Читать книгу De haberlo escrito antes - Carlos Skliar - Страница 55

Travesía

Оглавление

La travesía es la diferencia entre el tiempo que pasa y lo que pasa en el tiempo. O, quizá, la múltiple diferencia que existe al interior del tiempo que pasa. Diferencia como intensidad. Tiempo como hondura. Podría decirse que la travesía son esos segundos que no quieren pasar, aun pasando. La percepción los congela, los retiene, los recuerda. El pensamiento dedica sus mejores horas a esos instantes que están pasando. El viaje; no, mejor dicho, el viajar, así, en infinitivo. No es el sitio en particular, es el estar atravesando los segundos de la travesía. No se trata del “yo paseo”, sino del “paseo sin yo”. Porque se atraviesan los segundos y lo que permanece es la paciencia por no desistir de todo lo que la mirada es capaz de atesorar. Como quien mira sobre todo a los costados. O quien balbucea, no porque no pueda decir, sino porque quiere el suspenso ante lo que dirá. O quien busca incesantemente una carta y se detiene en decenas de cartas anteriores. O quien quiere esa fotografía, pero no duda en demorarse siempre en la imagen posiblemente anterior. O quien recorre un bosque siguiendo de cerca las escenas de la infancia. La travesía pierde su destino porque no tiene meta, no es finalidad. La travesía es la duración del durante: la habitan cientos de desvíos anunciados con las palabras “tal vez”, “quizá”, “casi”, “sin embargo”. Y se recuerda remotamente el punto de partida: a veces es la infancia, de donde nunca se sale porque ella está desacompasada con el destino. Otras veces es un modo de pensar que el pasar –el pasaje– desviste, desnuda el pensamiento. Y en ciertas oportunidades es una palabra fijada a los labios que, en la travesía, parece que perteneciera a otra lengua y fuera sonido de otra época, lenguaje ancestral.

De haberlo escrito antes

Подняться наверх