Читать книгу Otra sociedad para la locura - Carolina Alcuaz - Страница 9
Introducción
ОглавлениеSi se ha captado con dificultad qué es el lazo social, es porque el hilo invisible que nos une se percibe más por sus efectos cuando se deshace. ¿Qué nos vincula y qué nos separa a los seres hablantes? La pregunta introduce un cuestionamiento central y exige un mayor esclarecimiento.
Determinadas personas sufren en demasía de la relación con los otros. Aseveran, con incansable firmeza que los demás no solo les desean el mal sino que actúan en consecuencia. Atrapados en la pregunta esencial de todo ser humano, «¡Qué quiere el otro de mí!», anticipan rápidamente la respuesta. No hay gesto, palabra o mirada de los demás que no indique la intención de perjudicarlos. Con una capacidad de razonamiento riguroso e impecable llegan a entender el por qué de tanta maldad. En ese contexto toda oferta de tratamiento puede carecer, en primera instancia, de sentido. Incluso la mínima suposición de que se los considere privados del entendimiento arruinaría cualquier lazo posible con un profesional. Algunos, declarados inocentes y víctimas, prefieren acudir a la ley; otros resuelven lo insoportable del acoso atacando al supuesto instigador. No obstante, en dichas acciones, el lazo con el otro queda cuestionado. Diagnosticados de paranoia, nuestros filósofos de la conspiración verifican la verdad de todo vínculo: el prójimo siempre puede tornarse amenazante. Sin embargo, no todos permanecen en las trampas de la suspicacia o en el insistente testimonio de sus conclusiones. Unos, logran atemperar la dolorosa tensión con el semejante y hacer más soportable la existencia. Otros, compensan sus dificultades para las relaciones sociales cercanas demostrando, en cambio, en las más lejanas con la comunidad, virtudes de apreciable eficacia. Es admirable el efecto de sugestión social que alcanzan con sus producciones. Escritores y artistas demuestran así que la locura y la genialidad no son excluyentes. Es en sus obras que han sabido dialogar con la temática social de la época.
En un extremo opuesto observamos a los que se alejan de la sociedad en un movimiento de repliegue casi autista. Más concentrados en sus problemas corporales y en el uso del lenguaje, el vínculo con los otros no pareciera ser la preocupación principal. Para ellos, ejercicios habituales como caminar, dormir, sentarse o mover las manos, pueden resultar de lo más complicados. Es la idea de tener un cuerpo la que parece abandonarlos. ¿Qué ocurriría si perdiéramos la conexión con nuestro propio cuerpo? En ese caso, emancipado de nuestra voluntad, se movería solo convirtiéndose en un extraño. Mi cuerpo, un extranjero, dejaría de ser mi cuerpo.
Desapropiados de la enunciación de sus palabras, mártires de pensamientos y voces que los invaden, también el lenguaje se les vuelve ajeno. En consecuencia, el acto de comunicarse con otros se encuentra seriamente dañado. Es lo que sucede cuando las palabras, que todos conocemos, comienzan a hablar solas, cuando lo que digo emana de mi boca como si otro lo pronunciara por mí. Esa franja difusa entre usar el lenguaje o perderse en él, convierte a nuestras marionetas de las palabras —llamadas esquizofrenias— en la evidencia de lo que muchos desconocemos. En un principio el hombre fue nombrado y hablado, pero adueñarse del lenguaje implicó haberlo olvidado.
Exiliados del cuerpo y del alivio del olvido muchos sorprenden con sus soluciones. Seguramente sin esas invenciones resultaría imposible engancharse a la escena social. Es así como las maneras singulares que encuentran, para adueñarse del cuerpo y hacer del lenguaje un instrumento, les permiten volver a trabajar, estudiar y sostener los vínculos. Estos nuevos modos de habitar el mundo distinguen a unos por su genialidad y a todos por la decisión insoslayable de aliviar la existencia; sin embargo, no siempre se encuentra solitariamente una respuesta al malestar. Para muchos, un tratamiento puede significar ser acompañados en dicha búsqueda, mientras que para otros, es el encuentro con un testigo que los confirme en sus soluciones. Finalmente, es extensivo para todos la alternativa de saber acerca de las condiciones que hacen posible el lazo con los otros y, al mismo tiempo, las coordenadas en las que este se ve conmovido. Ni el aislamiento ni su opuesto de adaptación forzada a la sociedad pueden ser la finalidad de un tratamiento.
En un trayecto que va del distanciamiento del mundo al poder habitarlo, las psicosis —esquizofrenia y paranoia — han testimoniado tanto la ruptura y como el sostén del lazo. Entre ambos extremos todas las sutilezas, observadas en la clínica, de la relación del loco a lo social. Es en las psicosis, entonces, que el tema del lazo social impone su principal fuente de controversia, a la vez que promete sumergirnos en un mejor entendimiento. Este libro reflexionará acerca de la locura y su vínculo con los otros.
A continuación el lector encontrará en el primer capítulo del libro —«Los lazos sociales»— la construcción de una definición psicoanalítica de lazo social que constituya una herramienta, tanto teórico como clínica, a la hora de pensar los tratamientos en las psicosis. Entendiendo que el lazo social es un idealismo hay, no obstante, maneras de unirnos y separarnos como demuestran nuestros pacientes.
En el segundo capítulo —«¿Por qué el padre?»—, reflexionaremos sobre la constitución del orden social y la incidencia de la función paterna en el mismo. A su vez explicaremos por qué no todo orden se sostiene en dicha operación, como nos enseñan nuestros casos de psicosis. Además reflexionaremos sobre el vínculo entre sociedad y locura.
En los capítulos tres y cuatro —«Los filósofos de la conspiración» y «Marionetas de las palabras»—, recorreremos la clínica de la paranoia y de la esquizofrenia, tanto a nivel de la ruptura como de la invención de los lazos. Los relatos clínicos presentados demostrarán las distintas modalidades de vincularse con los otros. Destacaremos un tema clave de nuestra práctica clínica con sujetos psicóticos: el vínculo con el profesional.
Por último, en el quinto capítulo —«Habitantes secretos del discurso»—, situaremos cuáles han sido los debates teóricos y clínicos principales en relación con el tema de los lazos sociales en la locura. Reconstruiremos dicho campo para señalar sus líneas de fuerza, las preguntas formuladas y, destacaremos las controversias clínicas suscitadas.
Este libro cuenta además con una sección final —«Los lazos sociales en la enseñanza de Jacques Lacan»—, en el cual especificaremos aquellos momentos claves de la obra de Jacques Lacan, que brindan las herramientas teóricas y clínicas, para reflexionar acerca de los vínculos sociales en las psicosis.
Con el fin de otorgarle la densidad que el tema merece, lo que sigue tiene el propósito de contribuir, por un lado, al debate en torno a la locura y su inserción en la sociedad, y por el otro, añadir nuestro aporte para formalizar un término difuso, el lazo social.