Читать книгу De haberlo escrito antes - Carlos Skliar - Страница 46

Tolerancia

Оглавление

Aunque la idea de tolerancia parezca resonar en la actualidad, recordemos que a partir de los textos de Bayle y Locke, en el siglo XVII, y de Voltaire, en el XVIII, la tolerancia se revistió de virtud religiosa, de estoicismo moral y de probidad cívica. Ya no se trataba –ni se trata ahora– de una existencia común, sin duda conflictiva, sino de una pregunta por los derechos y las obligaciones, en un repertorio reglado y medroso que tiende a evitar toda crisis, toda perturbación. Si la esencia de la vida moderna consiste en aniquilar cualquier ambigüedad, entonces la tolerancia es una máscara que se otorgan los vencedores del control social e individual. Bauman lo afirma con severidad: la tolerancia consiste en decirle al otro “Tú eres detestable, pero yo, siendo generoso, voy a permitir que continúes viviendo”. Continuar viviendo… ¿cómo? Hoy la gente sigue muriendo de hambre, enfermedad, guerra y tristeza. Frente a una embarcación de africanos que nunca llega a destino, ¿quién, sino el indiferente, pronunciará esa palabra? Frente al olvido, la desaparición, la tontería, la desidia, el lenguaje vacío, ¿cómo no ser impacientes? La tolerancia puede ser una cruel invitación a la parsimonia y a la pérdida de sensibilidad, además de toda una definición acerca del límite con el que encuadrar a los demás: ¿quién es el otro a tolerar? Además, ¿cómo no escandalizarse con la muerte, nuestra muerte? ¿Cómo no sobresaltarse frente al sufrimiento, nuestro sufrimiento? No hay modo de conciliarse a través de la tolerancia. Ella parece apenas un compás de espera frente a la tragedia inminente, porque no supone aceptar el valor del otro, sino que afirma su inferioridad, su pequeñez. Y aunque suene un poco intolerante, cabe preguntarse si la tolerancia no estará proponiéndonos una estética brutal de la indiferencia.

De haberlo escrito antes

Подняться наверх