se parecía al amable Richard Gere). La figura puede aproximarse de cara (mirando directamente a la persona) o en un ángulo de 45° desviando la mirada. Así se pueden comparar los efectos del contacto visual directo sobre la activación cerebral con los efectos de la mirada desviada.28

La diferencia más llamativa entre los controles normales y los supervivientes de un trauma crónico estuvo en la activación de la corteza prefrontal en respuesta a la mirada directa. La corteza prefrontal (CPF) normalmente nos ayuda a evaluar a la persona que se nos acerca, y nuestras neuronas espejo nos ayudan a identificar sus intenciones. Sin embargo, los sujetos con TEPT no activaron ninguna parte de su lóbulo frontal, lo cual significa que no mostraron ninguna curiosidad hacia el desconocido. Simplemente reaccionaron con una activación intensa dentro de su cerebro emocional, en las áreas primitivas conocidas como «sustancia gris periacueductal», que genera los sobresaltos, la hipervigilancia, el encogimiento y otros comportamientos autoprotectores. No hubo activación de ninguna parte del cerebro implicada en la interacción social. Como respuesta al hecho de ser mirados, simplemente pasaron al modo de supervivencia.

El cuerpo lleva la cuenta

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